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No, los máximos históricos del S&P 500 no anticipan una recuperación rápida
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Ángel Blanco

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No, los máximos históricos del S&P 500 no anticipan una recuperación rápida

La positiva evolución de la "vieja economía" no se reflejará significativamente hasta que el crecimiento quede estabilizado

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Si miramos los gráficos de evolución del S&P, Dow Jones, Nikkei o, especialmente del Nasdaq, podríamos pensar que no solo lo peor ha pasado, también que el mercado descuenta un crecimiento significativo y sostenible a muy corto plazo. ¿Es así? Sinceramente, no. No parece posible que esta idílica situación sea realista, y es un hecho que no es lo que se está realmente descontando, ya que ningún indicador nos anima a pensar de esta forma.

Eso no quiere decir que el mercado no tenga serias razones para cotizar a estos niveles, las hay. Sin ir más lejos, las diferentes medidas combinadas de política fiscal y monetaria que se han venido adoptado, y que se siguen desarrollando, desde el pasado mes de marzo. Además, la perspectiva de duración ilimitada de estas medidas que, está misma semana quedó de nuevo confirmado tras las declaraciones de Powell, sin duda ayuda. Sin embargo, aunque estas medidas son y siguen siendo fundamentales, los niveles bursátiles realmente se explican por la apuesta que el mercado ha realizado por los sectores de crecimiento y transformación que lideran y liderarán el nuevo entorno económico. Y por si fuera poco, esa tendencia será apoyada aún más por los estados, que tratarán de limitar al máximo posible los efectos de la crisis en los sectores tradicionales durante sus procesos de transformación.

Teniendo en cuenta que la base fundamental para el desarrollo en los próximos años es mantener la confianza en el sistema económico, limitar riesgos de falta de liquidez y fomentar el desarrollo de la "nueva economía" como acelerador de cambios y puente durante el proceso de transformación, también es necesario que todo este trabajo se realice de forma coordinada entre bancos centrales, Gobiernos y sectores empresariales. Los mayores riesgos podrían venir por la búsqueda de intereses particulares frente al interés conjunto de cambio y desarrollo. Por ahora, este riesgo, especialmente en un momento de baja de visibilidad, es limitado. El principal objetivo es el de la estabilización, pero es claramente un factor a tener en cuenta que tendremos que seguir muy de cerca.

Foto: Jerome H. Powell, presidente de la Reserva Federal, en el simposio anual (este año virtual) de Jackson Hole 2020.

En este sentido es importante analizar las reuniones de Jackson Hole, y especialmente, las declaraciones de Powell el pasado jueves, que nos dan muestra de este interés común, así como de la continuidad y transformación de las medidas adoptadas. El presidente de la FED explico las líneas de cambio de la política monetaria de EEUU basadas en dos objetivos: retornar al pleno empleo y utilizar la inflación promedio frente a un nivel prácticamente fijo, el 2%, a la hora de mover tipos de interés, asegurando, por el momento, tasas bajas durante un supuestamente largo periodo de tiempo. La FED permitirá desviaciones del objetivo de inflación compensando periodos de baja inflación y crecimiento.

Llama significativamente la atención la mención constante a la recuperación de la que, podríamos denominar "economía real". Powell habla de cómo la recuperación económica tardará años en llegar a la clases media/media baja y como es necesario cubrir sus necesidades. Con ello entiendo que hace referencia al "puente" del que hablábamos anteriormente. Hay un camino de crecimiento a través de los sectores ms correlacionados con la "nueva economía" pero hay que crear también las bases para la transformación de la "vieja economía" y, principalmente, de las personas ligadas a ella. Sin duda estamos ante una importante transformación y es necesaria la coordinación y uso de políticas monetarias y fiscales que ayuden a la misma limitando el riesgo lo máximo posible.

Los cambios que se han producido en los componentes del DOW son una muestra de todas estas tendencias de fondo. Con las entradas de Salesforce, Amgen y Honeywell y las salidas de Pfizer, Exxon y Raytheon, además del 'split' de Apple y su cambio de ponderación en el índice. La "nueva economía" gana todavía más peso. También es muy destacable la evolución del mercado tras los resultados de Salesforce, la compañía de CRM que, tras publicar resultados por encima de expectativas, terminaba subiendo más de un 25% en la sesión. Sin duda los resultados fueron muy positivos con ingresos subiendo un 29% destacando el crecimiento en Europa, un 38% durante el trimestre y con un 28% en EEUU. Sin entrar a analizar los flujos de entrada en el valor y el sector -que sin duda explican parte de la revalorización- este movimiento es una muestra de cómo el mercado está absolutamente centrado en el cambio y consecuentemente en la tecnología. Los riesgos de cotización son evidentes y, seguro, pueden alcanzar niveles de burbuja en determinadas empresas. Pero a día de hoy, esos precios muestran una tendencia basada en la convicción de que son estos sectores los que tienen que liderar el cambio mientras el resto se adapta y transforma.

La positiva evolución de la "vieja economía" no se reflejará significativamente hasta que el crecimiento quede estabilizado

Lo que rompe con la línea de este desarrollo y supone un riesgo evidente en el modelo, es que a la vez que sus resultados fueron muy positivos y la reacción del mercado también, la compañía ha anunciado un importante número de despidos. Esto nos debería hacer pensar, en general, sobre las previsiones a medio plazo, no tanto de la compañía, sino del futuro al que se dirige el sistema económico.

Los riesgos existen y sigue haciendo falta una gran coordinación de los agentes económicos, pero el camino que se está siguiendo es positivo. Las mejoras en la "vieja economía" no se verán reflejadas significativamente hasta que el crecimiento quede estabilizado y las bases del cambio se consoliden. Seguiremos en un entorno de volatilidad. Conviene ser prudentes y confiar en que la liquidez y la concentración de las inversiones no nos lleven a crear burbujas en áreas que son clave para la estabilidad y crecimiento futuro.

Si miramos los gráficos de evolución del S&P, Dow Jones, Nikkei o, especialmente del Nasdaq, podríamos pensar que no solo lo peor ha pasado, también que el mercado descuenta un crecimiento significativo y sostenible a muy corto plazo. ¿Es así? Sinceramente, no. No parece posible que esta idílica situación sea realista, y es un hecho que no es lo que se está realmente descontando, ya que ningún indicador nos anima a pensar de esta forma.

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