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Sorprendente grito de guerra en el Santander: ¡quiero una Blackberry!
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Alberto Artero

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Sorprendente grito de guerra en el Santander: ¡quiero una Blackberry!

La seguridad en las comunicaciones de Blackberry le ha permitido conservar la fidelidad de algunos de los principales ejecutivos del mundo, entre otros, de la española: Ana Patricia Botín

Foto: La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, y el consejero delegado, José Antonio Álvarez. (Reuters)
La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, y el consejero delegado, José Antonio Álvarez. (Reuters)

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.

No hace falta que les recuerde el auge y ocaso de Blackberry, curiosa repetición de lo que había sucedido justo antes con las Palm. ¿Se acuerdan de ellas?

Tras años de gloria, en poco más de un lustro la presencia entre el público del que fuera icono telefónico de una generación quedó reducida a la mínima expresión. En efecto, el 43% de cuota de mercado de la que llegó a disfrutar en enero de 2008 ha menguado, según los últimos datos, hasta un testimonial 0’4%.

El mundo cambia muy, pero que muy deprisa, no cabe duda.

No vamos a entrar en detalle en las razones de este colapso, que son de sobra conocidas. A los problemas derivados de la irrupción de nuevos competidores con formatos y funcionalidades más atractivos, se unió en su momento el fiasco de determinados lanzamientos, la incapacidad de adaptación y una gestión errática de la compañía que a punto estuvo de llevársela por delante.

Sin embargo, ahí sigue.

Y muchos se preguntarán por qué.

Buena parte de su supervivencia se debe al hecho de ser una referencia en el ámbito de las comunicaciones corporativas y de la Administración toda vez que su sistema operativo es considerado por los expertos sectoriales como el más seguro del mundo. Esa es la única ventaja competitiva que le queda a día de hoy que no ha dudado en explotar al calor de determinadas noticias truculentas sobre espionajes masivos casi de serie en otros dispositivos.

Ana Patricia Botín considera el Messenger como la forma más eficaz de comunicarse con los directivos más próximos a ella, desde el CEO para abajo

Pues bien, esa garantía de seguridad ha sido lo que ha permitido que la compañía canadiense conserve la fidelidad de algunos de los principales ejecutivos del mundo, entre otros, de la española Ana Patricia Botín. Sabedora de la capacidad de su Blackberry para salvaguardar la privacidad de sus instrucciones, orales y escritas, sigue haciendo un uso intensivo de la misma, hasta el punto de tenerla como su teléfono de cabecera para sus relaciones tanto personales como profesionales.

No sólo eso, considera el Messenger como la forma más eficaz de comunicarse con los directivos más próximos a ella, desde el Consejero Delegado, José Antonio Álvarez, para abajo. Poco pródiga a acudir a las instalaciones de la Ciudad Financiera, debido a una agenda de locos, cuando está por la capital prefiere mantenerse en sus predios personales en una de las zonas nobles de Madrid y aprovechar las facilidades que le otorga esa forma tan teen de comunicación para relacionarse con su gente, para asombro de propios -receptores- y extraños -testigos- de tan curiosa operativa.

Ni que decir tiene si se halla de ronda por las filiales extranjeras: el chat se convierte entonces su principal forma de contacto 'con el mundo exterior'.

Ya ven. Así, de la noche a la mañana, por arte de birlibirloque como quien dice, la denostada BB se ha convertido en un signo de estatus en el primer banco de España. Todos los integrantes de su primera línea de fuego suspiran por un dispositivo con el que la Presidenta se pueda comunicar con ellos, anhelan ese mensaje directo y personal procedente de sus femeninas manos. Tener o no tener, esa es la cuestión por mucho iPhone6 o Edge que ande circulando entre los que pintan algo en el Santander. The name of the game de la relevancia en el banco es la Blackberry con su sugerente icono circular del Messenger, nunca antes tan sexy para algunos.

Sabedores de esta realidad, los hay incluso quienes lo airean en aparatosa ostentación pese a carecer de hilo directo con la jefatura, suspirando nerviosos por que sus deseos se conviertan realidad..

Vanitas vanitatis et omnia vanitas.

Ya ven.

Como decíamos al arranque de este post, la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.

De resucitar muertos va el tema.

Vaya que sí.

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.

Santander