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La CNC quiere matar al automóvil
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

La CNC quiere matar al automóvil

La Comisión Nacional de la Competencia (CNC) anunció la semana pasada la apertura de expedientes sancionadores que afectan a 96 empresas del sector del automóvil. En

La Comisión Nacional de la Competencia (CNC) anunció la semana pasada la apertura de expedientes sancionadores que afectan a 96 empresas del sector del automóvil. En concreto son marcas de coches, empresas del sector, concesionarios y asociaciones que los agrupan, en todos los casos por supuestas prácticas anticompetitivas. Vamos que la CNC ha decidido actuar a fondocontra el sector de la distribución del automóvil en España.

La propia CNC ha explicado en una nota que dichas prácticas consisten en la fijación de precios y condiciones comerciales y de servicio, además del intercambio de información comercialmente sensible dentro del mercado del automóvil.

Parece cuanto menos curioso que el sector el automóvil, que lleva en una gravísima crisis desde el año 2007 y que desde entonces ha perdido más de un 50% de las ventas, de repente se sitúe como el centro de atención para esta comisión. Y que ocurra justamente un mes después de que el mercado suba por primera vez en años salvo la excepción de agosto de 2012, entonces por la inminente subida del IVA.

Estoy seguro que la actuación de los técnicos de dicha comisión ha sido correcta, han detectado irregularidades y han estudiado los diferentes aspectos de la operación. Pero lo que me sorprende es que en un país en el que la competencia en los temas fundamentales está muy limitada, arremetan contra el sector más competitivo que hay en estos momentos. Se supone que la Comisión Nacional de la Competencia está para velar por los intereses de los ciudadanos y por sus bolsillos, pero sobre todo para asegurar esa competencia en todos los sectores.

No hay ni un solo sector en el que haya tal cantidad de marcas compitiendo por unas ventas realmente mínimas como son las actuales del automóvil. Y sobre todo, con unos márgenes de beneficio tan limitados. La rentabilidad de las redes de concesionarios está, salvo dos o tres casos, en negativo. Es decir, que están perdiendo dinero.

Cuando un cliente se compra un coche pequeño, digamos un Seat Ibiza por ser el más vendido, paga un dinero por él. Digamos que 10.000 euros. Pero el 21% de ese precio va para Hacienda. Y el beneficio que finalmente le deja al concesionario estará por debajo de los 500 euros. Pero ojo, en muchos casos se llegan a vender coches a precio de coste, e incluso por debajo con tal de quitarse el coche de encima o cubrir los objetivos fijados por la marca.

El precio efectivo de los coches, el que realmente paga el cliente, ha bajado casi un 10% desde el año 2007. Pero la diferencia, muy importante, es que en ese año los coches llevaban un equipamiento muy justo y en la actualidad llevan de todo, e incluido en el precio final.

Por ejemplo, es obligatorio que todos los coches lleven ESP, una opción que en 2007 era muy cara y solo disponible en algunos coches. Si se compara un coche del año 2007 con uno actual, su consumo de carburante se habrá reducido un 15% como mínimo por la incorporación de los últimos avances técnicos, que paga la marca, como el stop/start, por ejemplo. Y con otros sistemas, como navegador, o equipos de sonido o airbags ocurre lo mismo.

Se puede estimar, por ello, que un coche de 2013 cuesta cerca de un 20% menos que uno de 2007, pero la Comisión Nacional de la Competencia debe estimar que hay que buscar más rivalidad entre los concesionarios para conseguir, quizá, que vendan a pérdidas, algo que la ley prohíbe.

¿Alguno de ustedes sabe cuánto ha bajado la electricidad, el gas, el agua, el teléfono o la gasolina en los últimos seis años? Y una pregunta mucho mejor aún, ¿cuánto han bajado los impuestos desde 2007? En un país en el que todo sube, con los precios más altos de Europa para la electricidad, la telefonía, el gas o el agua, la CNC ha decidido entrar a limpiar el sector del automóvil. Y lo ha hecho metiendo en el mismo saco a casi todas las marcas.

Las sanciones de la CNC pueden llegar al 10% de la facturación, pero esta es una nueva trampa. Si las compañías de telefonía pactan subir 10 euros la tarifa de ADSL, por ejemplo, la multa que podría imponerles la CNC es menor que el beneficio que obtienen por dicha subida. Si las petroleras acuerdan subir los viernes 10 céntimos de euro por litro de gasolina con han estado haciendo regularmente, la muy poco probable multa será inferior de lo que están subiendo el precio.Pero un concesionario que vende un coche del que su beneficio está por debajo 1o el 2%, si le ponen una multa de un 10% del precio del coche, le han hundido .

Creo que la CNC está para velar por el bolsillo de los consumidores y debería hacerlo con mucho celo en los temas que de verdad interesan a los españoles, los que les decía antes del gas, el agua, la luz, la telefonía, el transporte, pero no en el automóvil, porque al menos ahora tiene la máxima competencia. Si a un cliente no le gusta el precio que le ponen por un Seat, siempre tiene la opción de Peugeot, Citroën, Fiat, Opel, o Renault, o tantas y tantas otras marcas. Y no me creo que todas las filiales del automóvil en España, con más de 45 marcas a la venta en estos momentos, hayan pactado prácticas comerciales anticompetitivas.

El agua del Canal de Isabel II tiene un precio abusivo que sube cada año, pero es la única posible.Y casi lo mismo ocurre con la electricidad o con el gas. Y del teléfono, qué contarles. Telefónica, o Vodafone, como las dos grandes, y detrás algunas compañías más pequeñas y limitadas.

De momento, la comisión se da un plazo de 18 meses para investigar estos casos del sector del automóvil. Para los que sean sancionados, ya sean grandes marcas, asociaciones de concesionarios o simples puntos de venta, este puede ser su fin definitivo. Y un dato que no quiero dejar de comentarles, desde que se inició la crisis, en 2007, han cerrado 1.150 concesionarios en Españay se han perdido ya 52.380 puestos de trabajo en la distribución de automóviles.

Esta decisión de la CNC, que puede aumentar aún más estas cifras de pérdidas de puestos de trabajo y de empresas, supone un jarro de agua fría para un sector que, en su aspecto industrial, está tirando muy fuerte de España en los momentos en los que más lo necesita la economía.

La Comisión Nacional de la Competencia (CNC) anunció la semana pasada la apertura de expedientes sancionadores que afectan a 96 empresas del sector del automóvil. En concreto son marcas de coches, empresas del sector, concesionarios y asociaciones que los agrupan, en todos los casos por supuestas prácticas anticompetitivas. Vamos que la CNC ha decidido actuar a fondocontra el sector de la distribución del automóvil en España.

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