Errores inaceptables

Llevamos ya dos meses de consultorio sobre ruedas en el que Mario Arnaldo y el equipo de Automovilistas Europeos Asociados explican a nuestros lectores aspectos legales sobre sanciones, sobre impuestos y sobre muchas otras cosas relacionadas con el mundo del automóvil. Y lo que he podido detectar en estos meses es que a diario surgen temas en los que aparecen de manera muy repetitiva los errores en las sanciones.

Y estos errores me parecen impresentables de todo punto. Cuántas veces en estos dos meses Mario nos ha respondido que la sanción impuesta es errónea. Lo es porque no se han tenido en cuenta los márgenes de error, que son legales y de obligado cumplimiento, porque se ha superado el plazo reglamentario para la notificación o porque se ha aplicado tal o cual precepto de manera ilegal, o al menos improcedente.

Y yo me pregunto ¿no hay alguna forma de defenderse contra la Administración que no sea pagando un costoso abogado para que esté junto a nosotros y que defienda nuestros derechos?. Y les cuento un ejemplo de un lector que nos decía que le habían impuesto una sanción circulando por una vía a x kilómetros por hora y la sanción fue de 300 euros y dos puntos del carné. Había un error en la sanción y en realidad debía ser de 100 euros, pero como ya está pagada no se puede reclamar o al menos es muy complicado. Esto es una vergüenza.

Los ayuntamientos hacen su agosto con los conductores, imponen unas sanciones superiores a las que contempla la ley, no aplican los márgenes de error que son legales, pero no los aplican porque así le sacan otros 200 euros más a cada conductor al que pillan. Y si cuela, que suele colar, pues bien y si ya el conductor busca un abogado experto consigue que le quiten esa multa, pero a cambio hay cientos o miles que simplemente pagan.

Y mi pregunta es la siguiente. El señor al que pagamos todos los españoles para que tramite las multas tendrá que hacer bien su trabajo, y si lo hace mal, que se vaya a la calle a engrosar la lista de parados. Si se equivoca una vez, puede pasar, porque todos tenemos un mal día, pero si se equivoca cuatro o cinco o diez veces, pues a la calle y que venga otro que sepa hacer su trabajo. Pero ojo, su trabajo es hacer las cosas de forma legal y no intentar que tal o cual ayuntamiento o entidad, como por ejemplo la DGT, ganen más dinero a nuestra costa.

Si yo, que no me dedico más que a escribir, cometo un pequeño error en mi declaración de la Renta, inmediatamente tengo encima a un perro de presa (inspector de Hacienda) pidiéndome hasta la última factura o recibo sobre mi declaración y la multa no me la quita nadie, aunque sea por un error tonto de 100 euros.

Pero si un agente de la DGT o un Policía Municipal no aplica el margen de error legal y se equivoca en 200 euros yo, el supuesto acusado, soy el que tiene que demostrar que el señor agente se ha equivocado, buscar todas las pruebas necesarias y tratar de defenderme de un atropello legal.

Creo que hay que acabar con la impunidad de la Administración, con esas leyes que dicen que el agente siempre tiene razón y que tu, un simple mortal que lo único que hace es pagar a miles y miles de funcionarios de la Administración, no tienes ningún derecho.

En el consultorio se leen cosas que ponen los pelos de punta, un lector que no tiene móvil y le han puesto una multa por hablar por el móvil, otro, el caso de los mossos de escuadra que, como uno de los que viajaba en el coche le dijo al guardia de forma respetuosa que si me puede hablar en español que no le entiendo, le multaron por salir mal en una rotonda. Pero no en el momento, porque les pararon sólo para comprobar si llevaban el cinturón de seguridad, sino por correo unas semanas después. Ya saben lo de tirar la piedra y esconder la mano. Y así cientos de casos como el de dos ciclistas que van por un camino y a uno le imponen 400 euros y 2 puntos de carné y al otro sólo 200 euros y sin puntos por hacer exactamente lo mismo, que además es legal.

Esto es un cachondeo, pero lo que no sé es cuánto tiempo tiene que pasar para que esto se acabe, esta persecución, esto de hacer que los agentes de la autoridad, que por supuesto merecen todo el respeto cuando hacen bien su trabajo, se consideren dioses que sacan dinero de debajo de las piedras. Es que eso es mentira porque de dioses no tienen nada y porque el dinero lo roban de nuestra cartera.