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Como agua de mayo: Bankia se encuentra con un inesperado regalito
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Alberto Artero

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Como agua de mayo: Bankia se encuentra con un inesperado regalito

Veintitrés meses más tarde, la venta del City National Bank of Florida al chileno BCI aún no se ha perfeccionado. La apertura de un nuevo proceso puede llegar como agua de mayo para Bankia

Foto: El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri. Reuters
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri. Reuters

En los casi tres años que lleva José Ignacio Goirigolzarri al frente de Bankia se ha limitado a hacer las cosas by the book, esto es: como mandan los cánones.

Combinando la actuación sobre el balance con la motivación de la red y la recuperación de la marca con el cumplimiento de los objetivos que se había marcado, ha ido dando los pasos necesarios para devolver a la compañía a la senda de la viabilidad, primero, y de la rentabilidad, después.

Es indudable que su andadura comenzó desde un generoso punto de partida, los más de 20.000 millones de euros aportados por el Estado. Pero no es menos cierto que nadie puede reprochar al equipo gestor el no estar haciendo todo lo posible para que al final del camino el impacto sobre las arcas públicas sea el mínimo posible, justicia y arbitrariedades aparte.

Pues bien, en esta trayectoria de razonable éxito hasta ahora, Bankia se puede encontrar con un inesperado regalito que requiere una mínima recapitulación.

Saben ustedes que una de las primeras desinversiones de la entidad, tras las llegada de los nuevos ejecutivos, fue la venta del controvertido City National Bank de Florida, enajenación que se consumó en mayo de 2013 por 882,2 millones de euros, al cambio de entonces –1,29–, 683 millones de euros. Algo importante esto del tipo de aplicación. Ya en su día comentamos, de hecho, cómo la divisa minimizaba la teórica pérdida en la que habría incurrido la institución española en el tiempo en que la filial había permanecido en sus libros, saneamientos aparte.

Sea como fuera, los vencedores del proceso liderado por Goldman Sachs fueron los chilenos del Banco de Crédito e Inversiones, que se impusieron en dura pugna al Banco do Brasil.

Pues bien, veintitrés meses más tarde, la venta no se ha perfeccionado al no haber recibido a día de hoy el adquirente el visto bueno del supervisor estadounidense.

Como bien saben, tras la crisis que se llevó por delante a Lehman Brothers y a punto estuvo de colapsar el sistema financiero de la primera potencia del mundo, las condiciones para ejercer banca en Estados Unidos se han endurecido de manera considerable como prueba, por una parte, la renuencia de los inversores a crear nuevas firmas bancarias –desde 2010 sólo el Bank ok Bird-in-Hand (sic), de la comunidad amish, se ha estrenado como banco en la primera potencia del mundo– y, por otra, el ‘castigo’ que sufren los foráneos, Santander incluido, en los stress tests de aquel país.

El recelo de las autoridades locales es máximo y su renuencia a entregar cualquier firma nacional a un tercero sin experiencia en ese territorio, total.

A los latinoamericanos se les está agotando la paciencia, y la posibilidad de que renuncien al proceso anterior y se inicie uno nuevo cobra cada vez más visos de realidad.

Lo cual llegaría como agua de mayo para la propia Bankia, que ha visto como en los dos últimos años no sólo el billete verde se ha apreciado en su favor cerca del 15% –hasta niveles próximos al 1,10– sino que la mejora del entorno financiero norteamericano y general ha propiciado que el valor de su franquicia en Florida haya aumentado desde entonces. En el caso de que se tuviera que iniciar otra subasta, Goiri y los suyos se beneficiarían de ambos factores: más retorno por conversión de moneda para el mismo precio y posible revisión al alza de este.

Las plusvalías de 180 millones de euros obtenidas entonces podrían verse sustancialmente incrementadas. Puro bottom-line.

Ya saben, al trabajo y al talento, cualidades ambas que reúne el equipo del que se ha sabido rodear el presidente de la nacionalizada española, siempre hay que añadir para que el éxito llegue la correspondiente dosis de suerte.

En el caso del City National Bank, la fortuna les puede sonreír de manera imprevista a los directivos de la compañía con sede en Plaza de Castilla.

En un entorno tan complicado como al que se enfrenta la banca patria en los próximos dos años, si llega a concretarse el cambio de titular y los beneficios económicos asociados al mismo, le servirá al menos como inyección de moral ante los retos inmediatos a los que se enfrenta, que son muchos, muy variados y de un calado innegable.

De ahí que, pese a las potenciales buenas noticias, sea difícil arrendarles la ganancia.

Buena semana a todos.

En los casi tres años que lleva José Ignacio Goirigolzarri al frente de Bankia se ha limitado a hacer las cosas by the book, esto es: como mandan los cánones.

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