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El acuerdo marca un punto de inflexión en el peso de Europa en las decisiones locales
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Ángel Blanco

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El acuerdo marca un punto de inflexión en el peso de Europa en las decisiones locales

Europa necesita tomar posiciones en determinados sectores pudiendo realmente desarrollarlos, no dependiendo del interés de cada país en un objetivo de defensa local

Foto: Unión Europea
Unión Europea

Sin menospreciar las cantidades, que sin duda son muy significativas y dan credibilidad al objetivo de recuperación y estabilización, lo más importante del acuerdo alcanzado el lunes es el mensaje de unión que conlleva. Europa, que durante años -y pese a los avances de unión/solidaridad dados en 2012/2013 a través, principalmente, del BCE- siempre ha sido criticada por el poder individual de los países frente al poder del conjunto, da un evidente mensaje de unión y marca las nuevas bases de la misma. Las diferencias entre el norte y el sur, el objetivo nacional, el limitado poder del Parlamento Europeo, etc, cambian con esta decisión. Esto no quiere decir que sea una ruptura total con lo que hemos vivido hasta ahora, pero sí es un punto de inflexión que lleva a un mayor peso de Europa en las decisiones locales.

Faltan aprobaciones, viviremos momentos de incertidumbre y seguiremos teniendo volatilidad. La nueva unión no se construirá en un día, sin embargo, emitir deuda conjunta, y en los volúmenes necesarios, fortalece la unidad llevándolo a un nuevo nivel. Implica estructura y, consecuentemente, credibilidad.

Foto: Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.

Reitero que las cifras y la distribución de las mismas son espectaculares, pero creo que es importante centrarse ahora en otros dos aspectos. Primero, el acuerdo conlleva también la decisión desarrollar y fortalecer inversiones comunes en aquellos sectores en los que Europa tiene un objetivo de liderazgo (energía limpia, emisiones etc), o son fundamentales para el crecimiento futuro (telecomunicaciones). El plan es de desarrollo estructural, conlleva política común y debería implicar importantes cambios regulatorios buscando el bien común frente al objetivo nacional. No es solo regulación, también es desregulación. No olvidemos los proyectos de grandes compañías que podían haber sido líderes globales desde Europa y que, un exceso de regulación, no permitió saliera adelante, mientras que el resto de áreas geográficas favorecían su aparición.

Europa necesita tomar posiciones en determinados sectores pudiendo realmente desarrollarlos, no dependiendo del interés de cada país en un objetivo de defensa local que, en estas últimas décadas nos ha dejado detrás de alguna macro tendencias.

Y segundo, la condicionalidad implica un recorte en los poderes locales. Quizá una de las decisiones que irá cambiando por que pone en riesgo el conjunto del acuerdo y será causa de volatilidad, es el poder que cada país miembro tiene a la hora de fiscalizar el cumplimiento o no del resto. La condicionalidad es lógica y necesaria ante un interés de objetivos comunes pero, tengamos en cuenta que hemos de verlo como un primer paso, lo normal es que a medio plazo fortalezca el poder de las instituciones Europeas que serán las que deban centralizar el control.

Respecto al mercado, las noticias son sin duda positivas, pero no olvidemos las dificultades que conllevan. La aprobación de los parlamentos locales y, sobretodo, el seguimineto de la implementación, aprobaciones de presupuestos, planes de invesión etc, conllevará volatilidad hasta que quede estructurada. El mercado puede y debe tener dudas al respecto ya que no todo esta perfectamente cerrado si bien, lo más imporante es el marco legal que genera, la solidaridad de las medidas y el paso adelnte como unión.

Foto: Pedro Sánchez, junto a Angela Merkel y Kyrisakos Mitsotakis. (Reuters)

La reacción inicial ha sido positiva desde el lado de divisas, moviendo el euro-dólar por encima de 1,16. Las bolsas ya descontaban la necesidad del acuerdo y dabán altas posibilidades al mismo. Opino que es mejor del que podíamos esperar hace una semana si bien es comprensible que algunas dudas se mantegan, lo que, unido a incertidumbres respecto a rebrotes y recuperación, no determinen mayores subidas a corto. La base está creada, debemos esperar una reducción de la primas de riesgo que cotizan los valores, pero sobre todo, ahora necesitamos ver signos de estabilización macro para poder ver alzas significativas. En ese sentido, si sería lógico que, una vez lleguemos a descontar estabilización, veamos una mejora del denominado "value", muy penzalido en bolsa, frente a "quality" y "growth". Reitero, se necesita esatbilización.

En el corto seguimos pendiente de beneficios y habrá que tener en cuenta la iliquidez del verano que puede llevar a movimientos extremos ante nuevas noticias.

Por resumir, un claro avance para la UE que debería reducir riesgos y, determinar un nuevo camino de desarrollo conjunto con un claro sesgo al crecimiento.

Sin menospreciar las cantidades, que sin duda son muy significativas y dan credibilidad al objetivo de recuperación y estabilización, lo más importante del acuerdo alcanzado el lunes es el mensaje de unión que conlleva. Europa, que durante años -y pese a los avances de unión/solidaridad dados en 2012/2013 a través, principalmente, del BCE- siempre ha sido criticada por el poder individual de los países frente al poder del conjunto, da un evidente mensaje de unión y marca las nuevas bases de la misma. Las diferencias entre el norte y el sur, el objetivo nacional, el limitado poder del Parlamento Europeo, etc, cambian con esta decisión. Esto no quiere decir que sea una ruptura total con lo que hemos vivido hasta ahora, pero sí es un punto de inflexión que lleva a un mayor peso de Europa en las decisiones locales.

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