Para casi todo el planeta, este ‘Niño’ importa más que China o Grecia

Vuelve el fenómeno climatológico de ‘El Niño’ y, con él, la alerta en buena parte de las economías dependientes de la explotación de materias primas agrícolas o minerales alrededor del planeta.

No se trata de un tema marginal. Como explicamos en su día, el calentamiento de las aguas del Pacífico Sur y Central está detrás de fenómenos de tanto calado como la llamada Primavera Árabe.

Más nos vale, por tanto, prestarle atención.

De hecho, así lo está haciendo la prensa especializada internacional que, pese a lo que está sucediendo en Grecia o China, o con el petróleo, le ha dado un tratamiento destacado esta semana.

Hasta el punto de abrir secciones de mercados tan relevantes como las de Wall Street Journal­ o Financial Times.

Un ‘Niño’ en su máxima expresión, como se espera, provocará lluvias torrenciales en el cono sur latinoamericano, afectando a las explotaciones al aire libre de cobre y a las infraestructuras de Chile. Por el contrario, estará detrás de fuertes sequías en Australia, India y el Sureste asiático con importantes consecuencias para la cosecha de grano en esas regiones. En la nación oceánica ‘no llovería sobre secano’ pues ya arrastra las consecuencias de dos años de pluviosidad inusualmente baja. También Brasil, y su producción de café, o Indonesia y su generación de níquel, se verían severamente afectadas por la merma de agua.

De hecho los mercado de futuros de estos alimentos y metales –luego volveremos sobre esto- están repuntando en anticipación a lo que puede estar por venir. Se esperan restricciones de oferta en trigo, maíz o soja, así como en arroz, azúcar o aceite de palma.

Por si fuera poco, de concretarse tendría importantes consecuencias en el transporte, y no únicamente en el terrestre como ya hemos anticipado. No en vano, una de las consecuencias principales de este fenómeno es el aumento de los ciclones y tifones en Índico y Pacífico y una mejor temporada de huracanes en el Atlántico lo que puede afectar a las rutas tradicionales de tráfico marítimo.

De momento no se manifiesta con especial virulencia

No obstante, los primeros datos que llegan del monzón parecen más tranquilizadores y contrarios a las negrasprevisiones de los institutos especializados de Estados Unidos o Japón. Los niveles de lluvia estarían, de momento, en línea con las medias históricas pese a los malos augurios de hace poco más de un mes.

No sólo eso. La FAO ha señalado en su último informe trimestral que apenas espera una caída del 1% en el output global de cereal de este año frente a 2014, ejercicio que fue récord. La mejora en otras zonas, como China, permitirían compensar las consecuencias de El Niño en las áreas antes citadas.

Mejor así.

En un mundo cada vez polarizado entre ricos y pobres, la falta de abastecimiento, y la consecuente inflación, de bienes tan de primera necesidad como los descritos son caldo de cultivo idóneo para los extremismos y los oportunistas. Quien no tiene nada que perder, se aferra a lo que sea. Y lo que natura non dat…

Sea como fuere, a río revuelto, ganancia de pescadores. Los operadores en los mercados financieros que tienen como subyacente materias primas agrícolas o minerales se enfrentan a una etapa de elevada volatilidad que, aunque solo sea por los mayores volúmenes y coberturas, les permitirá incrementar sus ganancias. Todo riesgo es una oportunidad.

De momento, desde comienzos de junio, el precio del maíz ha repuntado un 20% mientras que el de la soja lo ha hecho un 9%. El trigo ha seguido una pauta similar, ayudado también, como los anteriores, por un nivel de plantación en Estados Unidos menor del esperado.

Veremos a ver qué nos depara el futuro.

Mantengan, por si acaso, este ‘Niño’ en su radar...