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Mi visita al universo Mercadona. Parte II: Deliplus
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Alberto Artero

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Mi visita al universo Mercadona. Parte II: Deliplus

Vamos hoy con la prometida segunda parte de este mini serial dedicado al universo Joan Roig. Si ayer nos hacíamos eco de la prolongación de su

Vamos hoy con la prometida segunda parte de este miniserial dedicado al universo Juan Roig. Si ayer nos hacíamos eco de la prolongación de su actividad empresarial a través del Proyecto Lanzadera, hoy nos entretendremos en uno de sus interproveedores, RNB Laboratorio Cosmético, fabricante de la marca Deliplus. En sus instalaciones almorcé –un buffet libre de tres euros asequible para todos los empleados de la compañía, "somos iguales, lo único que nos diferencia son las responsabilidades"– y pasé la tarde del pasado jueves mano a mano con uno de sus fundadores: Vicente Ruiz, padre, por cierto, como un servidor, de cinco hijos. El recorrido será similar al de ayer: orígenes, filosofía y relación con Mercadona.

RNB es producto de la ilusión de dos chavales, Romu y mi interlocutor, que comenzaron haciendo ungüentos en la rebotica de la farmacia de la familia de uno de ellos. Siempre bajo una idea preliminar: "Conseguir el producto que usarían nuestras madres". A los cinco años, y gracias al boca a boca, contaban con un laboratorio de 250 metros cuadrados. Fue entonces, hace ya dos décadas, cuando el Rey Midas llamó a su puerta para que le fabricaran tres referencias para cada una de sus, entonces, cien tiendas. Roig no puso entonces tampoco como prioridad la seguridad del suministro, sino la actitud de los elegidos para ser sus compañeros de viaje. Con la segunda se lograría la primera; al revés, no. Se volvía a imponer en sus orígenes la filosofía de tan particular casa.

Tras pasar el corte, la empresa entró entonces en el universo Mercadona como parte esencial en la fabricación de los productos Deliplus: cremas faciales, corporales, protectores y colonias. Se iniciaba entonces una aventura en la que el tamaño de la empresa, y de sus instalaciones fabriles, fue creciendo de forma paralela a la expansión orgánica de la cadena de distribución. 70 millones de euros de inversión la contemplan. Sorprende, sin embargo, que las referencias internas al ‘jefe’, como se conoce en el universo de la firma al cliente, estén tan interiorizadas en el interproveedor. "Nosotros no servimos a la firma valenciana, sino a los que eligen cada día el producto de sus lineales, al jefe, que es el que al final decidirá nuestro futuro". Claro, la presión en margen sólo se puede soslayar con rotación de género.

Con ella y con dos elementos más: innovación y calidad.

Este es otro de los elementos que me llamaron la atención del discurso de los suministradores. "Llevamos ocho años con el mismo PVP en muchas referencias, no nos queda otra que inventar y mejorar procesos". Así, RNB sigue una estrategia centrada en tres ejes: productos, como cuando popularizaron un bien de lujo como las cremas basadas en extracto de caviar, haciéndolas accesibles al común de los hogares o lanzaron la corporal, basada en aceite de oliva con una planificación de ventas de 10.000 unidades/mes cuando ahora supera el millón; formatos, siendo el ejemplo más paradigmático la sustitución del tubo por el tarro a la hora de comercializar dichas cremas, rotundo éxito de ventas; y producción a través de la incorporación de tecnología puntera que permite mejorar la eficiencia: mejor aprovechamiento y mayor capacidad productiva.

De hecho, cuidan con mimo su última incorporación: una máquina que acompaña al producto en el recorrido de llenado y envasado, rompiendo así con la tradicional separación por etapas, y que han acudido a visitar algunos de sus competidores para adquirirla. Una vez más, prima el juego en abierto sobre todo lo demás. Como señalamos ayer en relación con Lanzadera, "puesto que todo se sabe, mejor que lo cuentes tú: nadie pondrá la misma pasión, tendrá el mismo talento y perseguirá su sueño con el mismo denuedo que quien ha tenido la idea", una máxima que parece estar grabada a fuego entre quienes trabajan en el universo Roig. Resulta sorprendente cómo dos áreas tan distintas y aisladas como la incubadora y el interproveedor mantengan simultáneamente el mismo discurso. Algo tendrá que ver el patrón, sin duda.

Respecto a la calidad, está aún cercano en el tiempo el susto que tuvieron el verano pasado con las dudas acerca de la comercialización de una de sus referencias. "Algo de lo que aprendimos, no se puede mirar hacia atrás por más que se tratara de una filtración extraña que generó una alarma injustificada". Ahora todos y cada uno de los lotes pasan por el correspondiente control de calidad, frente a la toma de muestras aleatorias imperante en otros países; todo el suministro de materiales está automatizado y resulta ajeno al contacto humano, lo que evita posibles fuentes de contaminación; y, por último, se ha refinado el proceso de rellenado y pesado para descartar cualquier muestra con desviaciones milesimales respecto a lo que figura en el etiquetado. Darse un paseo por sus inmaculadas y robotizadas instalaciones es, de verdad, una gozada.

Soy un firme defensor de la marca de fabricante y de los valores que se atribuyen a la misma en términos de surtido y/o capacidad de innovación. Sin embargo, lo que yo pude ver en RNB, quizás por el propio perfil del producto del que son proveedores, es una empresa en constante adaptación al cambiante gusto del consumidor, preocupada menos por la venta a Mercadona como al ‘jefe’, con un enorme esfuerzo inversor a sus espaldas y que ha hecho de la búsqueda de la excelencia y la eficiencia su razón de ser. Quizás el risueño de Vicente me llevó al huerto de una Arcadia feliz sin que yo me enterara mucho, que todo puede ser. Pero ya me extrañaría…

Vamos hoy con la prometida segunda parte de este miniserial dedicado al universo Juan Roig. Si ayer nos hacíamos eco de la prolongación de su actividad empresarial a través del Proyecto Lanzadera, hoy nos entretendremos en uno de sus interproveedores, RNB Laboratorio Cosmético, fabricante de la marca Deliplus. En sus instalaciones almorcé –un buffet libre de tres euros asequible para todos los empleados de la compañía, "somos iguales, lo único que nos diferencia son las responsabilidades"– y pasé la tarde del pasado jueves mano a mano con uno de sus fundadores: Vicente Ruiz, padre, por cierto, como un servidor, de cinco hijos. El recorrido será similar al de ayer: orígenes, filosofía y relación con Mercadona.

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