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Cómo ganar dinero con el devastador fenómeno El Niño
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Alberto Artero

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Cómo ganar dinero con el devastador fenómeno El Niño

Cuando allá por el mes de marzo comentamos que en los foros ilustrados se hablaba de que 2014 sería año de El Niño, sonó a precipitado

Cuando allá por el mes de marzo comentamos que, en los foros ilustrados, se hablaba de que 2014 sería año de El Niño, sonó a precipitado y alarmista. Entonces, prácticamente nadie se hacía eco de ese riesgo. Sin embargo, con el paso de los días se van confirmando los peores augurios. Parece que vuelve con fuerza el fenómeno atmosférico más devastador del planeta. Y con él los problemas de producción de materias primas agrícolas y minerales, la destrucción de infraestructuras o las inundaciones, incendios y plagas en muchas partes del planeta (Valor Añadido, “Ojo, si vuelve El Niño, Crimea parecerá una broma”, 18-03-2014).

El último en advertir de esta posibilidad ha sido The Guardian, en una pieza de imprescindible lectura en la que atribuye, de acuerdo con los institutos meteorológicos más fiables, un 90% de probabilidades a su materialización final en la versión más virulenta, dadas las temperaturas actuales de las bolsas de agua del Pacífico que contribuyen a su aparición. Si los vientos, otro elemento clave en su configuración, no logran aplacar su ira, terminará manifestándose en toda su 'grandeza' con consecuencias que se sentirán desde la costa oeste de toda América (la pluviosidad crecerá significativamente) a la oriental de Asia, incluida Australia, donde sucederá justamente lo contrario (The Guardian, “How El Niño will change the world´s weather in 2014”, 11-06-2014).

Mientras que muchas naciones se preparan contra sus efectos, caso de la India, Malasia o Perú, no son pocos los inversores que intentan aprovecharse de sus consecuencias sobre el precio de determinados activos financieros puros o con subyacente en alguna de las commodities afectadas. El pueblo al hoyo y la economía financiera al bollo, que ya saben cómo está montado esto. Sea o no legítimo, lo cierto es que el tiempo, nunca mejor dicho, ha demostrado cómo la inclusión del factor climático en las decisiones de inversión es muy aconsejable. Tanto más en la medida en que circunstancias consideradas hasta hace bien poco como extremas se convierten en frecuentes. Como el caso que nos ocupa.

Hay productos ad hoc que se pueden ver afectados como los llamados cat bonds o catastrophe bonds, cuyas ventas se dispararon en los cuatro primeros meses del año hasta niveles de 2007 (Financial Times, “Investors place bet on insurers´ catastrophe bonds”, 28-04-2014). Cosas de la búsqueda desesperada de rentabilidad a la que obliga la represión ejercida por los bancos centrales. Los emisores, fundamentalmente compañías de seguros, encantados de derivar una parte del riesgo que han asumido con sus pólizas a terceros. Y estos, felices de poder dotar de un punto más de rentabilidad a sus carteras. Al menos hasta hora. El posible impacto de El Niño sobre la temporada de huracanes ha hecho que las oraciones de los tenedores de estos títulos crezcan exponencialmente. Dios les oiga.

Por lo que respecta a los productos cuyo subyacente puede verse afectado por este fenómeno, este gráfico resume el impacto sobre agricultura, energía, metales, ganado y piedras preciosas de los ocho últimos Niños, si bien, como nos recuerda su autor, la escasez de oferta que afecta ya hoy a algunos alimentos o minerales concretos podría hacer que el patrón imperante fuera el de 1986-88, en el que las ganancias fueron generalizadas y significativas en todas las categorías (Seeking Alpha, “El Niño, ¿dónde está el dinero?”, 05-06-2014). De no ser así, la selección debería centrarse en la tercera, cuarta y quinta columnas. Cestas de valores, ETFs o fondos especializados en todas y cada una de ellas pueden ser una buena forma de capitalizar económicamente el desastre.

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En cualquier caso, sirva como cierre de este post lo que advertimos hace tres meses al concluir nuestra entrada anterior referida a El Niño: "Mirar al cielo empieza a importar casi tanto como en la Fórmula 1. Pena que no tengamos aquí un Lobato para narrarlo y darle la requerida importancia. Dicho queda".

Pues eso.

Buen fin de semana a todos.

Cuando allá por el mes de marzo comentamos que, en los foros ilustrados, se hablaba de que 2014 sería año de El Niño, sonó a precipitado y alarmista. Entonces, prácticamente nadie se hacía eco de ese riesgo. Sin embargo, con el paso de los días se van confirmando los peores augurios. Parece que vuelve con fuerza el fenómeno atmosférico más devastador del planeta. Y con él los problemas de producción de materias primas agrícolas y minerales, la destrucción de infraestructuras o las inundaciones, incendios y plagas en muchas partes del planeta (Valor Añadido, “Ojo, si vuelve El Niño, Crimea parecerá una broma”, 18-03-2014).

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