Nissan, un gran paso adelante

Después de seis meses de complicadas negociaciones en las que la empresa y los representantes sindicales no llegaban a un acuerdo, finalmente los trabajadores firmaron el acuerdo de competitividad y con ello nuevamente la planta de Nissan en Zona Franca volvió a optar al plan industrial.

Y solo dos semanas después de esta importante firma de los trabajadores, la compañía ha decidido asignar el nuevo modelo a la planta catalana y con ello, asegurar su futuro a corto y medio plazo. Los trabajadores ya pueden estar tranquilos porque no se van a quedar en el paro, algo a lo que desgraciadamente cada día hay más españoles expuestos de manera permanente.

Este acuerdo supone crear mil puestos de trabajo nuevos de aquí a julio de 2014, momento en el que comenzará la producción del nuevo modelo. Aún no se sabe ni el nombre ni casi nada de este nuevo vehículo, salvo que llegará a luchar en el segmento compacto y que no habrá, al menos en un principio, una versión híbrida.

En este momento la factoría solo tenía una línea para hacer este tipo de vehículos especiales, por llamarlos de alguna forma, pero no tenía la posibilidad de fabricar un turismo normal, que es lo que el mercado demanda en estos momentos de crisis. Ahora Nissan va a empezar a invertir 130 millones de euros para hacer una segunda línea de montaje, esta vez de turismos. Se han ganado mil puestos de trabajo y 80.000 unidades anuales de un nuevo vehículo que son muy importantes para Zona Franca.

Pero lo más importante es que en el plazo de unos meses, la factoría será nuevamente competitiva, eficiente e interesante para hacer cualquier modelo en el futuro. La alianza Renault-Nissan acaba de anunciar unos resultados históricos, con unas ventas mundiales de 8,2 millones de unidades, algo que no había logrado nunca antes.

Ahora, la planta de Nissan en Zona Franca ha dado un importante paso hacia el futuro, volver a ser una de las fábricas más competitivas del grupo y eso conviene valorarlo en su justa medida. Ya no se trata de intentar presionar para conseguir un nuevo modelo y con ello asegurar unos años más de trabajo, pero de una forma un poco precaria.

Ahora, lo que hay, o mejor dicho lo que habrá en unos meses, es una fábrica competitiva en la que cuando Nissan, o Renault, o cualquier otra marca como fruto de un acuerdo bilateral con otra compañía tenga que hacer un nuevo modelo se podrá añadir a otros nombres de factorías repartidas por el mundo, el de Zona Franca.

La palabra clave en la industria del automóvil a partir de ahora, aunque lo lleva siendo desde los años noventa, es la de flexibilidad. Una factoría de automóviles tiene que ser capaz de adaptarse al mercado, a las subidas y bajadas de la demanda, a los flujos variables de producción.

Hoy en día hay una importante sobrecapacidad de producción de automóviles en Europa, porque la capacidad instalada ha crecido en los años buenos del mercado, han llegado nuevos fabricantes como Hyundai o Kia, pero las ventas han caído muy fuerte en los últimos años. Sobran factorías, ya se han cerrado plantas en Inglaterra, en Bélgica o en Francia en los últimos meses y todavía cerrará alguna más.

Y por ello las que consigan adaptarse a este ritmo cambiante de producción serán las que ganen. Y Zona Franca ha dado un importante paso hacia el futuro, un paso de competitividad, de flexibilidad laboral y de producción, pero sobre todo de adaptación a los tiempos que corren.