Se disparan las ventas de coches muy viejos

Las cifras de muertos en las carreteras en los últimos años han experimentado un importante descenso con respecto a las de hace unos años. Hemos pasado de cerca de 6.000 muertos al año durante los años noventa a 2.181 en el ejercicio 2008. Sin duda es algo de lo que todos estamos muy contentos.

A ello ha contribuido, sin duda, la aplicación del carné por puntos y la aparición de cientos de radares por las carreteras que además de para recaudar dinero han servido para que la gente vaya más despacio. Pero también a que los automóviles son cada día mucho más seguros y ofrecen muchas más ayudas a la conducción

El otro día leía unas declaraciones del Director General de Tráfico, Pere Navarro, en la que al anunciar la reducción de víctimas decía que el objetivo para el 2015 era que el número de víctimas fuera cero. Y quizá al Sr. Navarro le ha ocurrido lo que a Zapatero, que no sabía que llegaba una crisis económica brutal.

Las ventas de coches nuevos, esos que tienen ABS, ESP, control de tracción, hasta 10 airbags, frenado de emergencia y tantos y tantos nuevos elementos de seguridad, han caído más de un 40% con respecto a las de 2007. O lo que es lo mismo, de los 1,5 millones de coches que se vendían hasta el 2007, se prevé acabar el año 2009 con 900.000.

Por el contrario, las ventas de coches “muy usados” han aumentado en un 40% según los datos facilitados por AutoScout24. Esos coches son lo que tienen más de quince años, y cientos de miles de kilómetros a cuestas, y son modelos viejos como el Volkswagen Golf (2ª o 3ª generación), el Ford Fiesta, el Renault Twingo o el Opel Corsa que en su mayor parte ni siquiera disponen de ABS ni de airbag para el conductor. Estos coches, según la compañía AutoScout24, alcanzaron un precio medio de 700 euros.

La crisis que ya ha llegado y se ha estancado en el mercado del automóvil, va a empezar a hacer mella también en la seguridad y eso es algo que vamos a pagar todos. En los últimos años se había reducido la presencia de coches que circulan sin ningún tipo de seguro, pero con la llegada de todos estos vehículos “muy usados” nuevamente van a subir también estas cifras. 

Otro día les hablaré de la contaminación. Porque estos vehículos echan por el tubo de escape absolutamente de todo. Cuando los fabricantes invierten fuertes cantidades de dinero para hacer coches cada vez más limpios, un cambio de tendencia como este puede dar al traste con todo lo conseguido en los últimos años. Y lo digo tanto por las víctimas de los accidentes de carretera como por el aumento de la contaminación.