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No se engañen: esta es la verdadera cara de las finanzas rusas
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Alberto Artero

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No se engañen: esta es la verdadera cara de las finanzas rusas

Putin está tocado pero no hundido, tal y como afirmamos ayer. Aunque su economía real se colapse, tanto el sector público como el privado cuentan con

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Putin está tocado pero no hundido, tal y como afirmamos ayer. Aunque su economía real se colapse, tanto el sector público como el privado cuentan con recursos suficientes como para capear financieramente el temporal durante unos cuantos meses. Ayer hablábamos de 20. BNP Paribas sitúa el umbral en doce. Sea como fuere, no va a ser por esa vía por la que crudo y dólar acaben con el mandatario ruso. Objetivo, por tanto, incumplido.

Estas son las cifras que maneja el banco francés en un informe de urgencia publicado este martes. Las citas son casi literales.

Rusia cuenta en la actualidad con reservas por valor de 360.000 millones de dólares en moneda extranjera, lo que supone una caída del 21% en lo que va de año. Ese importe cubre con creces todos los vencimientos de su deuda corporativa y soberana en divisa foránea que se van a producir en los próximos doce meses y que ascienden a 130.000 millones. Sin embargo, son insuficientes para hacer frente a los 678.000 millones de dólares vivos, de los que 490.000 descansan en el balance de sus principales empresas.

Su Gobierno ha anunciado que va a gastar a lo largo del ejercicio que viene 143.000 millones de dólares en acciones ligadas a su moneda: 85.000 para sostener al rublo, 50.000 hasta final de 2016 en líneas de liquidez para sus bancos y 8.000 en recapitalización de entidades de crédito e infraestructuras. El disfrutar desde el 10 de noviembre de un tipo de cambio flexible rebajará la necesidad de intervención de su banco central.

Por su parte, la banca dispone de 290.000 millones para hacer frente a vencimientos de 44.000 hasta final de 2015. Cuenta con 60.000 millones de activos denominados en moneda extranjera. Sin embargo, no es menos cierto que su dependencia de la financiación del banco central y del Tesoro ha pasado del 0% en 2011 al 15% a la fecha del informe de BNP. Casi todas las aportaciones de estos entes ‘públicos’ han sido, no obstante, en rublos. Dicho esto, el cierre de los mercados de capitales puede hacer mucho daño al coste de su pasivo, mientras que el deterioro de la economía local debería afectar a sus resultados y, por ende, a su base de capital.

El riesgo es al alza. Y la comparativa con el anterior escenario, similar al de 2008-2009, peliaguda. La suma de vencimientos y atribuciones para mantener el sistema asciende a 273.000 millones de dólares, un 75% del total de las reservas extranjeras existentes en la actualidad. Si la situación no cambia en el próximo año, el riesgo de default aumentará considerablemente. La salvación puede venir por el sector privado.

En efecto. Aunque las corporaciones son un riesgo, las mayores venden en dólares, por lo que disfrutan de una posición holgada de caja foránea, pese a su elevado endeudamiento. Así, mantienen 85.000 millones de dólares en efectivo y equivalentes frente a vencimientos de corto plazo por valor de 56.000. En los últimos doce meses han generado ingresos por valor de 135.000 millones de dólares en esa moneda para un flujo de caja libre de 63.000. Su facturación bajará por el lado de las materias primas que exportan, pero esa merma se verá parcialmente compensada por un tipo de cambio más favorable. Además, siempre pueden jugar con los gastos, los dividendos o el capex para liberar disponible. Al menos en el corto plazo. Si la situación se mantuviera…

De ahí que esta, por tanto, sea delicada, pero no definitiva. El problema principal de la economía rusa no va a ser de financiación, sino de freno brutal de la actividad real con su potencial efecto sobre la estabilidad del sistema y sobre sus principales socios comerciales, caso de Alemania (CNNMoney, "Who loses if Russia implodes?", 16-12-2014). Hay una amenaza de cohesión social evidente que se ve reforzada, al calor de lo anterior, por la dependencia del régimen de unos oligarcas empresariales que no son precisamente amigos de Vladimir Putin. Y que, después de años esperándole a la vuelta de la esquina, pueden ver ahora su oportunidad. Si la situación se mantiene en el tiempo, conociendo a todos los personajes, el desenlace final puede ser imprevisible.

Stay tuned.

Putin está tocado pero no hundido, tal y como afirmamos ayer. Aunque su economía real se colapse, tanto el sector público como el privado cuentan con recursos suficientes como para capear financieramente el temporal durante unos cuantos meses. Ayer hablábamos de 20. BNP Paribas sitúa el umbral en doce. Sea como fuere, no va a ser por esa vía por la que crudo y dólar acaben con el mandatario ruso. Objetivo, por tanto, incumplido.