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Aena, Iberia y la destrucción de Barajas
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Alberto Artero

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Aena, Iberia y la destrucción de Barajas

Hace once meses, en concreto el 21 de noviembre de 2012, un servidor escribió la típica pieza 'voz que clama en el desierto' en la que

Hace once meses, en concreto el 21 de noviembre de 2012, un servidor escribió la típica pieza 'voz que clama en el desierto' en la que ponía negro sobre blanco, primero,los errores que habían conducido tanto a Iberia como a Aena a una difícil situación en términos de tráfico aeroportuarioy, después, no sólo las inadecuadas medidas que, en nuestra opinión, se estaban adoptando para subsanarlos, sino también la necesidad de una verdadera "destrucción creativa ejercida con la máxima responsabilidad" y, sobre todo, de una "acción perentoria por parte del Ejecutivo" más allá del interés particular de los responsables de los distintos negociados ministeriales. De no hacerse, señalábamos entonces, corría España en su conjunto el riesgo de que, cuando la política y las empresas despertaran a la crítica realidad, la muerte de uno de losmejores activos de nuestro país, el aeropuerto de Barajas, se hubiera consumado.

Así lo escribimos entonces:

Tiempos viejos, tiempos salvajes para la industria aeroportuaria en España. Al proceso desaneamientodeAena, propietaria de las infraestructuras, con objeto de mejorar su rentabilidad de cara a una posible venta, se une lacrisisque atraviesaIberia, compañía de bandera que acumula pérdidas operativas ejercicio tras ejercicio desde hace ya cinco. No es de extrañar. Ya lo dijo sir Richard Bransonal comprar Virgin Airways: "¿Qué se necesita para llegar a ser millonario? Ser multimillonario y adquirir una aerolínea". Proféticas palabras, oráculo de inversor.

Ambos procesos participan de una serie decaracterísticas comunes: llegan tarde, se están gestionando inadecuadamente, no van a solucionar los problemas de fondo y, sin embargo, sus consecuencias para la consideración de España como centro de transporte internacional van a ser notablemente… negativas con importantes implicaciones para el conjunto del país.

Por partes:

Llegan, por tanto, tardey el retraso en implantar las necesarias medidas correctoras dificulta aún más su saneamiento actual. No en vano, estos años perdidos han venido acompañados, en ambos casos, de un severo deterioro de su posición financiera.

La gestión no está siendo la mejor del mundo que se diga, al menos en términos de oportunidad.Da la sensación que falta algo de análisis previo y que hay premura y una cierta precipitación en su ejecución.

En la medida en que los gestores se dejen engatusar por el tan español 'nadar y guardar la ropa', los problemas de fondo permanecerán.Se necesita verdadera destrucción creativa ejercida con la máxima responsabilidad.

¿Por qué?

Estamos ante dos modelos de corporación sustancialmente distintos: uno público, al que los españoles exigen que no consuma ni un euro más de sus impuestos, y otro privado, en el que los accionistas de referencia han dicho basta. Sin embargo, no se trata de un problema particular o administrativo. Hay mucho más en juego: el queEspaña esté en el mapa con la importancia que se merece o no. Se está jugando con fuego.De ahí la dificultad de conciliar el interés de Aena e Iberia con el del conjunto del Estado.A corto plazo, 2014at besten el caso de Iberia, puede que el retorno de ambas empresas vuelva a números negros. Pero ¿a qué precio? Se hace más perentoria que nunca la acción del Ejecutivo a la hora de establecer unas salvaguardas que no den la puntilla a una de nuestras principales fuentes de ingresos sin interferir innecesariamente en los procesos actualmente en curso.

Pero mientrasWillie Walshcomo máximo responsable de la fusionada y el propioVargashan mantenido ya contactos para coordinar sus respectivas, sangrantes y probablemente imprescindibles acciones,Ana Pastorpide tiempo,Báñezmaquillaje de despidos,Soriaconservar ingresos turísticos yDe Guindosle ha cargado el mochuelo aGarcía Legaz. Viva la coordinación. Cuando se despertó, la muerte anunciada se había consumado. Ojalá que no.

Así están las cosas y así se las estamos contando.

Desgraciadamente el post no pudo ser más premonitorio. Casi un año más tarde, la infraestructura madrileña agoniza víctima de un kafkiano entre todos la mataron y ella sola se murió. No será porque no estaban avisados. Es responsable British Airways, cuya racionalización de rutas y frecuencias pasa, sin lugar a dudas, por reforzar el hub de Londres frente al de Madrid en el medio y largo recorrido que es el que da dinero y permanencia del visitante; no está exento de culpa el propietario del activo, Aena, que, con su decisión de construir lacasa de su cuenta de resultadospor el tejado de las tasas, ahuyentó a aerolíneas de intensa presencia en las terminales más antiguas, en beneficio de otras localizaciones como Barcelona; no se libran los Gobiernos tanto regional como municipal, incapacesde ofrecer una oferta turística y cultural realista y no basada en ensoñaciones olímpicas o ludópatas de imposible concreción; no escapan finalmenteal juicio crítico tanto Ana Pastor como Mariano Rajoy, que no han sabido medir lasnegativas consecuencias para el país de este deterioro.

¿Demasiado tarde? Nunca. Pero Barajas ya no admite pastillas del doctor Gustín que conforten pero no solucionen. Está en juego su consideración como centro internacional de conexiones, partida que se está perdiendo por goleada. De ahí que sea imprescindible que estosmosqueteros sean de verdad 'uno para todos y todos para uno',dejen de lado sus disputas internas y concierten una estrategia conjunta para fomentar el tráfico desde/hacia la capital. Sin él no hay nada, ni siquiera una privatización. Eso pasa por acuerdos con aerolíneas (fomento de Iberia Express como enlace regional, construcción de una alternativa alrededor de Air Europa, incorporación de nuevas compañías en destino o tránsito);por otorgarventajas a los operadores(rappeles por frecuencia, bonificaciones en determinadas rutas, oferta personalizada al viajero frecuente a la ciudad, sorteos y promociones);por presentar una oferta de ocio diferenciada, lo que exige un posicionamiento estratégico (cultura, diversión, música, monumental, punto de partida para recorrer el país; porque...¿con qué asociamos el turismo de Madrid ahora? Tic-tac, tic-tac);por establecerventajas fiscales y sociales para atraer inversión permanente a la región y, por último, por desarrollar untrabajo ímprobo de promoción exterior no en los caladeros ya agotados, sino en los que están turísticamente por explotar.

Mientras hay vida hay esperanza, pero a este enfermo terminal, nunca mejor dicho, o se le aplica esta medicina o me temo lo peor. Ojalá me equivoque.

Hace once meses, en concreto el 21 de noviembre de 2012, un servidor escribió la típica pieza 'voz que clama en el desierto' en la que ponía negro sobre blanco, primero,los errores que habían conducido tanto a Iberia como a Aena a una difícil situación en términos de tráfico aeroportuarioy, después, no sólo las inadecuadas medidas que, en nuestra opinión, se estaban adoptando para subsanarlos, sino también la necesidad de una verdadera "destrucción creativa ejercida con la máxima responsabilidad" y, sobre todo, de una "acción perentoria por parte del Ejecutivo" más allá del interés particular de los responsables de los distintos negociados ministeriales. De no hacerse, señalábamos entonces, corría España en su conjunto el riesgo de que, cuando la política y las empresas despertaran a la crítica realidad, la muerte de uno de losmejores activos de nuestro país, el aeropuerto de Barajas, se hubiera consumado.