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Elecciones en EEUU: los inversores confían en más medidas fiscales gane quien gane
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Ángel Blanco

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Elecciones en EEUU: los inversores confían en más medidas fiscales gane quien gane

Las políticas económicas tanto de republicanos como de demócratas coinciden en la necesidad de apoyar nuevas medidas fiscales que permitan fomentar el crecimiento

Foto: (Reuters, Al Drago)
(Reuters, Al Drago)

Falta menos de un mes para las elecciones presidenciales en EEUU, un evento que suele situarse como uno de los principales conductores del mercado a corto plazo. Pero el comportamiento de los distintos activos financieros parece que no se está viendo demasiado influenciado por la pugna electoral entre Joe Biden y Donald Trump. El mercado asume que en los programas de ambos candidatos se centra en la estabilidad económica. Los dos garantizan la continuidad de las medidas fiscales ya aprobadas y prometen otras similares tanto en magnitud como en objetivos. Esto hace que otras variables más ligadas al fin de la pandemia, al daño estructural en las economías, la evolución de los países que ya han ido saliendo de ella o la confianza en las medidas monetarias implementadas, sigan determinando las tendencias del mercado.

Ante una situación como la actual, las políticas económicas tanto de republicanos como de demócratas coinciden en la necesidad de apoyar y potenciar nuevas medidas fiscales que permitan fomentar el crecimiento y el empleo contando, también, con la ayuda de las políticas monetarias implementadas por la Fed. El entorno global, marcado por la pandemia y la crisis ligada a ésta, limita las diferencias. El camino a seguir es el que es y, pese a las diferencias que puedan producirse en su implementación, está claro que la agenda económica viene marcada por un objetivo de estabilización. Una vez alcanzado este, sí es previsible que las medidas de salida para hacer frente a un déficit creciente, la falta de productividad y/o a la posición que se tenga frente al proceso de globalización sean distintas, Pero el corto plazo seguirá marcado por la salida del entorno actual de crisis.

Foto: Joe Biden y Donald Trump. (Reuters)

Durante los últimos años, especialmente debido a la reforma fiscal del 2017 en la que se bajó el impuesto de sociedades del 35% al 21%, se ha considerado a Trump un presidente pro-mercado. El temor, con un déficit creciente, era una subida generalizada de impuestos en el momento que el partido demócrata llegara al poder y, si bien es cierto que se esperan subidas por parte de Biden, el mercado no estima que las mismas vayan a realizarse en el muy corto plazo. La prioridad absoluta ahora mismo es relanzar la economía. En su programa se habla de subidas desde el 21% al 28% en sociedades, con un mínimo del 15% incluyendo exenciones. Con respecto a los particulares, el objetivo es llegar a un marginal máximo del 39,5% frente al 37%. Las rentas más elevadas verían también gravadas las ganancias de capital como ingresos ordinarios. Parece más que probable que en algún momento los impuestos vayan a subir tanto en EEUU como en todos aquellos países cuyos déficits se han incrementado significativamente por la crisis. Impuestos y devaluaciones de divisas, dirigidas por mercado, son, junto a la inflación, las principales herramientas para reducir el endeudamiento.

Fundamentales son las políticas fiscales a desarrollar. En este sentido, los republicanos abogan por un gasto de 1,5 billones de dólares dirigidos a infraestructuras de comunicaciones y autopistas, que además se apalancaría con coinversión pública y privada. Será muy importante conocer a futuro la velocidad a la que se puedan realizar las inversiones, ya que eso condiciona también lo rápido que el dinero llegará a la economía real. Los demócratas hablan de 2 billones de dólares en un periodo de 4 años, con un énfasis especial en la inversión en energías limpias. Estamos hablando de dos fórmulas diferentes pero con un claro nexo común, estabilizar y dar crecimiento.

Las políticas económicas de tanto republicanos como demócratas coinciden en la necesidad de apoyar y potenciar nuevas medida fiscales

Por último, en relación con las relaciones globales, el consenso del mercado espera una relación más fluida entre Biden y China o Europa, fundamentalmente la primera, en las formas pero sin grandes cambios en el contenido. No olvidemos que Hilary Clinton ya incluía en su programa, y hay una visión común de los partidos al respecto, el objetivo de balancear el comercio exterior. Por ahora, el objetivo de las distintas áreas es común, de nuevo volveremos a entrar en fases de diálogo menos fluido, una vez se haya conseguido estabilizar la actual crisis. Están en juego posiciones de liderazgo que harán que las negociaciones, las guerras comerciales, los aranceles etc sigan con nosotros por un largo periodo de tiempo.

El gran riesgo del mercado de cara a las elecciones, estaría en que los resultados finales fueran inciertos. La incertidumbre y la duración de la misma influiría en las expectativas económicas al paralizar programas fiscales durante un periodo de tiempo.

Mientras tanto, estos últimos días el mercado se ha visto favorecido por la positiva evolución de China. Ahora mismo se descuenta que ya ha dejado atrás, al menos, lo peor de la pandemia. Queda mucho por ver, pueden ser semanas de volatilidad, incluso podemos tener momentos de ligeras rotaciones sectoriales pero no olvidemos que la verdadera clave sigue la estabilización.

Falta menos de un mes para las elecciones presidenciales en EEUU, un evento que suele situarse como uno de los principales conductores del mercado a corto plazo. Pero el comportamiento de los distintos activos financieros parece que no se está viendo demasiado influenciado por la pugna electoral entre Joe Biden y Donald Trump. El mercado asume que en los programas de ambos candidatos se centra en la estabilidad económica. Los dos garantizan la continuidad de las medidas fiscales ya aprobadas y prometen otras similares tanto en magnitud como en objetivos. Esto hace que otras variables más ligadas al fin de la pandemia, al daño estructural en las economías, la evolución de los países que ya han ido saliendo de ella o la confianza en las medidas monetarias implementadas, sigan determinando las tendencias del mercado.