Una genialidad de Bankinter quita presión a la banca

(Retomamos hoy nuestro Alimento para el Cuerpo, interesados vayan directamente al final del post)

Un par de llamadas ayer para chequear si había algo de verdad en la noticia de portada de Expansión: "Bankinter sacará a bolsa Línea Directa". Uno que sí, que había estado con Mariló Dancausa hace escasas fechas y que lo había dejado caer; otro que no, que siendo verdad que hizo ese comentario, lo planteó como una posibilidad más y no como una certeza inmediata. ¿Con qué quedarse? La clave me la dan ambos interlocutores, nada de nada, al advertirme de que "su riesgo inmobiliario es inexistente, el de pymes lo tiene bastante controlado y carece de problemas de capital. Más después del conejo de la chistera que se sacó ayer. Sigue arreglando el coche, esta vez sin mancharse las manos…"

¿Mande?

Una vuelta por la prensa del día me descubre una operación escasamente atractiva desde el punto de vista informativo. Ampliación de capital por cerca de 94 millones de euros; liberada para sus accionistas a razón de 5 títulos nuevos por cada 9 antiguos; con cargo a la Reserva por Revalorización de Inmuebles autorizada en 2004 por el Banco de España, cuando era gobernador Jaime Caruana. Se trata de una propuesta que será sometida a aprobación en Junta General Ordinaria el próximo 21 de marzo y que permitirá a Bankinter ampliar su ratio de solvencia en 40 puntos básicos, hasta el 10,61% sobre activos ponderados por riesgo.

Hasta ahí, nada espectacular. ¿Dónde está el truco?

El diablo, me cuentan, se esconde en los detalles. "Joder, McCoy que no te enteras. Mira, esta reserva no contaba para el capital básico, sino que era considerada como TierII. De hecho, al no ser distribuible, hasta ahora nadie había conseguido convertirla en recursos propios de la mejor calidad sin pasar por el mercado. La banca tenía que vender los inmuebles para aflorar esas plusvalías a través, las más de las ocasiones, de operaciones de sale and lease back que incrementaban su partida de alquileres y estaban sujetas a la correspondiente tributación. El ingreso extraordinario iba al beneficio y este al capital".

Más, metralleta dialéctica. "Bankinter ha conseguido cuadrar el círculo no sé muy bien cómo. Y no sólo eso, lo hace reforzando al vínculo con los accionistas, entregándoles valores por la patilla en cuya génesis no hay ni beneficios retenidos ni aportaciones por su parte, gracias a hacer líquida una parte del patrimonio neto que no lo era... hasta ahora. Al que se le ha ocurrido esto le deberían hacer un monumento, no en Bankinter, donde la cantidad es más bien simbólica, sino en esa parte significativa del sector que aún cuenta con esta Reserva en el pasivo de su balance y que ahora puede beneficiarse muy mucho de este mecanismo para mejorar sus coeficientes".

Una jugada maestra, por tanto, según ilustran los que conocen el percal. 

Poco más hay que añadir, la verdad. Se abre una nueva vía para que las entidades en mayores dificultades puedan reforzar sus recursos propios sin tener que acudir a un mercado excesivamente penalizador, seguir haciendo cambalaches con sus emisiones de deuda, o liquidar a derribo carteras de crédito. En la medida en que la mejora se produce por esta vía, se reduce la presión sobre el tamaño del activo de las firmas y, teóricamente, se facilita que estas vuelvan a prestar. 

A ver si es verdad que tampoco está tan mal acabar la semana con un poco de buenismo… ¿virtual?

Que pasen buen finde.

Alimento para el Cuerpo.

La competencia en Vanitatis de mis amigos Carlos Herrera y Luís Castroverde nos empuja a retomar un clásico de los viernes en Valor Añadido, el Alimento para el Cuerpo, esta semana con una fórmula original. Lugares donde merece la pena ir a tomar un solo plato, todos en Madrid. Así, para todos los bolsillos las Croquetas y las Berenjenas Rebozadas que copan, pendientes de freír, la barra de MolaCuatro; siguiendo por la escala de precio, La Tortilla con Callos de La Ancha, la inspiradora Pizza de Trufa Negra de Tumbarello en Don Giovanni o el insuperable Tartar de Atún de Filandón; imprescindibles también la Ensaladilla de Langostinos de Portonovo (se puede disfrutar en barra) o el original Yogourt de Morcilla del comedor kitsch de Chirón (este último en Valdemoro); para bolsillos más generosos, el Salpicón de Bogavante y las deliciosas Colmenillas rellenas de Foie de El Paraguas y, dentro del fabuloso menú completo de Lúa, la Ensalada de Foie, Arenque, Manzana y Berza que elabora mi amigo Manuel Domínguez, un genio de la cocina que sólo va a más. ¡Que lo disfruten!