Premio para Nissan

Esta semana pasada se ha hecho público que la planta barcelonesa de Nissan será la encargada de hacer su nuevo vehículo Pick-Up a partir del año 2014, lo que asegura carga de trabajo y, sobre todo, empleo en dicha factoría hasta 2024.

La decisión por parte de la multinacional japonesa ha llegado solo unos días después de que los trabajadores aceptaran aumentar su productividad y trabajar algunos sábados. La mayoría de los empleados ha hecho una apuesta, con reducción de salario incluido, pero a cambio se han asegurado el futuro, al menos a medio plazo. Como lo hicieron hace unos meses los de Seat para poder fabricar en la planta de Barcelona el nuevo Audi Q3.

La decisión por parte de los trabajadores de Nissan ha sido complicada. Por un lado los sindicatos UGT y USOC  apostaban por aceptar estas reducciones de derechos a cambio de un futuro asegurado, pero los otros dos sindicatos mayoritarios, CCOO y CGT, iban en contra de los mismos.  Al final, los 3.200 empleados de  Nissan han decidido dar este paso, que yo creo que es importante.

No soy un experto en economía pero, desde fuera de Nissan, creo que la postura adoptada es muy acertada. Los sindicatos mayoritarios, en general, no están apoyando a los trabajadores. Apoyan sus derechos, pero ojo, los de las centrales sindicales y los sindicalistas, y canalizan su esfuerzo hacia mantener sus puestos de trabajo y sus prebendas como tales, pero no para defender los derechos de los trabajadores, que en última instancia son sus clientes. Para defender a los liberados que figuran como trabajadores, pero que en realidad su único trabajo es ser sindicalistas.

Cuando una plantilla de una empresa se pone en huelga por una razón, los sindicalistas son muy duros y adoptan siempre posturas extremas porque es su “trabajo”, pero cuando la empresa tenga que resolver la situación no va a echar a la calle a ninguno de los sindicalistas, sino a los trabajadores normales. Los trabajadores de Nissan no debían aceptar, según los sindicatos contrarios al acuerdo, un chantaje como este porque, según ellos, Nissan iba a fabricar de todas formas el vehículo nuevo en Barcelona. Pero, y si se equivocaban y por no aceptar una mayor productividad se quedaban otros 3.200 empleados en la calle y se perdían otros 9.000 empleos indirectos en la zona que depende de la continuidad de la factoría. ¿Eso no importa?

A Toxo y Cándido Méndez se les llena la boca cada vez que hablan de derechos de los trabajadores, de pensiones, de edad de jubilación, pero al ritmo que vamos ni siquiera sé para qué hablan de estas cosas, porque con cinco millones de parados y con las perspectivas que hay, creo que más vale que los trabajadores, en lugar de defender nuestros derechos nos pongamos a trabajar un poco más. Quizá, con ese cambio de mentalidad se pueda salir de la situación de crisis en la que estamos instalados.

Hay dos ejemplos de sindicatos del sector del automóvil ante los que tiemblan los gobiernos. Se trata de UAW e IG Metall. El primero, United Auto Workers, es el de Estados Unidos y el segundo el sindicato alemán de la industria del automóvil. Tienen muchos miles de afiliados y la fuerza necesaria para plantar cara a los grandes fabricantes y hasta a los gobiernos respectivos.

Sin embargo, no están luchando cada día porque los trabajadores trabajen menos y ganen más. Cuando hay que conseguir más productividad, porque de lo contrario su industria se hunde, están ahí para orientar y apoyar a los trabajadores, para tratar de conseguir las mejores condiciones laborales, pero con una visión global.

No están compinchados con las empresas, pero analizan las situaciones y buscan por encima de todo asegurar el futuro de las fábricas en sus países y que sus trabajadores no se queden en la calle. Saben que si a la empresa le va bien, a sus trabajadores también les irá bien, aunque tengan que trabajar un poco más o hacerlo algún sábado, o en tiempos de grave crisis congelarse el sueldo.