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Jackson Hole, de nuevo clave en la visibilidad del mercado
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Ángel Blanco

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Jackson Hole, de nuevo clave en la visibilidad del mercado

La reunión que organiza la Fed de Kansas City del 25 al 27 de agosto se ha convertido en el foro adecuado para conocer en detalle cual es el plan previsto y como quiere implementarse

Foto: El Toro de Wall Street en Manhattan, Nueva York. (Reuters/Carlo Allegri)
El Toro de Wall Street en Manhattan, Nueva York. (Reuters/Carlo Allegri)
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Desde 1978, Jackson Hole, se ha consolidado como uno de los mayores eventos económicos globales del año marcando, en numerosas ocasiones, la agenda de política monetaria que, estructuralmente se quiere y se va a seguir. En un año como este 2022, en el que la inflación se ha convertido en el principal enemigo a batir, la reunión que organiza la Fed de Kansas City del 25 al 27 de agosto se ha convertido en el foro adecuado para conocer en detalle cual es el plan previsto y como quiere implementarse, conviviendo en esta ocasión los mensajes que se quieran transmitir sobre evolución de tipos de interés a la paulatina reducción, o no, del balance de la Fed. Las decisiones adoptadas y las perspectivas sobre retiradas de liquidez, así como las nuevas medidas a adoptar, marcarán la agenda del próximo año pudiendo eliminar parte de la incertidumbre o generando, en función de la agresividad con la que se considere necesario luchar contra la inflación, un nuevo rebalanceo de posiciones.

Por ahora, especialmente en el último mes, como ha quedado recogido tanto en las valoraciones de los activos de renta variable como en los de renta fija, la perspectiva es que no va a ser necesario intensificar las subidas. Lo cierto es que el componente coyuntural de la inflación esta teniendo a reducirse, siendo lógico que, si esta tendencia se mantiene y, sobre todo, tras los cambios de objetivos de inflación a variable que se hizo el año pasado, se intente evitar al máximo un encarecimiento significativo de las nuevas emisiones, así como distorsiones en los mercados de crédito, que determinen una desaceleración aun mayor a la prevista.

Si bien en cuanto a tipos de interés el mensaje ha de seguir siendo de prudencia y, por lo tanto, aunque con matices a la baja, se sigan manteniendo las expectativas de subidas, es lógico pensar que se transmitirá una cierta relajación respecto a la urgencia, aunque se deje abierto, como mensaje al mercado, la posibilidad de actuar con rapidez si es necesario. La principal pregunta estará en el QT (proceso de reducción del tamaño del balance de la Reserva Federal).

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Las decisiones sobre el QT dependen de las expectativas sobre la capacidad de absorción por parte del mercado, es decir, de la liquidez real del mismo que, recordemos, en estos momentos no es especialmente alta entre otras razones por falta de visibilidad sobre el escenario macro al que nos vamos a enfrentar. Una idea clara o relativamente clara sobre la posición de los diferentes bancos centrales debe ayudar. Por el momento el mercado quiere entender que los procesos de retirada en ningún caso se van a acelerar, pero desde luego, sería positivo confirmarlo y tener claridad sobre una variable que ha quedado en segundo plano este último año por la necesidad de incrementar los tipos de interés.

Diferentes documentos publicados recientemente por la Fed, muestran como la reducción del balance podría tener consecuencias muy negativas en mercado, desencadenando un fuerte aumento en las tasas de interés. Concretamente se hablaba de que una reducción de 2,2 billones de dólares en tres años supondría un encarecimiento de 76pbs. Tres veces lo esperado en un entorno de liquidez normalizada. Aparte del efecto en Gobiernos, habría que tener en cuenta la disrupción que puede suponer en los mercados de crédito ante una ruptura ya no solo de la liquidez, si no de la confianza, lo que podría determinar una fuerte reducción de posiciones.

Por ahora, calma tensa tras la recuperación vivida este último mes por una paulatina estabilización de la inflación que, confiemos, se confirme, aunque dependerá de que el entorno geopolítico y la evolución del comercio (en breve empezamos a conocer resultados empresariales), lo permitan. Por ahora, el primer rebalanceo parece haber terminado.

Desde 1978, Jackson Hole, se ha consolidado como uno de los mayores eventos económicos globales del año marcando, en numerosas ocasiones, la agenda de política monetaria que, estructuralmente se quiere y se va a seguir. En un año como este 2022, en el que la inflación se ha convertido en el principal enemigo a batir, la reunión que organiza la Fed de Kansas City del 25 al 27 de agosto se ha convertido en el foro adecuado para conocer en detalle cual es el plan previsto y como quiere implementarse, conviviendo en esta ocasión los mensajes que se quieran transmitir sobre evolución de tipos de interés a la paulatina reducción, o no, del balance de la Fed. Las decisiones adoptadas y las perspectivas sobre retiradas de liquidez, así como las nuevas medidas a adoptar, marcarán la agenda del próximo año pudiendo eliminar parte de la incertidumbre o generando, en función de la agresividad con la que se considere necesario luchar contra la inflación, un nuevo rebalanceo de posiciones.

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