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En un mercado frágil, el oro es el 'canario'
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Ángel Blanco

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En un mercado frágil, el oro es el 'canario'

Los rebrotes siguen determinando los movimientos a corto plazo. La falta de visibilidad condiciona la evolución de un mercado que sigue sostenido por las actuales ayudas

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Los rebrotes siguen determinando los movimientos a corto plazo. La falta de visibilidad condiciona la evolución de un mercado que, a su vez, sigue sostenido por las actuales ayudas, las perspectivas de nuevas medidas puente y la esperanza de una vacuna. Es evidente que la volatilidad se mantendrá en los próximos meses porque ninguna de estas variables podrá variar sustancialmente siempre que no se encuentre una solución inmediata. Tendremos que ver cómo evoluciona la economía y confiar en que las nuevas medidas den suficiente confort. Lo que sí parece claro es que, mientras el mercado en su conjunto se mueve por estas directrices, se están produciendo grandes cambios en tendencias que nos describen una nueva realidad.

Los movimientos en divisas, la evolución del oro, las crecientes diferencias entre bloques económicos y la estabilidad de los tipos de interés en niveles cercanos a cero o negativos son importantes áreas de análisis que nos deberían permitir comprender cuál será el entorno en el que viviremos en el futuro o, al menos, qué considera el mercado que puede pasar. En ese sentido, la evolución del oro como 'hedge' natural no solo contra el riesgo de crisis, sino también como activo frente a las principales divisas mundiales, es un factor a tener muy en cuenta. El oro está alcanzando nuevos máximos prácticamente a diario y lo ha hecho pese a la esperanza de estabilización.

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La explicación está en el enorme endeudamiento al que nos enfrentamos, endeudamiento necesario, pero que conlleva una devaluación global. La cobertura ante una devaluación siempre ha estado en una divisa más fuerte o en activo real, en esta ocasión al tratarse de una desaceleración y apalancamiento global, las estructuras varían y la cobertura se hace a través de un vehículo que, de por sí, mantiene su valor. La evolución de la plata está también yendo en la misma dirección y posiblemente se mantenga mientras no quede claro que entramos en un proceso de estabilización y, por lo tanto, no se considere que se necesitan más ayudas o haya mayor claridad sobre el pago de las actuales.

El dólar y más concretamente su evolución contra el euro sigue también esta dirección. Hasta ahora siempre ha sido la principal moneda refugio, pero en este entorno de creciente deuda y bajos tipos de interés en EEUU (recordemos el diferencial que ha mantenido con Europa hasta hace menos de un año), su devaluación es un hecho. La lectura positiva desde Europa estaría en las nuevas medidas adoptados por la unión, pero no pensemos que el euro no se está devaluando. En un futuro, la necesidad de hacer frente a los pagos junto a las nuevas emisiones podría llevar a un proceso inflacionista ligado a las devaluaciones, pero aún tardará.

Respecto a los bloques económicos, todo vuelve a moverse. China vs. EEUU, el papel de Europa a escala global, el Brexit y sus consecuencias, las expectativas de los países emergentes... En estos momentos la falta de visibilidad hace complejo el análisis pero lleva a movimientos que ya han sido extremos. Los países emergentes están sufriendo en sus divisas y en sus mercados los mayores descensos. EEUU pierde valor a través de su divisa aunque aún no de forma agresiva, China y su posicionamiento en activos extranjeros es un condicionante que se debe seguir. Europa ha reforzado estructuralmente su unión, pero se mantienen grandes dudas y necesita de estabilidad económica y de una mayor capacidad de decisión en sus principales órganos de gobierno. Queda mucho por ver, pero son ya caminos abiertos.

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Por último, como hemos tratado en otras ocasiones, está el diferencial entre sectores. La "nueva" economía frente a la "antigua" economía. La tecnología sigue liderando y, hasta que no haya visibilidad sobre un entorno de creciente estabilidad, es poco probable que esta correlación cambie. Existe el riesgo de que las valoraciones no sean sostenibles y si la crisis se mantiene más allá de 2021, veremos fuertes descensos.

En general, no olvidemos que los movimientos de corto pueden hacernos perder la perspectiva sobre los grandes movimientos estructurales y estos, sin duda, ya se están produciendo para marcar las tendencias de los próximos años.

Los rebrotes siguen determinando los movimientos a corto plazo. La falta de visibilidad condiciona la evolución de un mercado que, a su vez, sigue sostenido por las actuales ayudas, las perspectivas de nuevas medidas puente y la esperanza de una vacuna. Es evidente que la volatilidad se mantendrá en los próximos meses porque ninguna de estas variables podrá variar sustancialmente siempre que no se encuentre una solución inmediata. Tendremos que ver cómo evoluciona la economía y confiar en que las nuevas medidas den suficiente confort. Lo que sí parece claro es que, mientras el mercado en su conjunto se mueve por estas directrices, se están produciendo grandes cambios en tendencias que nos describen una nueva realidad.

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