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Demasiado ruido con Grecia: hora de separar el grano de la paja
Es hora de distinguir en las informaciones que proceden de Grecia lo posible de lo probable, el grano de la paja, si no se quiere que su caída se convierta en una profecía autocumplida
Aunque lleva copando los titulares de los medios especializados desde que Syriza aterrizara el pasado mes de enero en el poder, lo de Grecia apenas acaba de comenzar. Se pueden ir armando, pues, de paciencia.
De momento, hasta finales de abril, cada vencimiento de deuda helena vendrá acompañado de su correspondiente rumor de impago y éste, a su vez, de una ampliación de la línea de asistencia financiera del BCE (ELA) para que sus autoridades le puedan hacer frente.
Como ha ocurrido hasta ahora.
Mucho ruido y pocas nueces.
Conforme se acerque el final de mes, sin embargo, la cosa se irá complicando toda vez que es el plazo límite para que el ejecutivo de Tsipras y las rebautizadas ‘instituciones’ –léase Troika- acuerden las reformas a acometer en el hasta ahora miembro de la Eurozona para recibir la deseada ayuda económica, difícil ejercicio de equilibrio interno entre conveniencia y necesidad y exterior entre necesaria presión y riesgo de ruptura.
Eso no quita para que deba exigir un tratamiento, cuando menos, realista tanto a las informaciones que llegan desde las cinco esquinas del planeta sobrelas conversaciones a cuatro bandas que se están produciendo estos días, como delas declaraciones que manan de los distintos actores intervinientes, que aquí hasta el más tonto hacesu pronóstico alarmista.
¿Por qué decimos esto?
Porque nunca, jamás, en ningún caso, never, Grecia va a dejar de pagar lo debido al FMI, tal y como se publicó en mitad de la Semana Santa. Tampoco los 458 millones de euros que debe abonarle el 9 de abril. Y no va a ocurrir por muchos motivos, siendo el menos relevante, probablemente, las declaraciones taxativas en ese sentido de los nuevos gobernantes de las islas desde su llegada al Ejecutivo, ratificadas por el viaje relámpago de Varoufakis a Washington este fin de semana. Mejor desmentido que sufoto con Lagarde, imposible.
De hecho, se trata de algo que no ha sucedido nunca antes en la historia en el mundo desarrollado y tampoco va a acontecer ahora. Porque una cosa es ser temerario y otra suicida. Cercenar de este modo la única vía de auxilio que te puede quedar, en caso de que las cosas con el banco central y la Comisión se compliquen y se materialice finalmente tusalida del euro, sería del género idiota. Puede que Syriza ofrezca una notable capacidad de hacer lo estulto posible con el paso de los meses, pero no hasta ese punto.
Cumplir con el Fondo Monetario es prioridad absoluta, aunque eso suponga poner en duda tu capacidad para desembolsar sueldos públicos y pensiones.
Seguro.
Más teniendo en cuenta que las obligaciones financieras contraídas con el organismo supranacional son marginales frente al conjunto de tus deudas (320.000 millones de euros) y que las posibles alternativas respecto a su financiación, o son sospechosas de interés de parte, caso de Rusia o China, o se encuentran aún por desarrollar, como ocurre con otras instituciones prestamistas multilaterales en proceso de formación.
Estamos, por tanto, ante un cisne negro, cola colísima de la distribución de probabilidad que, sin embargo, ha copado titulares y referencias. De ahíque sea más imprescindible que nunca separar adecuadamente el grano de la paja. Distinguir lo posible de lo probable, dando preeminencia a losegundo. Poner un poquito de rigor entre tanta rama que impide ver por dónde puede arder, si es que finalmente lo hace, el bosque heleno.
Las ceremonias de la confusión son malas para todos y suelen concluir en profecías autocumplidas. A más riesgo de impago, más miedo a corralito, más salida de fondos, más necesidades del sistema financiero griego, más presión de los acreedores, más presión impositiva, más fugas de dinero y así hasta el estallido final.
Claro que, a lo mejor, es eso lo que interesa.
Aunque lleva copando los titulares de los medios especializados desde que Syriza aterrizara el pasado mes de enero en el poder, lo de Grecia apenas acaba de comenzar. Se pueden ir armando, pues, de paciencia.