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Punto de inflexión sin cambio de tendencia
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Ángel Blanco

Visión Alternativa

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Punto de inflexión sin cambio de tendencia

El presidente del Sistema de la Reserva Federal estadounidense, Jerome Powell, inicia tímidamente el proceso de normalización

Foto: Jerome Powell, en una foto de archivo. (Reuters)
Jerome Powell, en una foto de archivo. (Reuters)

Los procesos de cambio nunca se inician cuando se anuncian. El anuncio supone la confirmación oficial de la tendencia y su implementación, pero el punto de inflexión se ha producido antes. Durante el proceso, las medidas y, sobre todo, los lenguajes van variando, aunque se sigue mantenido la opcionalidad de volver atrás o matizar las actuaciones. Son periodos de reequilibrio y, por lo tanto, si bien con un objetivo final, no hay un proceso único sino un acompañamiento, en el que conviven dos modelos, hasta que se alcanza el momento de poder acelerar el cambio real.

Las declaraciones de Powell esta semana, tras un año de anuncios ligados a la mayor batería de política fiscal y monetaria nunca conocida, suponen un punto de inflexión, pero desde luego no implican un cambio de tendencia, que tardará, y además aún bastante, en producirse. Se están creando las bases, se definirá la actuación; pero las reacciones del mercado, el tiempo de duración y la evolución económica durante el proceso determinarán el mismo, debido principalmente a la lógica —aunque con particularidades— dependencia entre la economía real y el mercado. Estructuralmente, sobre todo en entornos negativos, la correlación entre las dos sube. En los positivos, el mercado tiende a recoger los cambios de forma anticipada, al basarse en liquidez, expectativas futuras y ser el vehículo natural de intervención en el sistema.

Foto: Presidente de la Fed, Jerome Powell (EFE)

En esta ocasión, volviendo a Powell, y habiendo visto la evolución de la renta fija estas últimas semanas, podríamos decir que hay dos claves en su intervención: por un lado, lo dicho respecto a objetivos ("hay razones para pensar que progresamos hacia los objetivos de la Fed en inflación y empleo") y, por otro, lo no dicho y esperado, ya que Powell no mostró preocupación respecto a la evolución de los bonos durante este último mes. Recordemos que la TIR de 10 años ya ha llegado a situarse por encima del 1,5% y el dólar, que hasta ahora no había reaccionado, ha roto contra el euro niveles de 1,2 que se habían consolidado desde el pasado verano.

Powell hizo, como siempre debe hacer, política monetaria con sus palabras. Implícitamente, reconoce la recuperación y da un mensaje de confianza sobre la evolución de la misma, avisando a su vez de que queda tiempo y siguen existiendo riesgos. Con ello, sin hacer declaraciones al respecto, inicia el proceso de salida a través de la no contención, al menos de momento, de un incipiente proceso de normalización de tipos. De forma inteligente, se carga de opcionalidad. Entre otras cosas, la Fed decidirá el momento de actuar dejando antes que el reequilibrio comience.

El riesgo de una potencial salida descontrolada se debe seguir de cerca

Actuará si debe actuar, y además el mercado sabe que lo hará. Eso no quiere decir que lo vaya a hacer a cualquier nivel, por primera vez el tiempo permite un ligero inicio del proceso. Uno de los grandes riesgos con que nos podemos encontrar durante este periodo es una salida agresiva por el exceso de liquidez existente en activos ligados, ya sea de forma directa o indirecta, a tipos. Si esta salida se produce, no dudemos que también se producirá una intervención, pero antes podríamos ver procesos de toma de beneficios hasta que se encuentre un nivel de equilibrio. Recordemos aquí que el mercado tiende a buscar estos equilibrios cuando cambian las condiciones que se ha dado como base, pues los inversores quieren conocer dónde están o no están los suelos, dependiendo de las circunstancias en que nos encontremos.

El riesgo de una potencial salida descontrolada se debe seguir de cerca, existir existe, pero la opcionalidad de los bancos centrales también, y ha quedado demostrada. La salida de liquidez en renta fija en la valoración influye e influirá en el comportamiento de las acciones y las diferentes temáticas que la componen, más aún cuando hay bolsas concretas de liquidez abundante en algunas áreas, pero lo más importante es analizar cómo los bancos centrales van controlando el proceso de salida y cómo el mercado confíe o no confíe en lo que se esté haciendo.

Foto: Foto: iStock. Opinión

Una parte muy importante de la solución a esta situación que vivimos está en el adecuado proceso de salida, y no dudemos que queda muchísimo por ver y hacer. Recordemos que aún estamos en la fase de mayor opcionalidad a la hora de tomar las decisiones e incluso de cambiar las mismas. Reitero que aún no se ha cambiado la tendencia.

Por último, me gustaría hacer mención a los sorprendentes procesos que cada día conocemos más. La concentración del mercado en temáticas, la aparición de productos especulativos, la dinámica del 'benchmark' y la desaparición de partícipes que equilibraban frente a nuevos partícipes que tensionan aún más valoraciones generan distorsiones. Estas distorsiones suelen estar históricamente ligadas a procesos de alta volatilidad. Seamos prudentes con los mismos.

Los procesos de cambio nunca se inician cuando se anuncian. El anuncio supone la confirmación oficial de la tendencia y su implementación, pero el punto de inflexión se ha producido antes. Durante el proceso, las medidas y, sobre todo, los lenguajes van variando, aunque se sigue mantenido la opcionalidad de volver atrás o matizar las actuaciones. Son periodos de reequilibrio y, por lo tanto, si bien con un objetivo final, no hay un proceso único sino un acompañamiento, en el que conviven dos modelos, hasta que se alcanza el momento de poder acelerar el cambio real.

Las declaraciones de Powell esta semana, tras un año de anuncios ligados a la mayor batería de política fiscal y monetaria nunca conocida, suponen un punto de inflexión, pero desde luego no implican un cambio de tendencia, que tardará, y además aún bastante, en producirse. Se están creando las bases, se definirá la actuación; pero las reacciones del mercado, el tiempo de duración y la evolución económica durante el proceso determinarán el mismo, debido principalmente a la lógica —aunque con particularidades— dependencia entre la economía real y el mercado. Estructuralmente, sobre todo en entornos negativos, la correlación entre las dos sube. En los positivos, el mercado tiende a recoger los cambios de forma anticipada, al basarse en liquidez, expectativas futuras y ser el vehículo natural de intervención en el sistema.

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