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Los peligros del coche conectado
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Carlos Cancela

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Los peligros del coche conectado

El vehículo conectado permanentemente con una central de datos es ya una realidad. Cualquier coche que lleve instalado el servicio e-call de llamada de emergencia en

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El vehículo conectado permanentemente con una central de datos es ya una realidad. Cualquier coche que lleve instalado el servicio e-call de llamada de emergencia en caso de accidente, lleva en su interior una tarjeta SIM que le permite estar conectado siempre con el mundo exterior. Y eso, que es maravilloso si se produce un accidente porque nos puede salvar la vida, supone también perder nuestra intimidad.

Supongamos que vamos a comprar un coche nuevo a un concesionario y que el modelo en cuestión tiene el servicio e-call. Pero ojo, hablamos de modelos de marcas premium, como Mercedes, Volvo, Porsche, Audi o BMW, pero también de muchas marcas generalistas, como Citroën, Peugeot o Renault. Y es que en estos momentos casi todos los coches ya pueden llevar una tarjeta SIM incorporada.

El vendedor nos contará lo del sistema de llamada de emergencia y también nos ofrecerá una serie de servicios asociados con la tarjeta SIM de nuestro coche. Por ejemplo, internet en el propio vehículo en base a esa tarjeta de la que no sabemos ni el número, porque en realidad es propiedad de la marca fabricante del vehículo.

Nos ofrecerán servicios de geolocalización del automóvil, de asistencia en carretera o de tráfico en tiempo real. Todos son servicios opcionales, por los que deberemos pagar una cuota de manera mensual o anual, según los casos. Pero lo que está incluido permanentemente es el sistema e-call y en muchos casos también la asistencia localizada. Es decir, que si se nos rompe el coche se mandará un mensaje al concesionario con los datos de la avería y con nuestra posición.

Pero todo se basa en un punto de partida básico y es que llevamos en nuestro automóvil una tarjeta de teléfono que es propiedad de otra persona, en este caso de una marca de coches, que está permanentemente enviando datos de nuestra posición y de muchas más cosas. Y eso me parece un poco peligroso.

Todo vehículo con tarjeta SIM integrada envía cada cierto tiempo su posición GPS, pero también puede mandar su velocidad de marcha, el número de personas que viajan en el coche e incluso otra serie de datos como régimen de giro del motor, o temperatura o cualquier otro dato relevante. Y también, por ejemplo, donde aparcamos cada día. Incluso es posible programar el sistema para que haga una foto con la cámara exterior cada 15 minutos y que la mande a la central de datos.

Si cuando vamos con nuestro coche de repente pedimos información vía internet, a Google por ejemplo, de un restaurante italiano o un japonés, esa base de datos gigante tendrá ya el dato de que al usuario del coche con esa tarjeta SIM le gusta ese tipo de comida y en cuatro días en la pantalla nos aparecen publicidades de estos restaurante cuando llegue nuestra hora de comer y en función del sitio por el que circulemos.

Las aseguradoras podrán ajustar más el precio de la póliza, porque tendrán acceso a todos los datos de nuestra conducción en todo momento y sabrán si somos conductores que arriesgamos mucho o si somos muy tranquilos. Y también de donde aparcamos siempre, ya sea en el trabajo o en nuestra casa.

Pero la DGT también podría, en un momento determinado y mediante una decisión judicial, por la razón que sea, conseguir datos de nuestra conducción, de cuándo hemos superado un límite de velocidad o cuando hemos pasado por una calle de tráfico restringido, por ejemplo. Y si finalmente se implanta el pago de las carreteras por uso, la dirección general de Carreteras tendrá localizado cada metro que circulamos por un tramo de pago.

El coche conectado, al menos desde mi punto de vista, tiene muchas ventajas y aspectos positivos, pero creo que no se puede olvidar que también hay otros detalles que no son tan positivos, como la pérdida de privacidad. Y antes de firmar un contrato con la marca al comprar un coche, piense a todo lo que se arriesga, por ejemplo la geolocalización.

Aunque usted tenga desactivado este servicio, el coche va a seguir mandando cada minuto o cada cierto tiempo su posición y sus datos. Lo que ocurre es que en principio no se los dirán a nadie, pero ojo, con la geolocalización desactivada, si a usted le roban el vehículo y lo denuncia, el servicio dará la posición exacta de su coche a la policía en todo momento para su localización.

Y todo ello sin olvidar un problema grave de seguridad. Los hackers son cada día más hábiles, controlan mejor las redes y la manera de meterse en cualquier ordenador. Exactamente igual lo podrán hacer en el sistema del vehículo. Así podrán conseguir nuestra información de uso, de los lugares que frecuentamos y si lo que quieren es estropearnos el coche lo harán.

El vehículo conectado permanentemente con una central de datos es ya una realidad. Cualquier coche que lleve instalado el servicio e-call de llamada de emergencia en caso de accidente, lleva en su interior una tarjeta SIM que le permite estar conectado siempre con el mundo exterior. Y eso, que es maravilloso si se produce un accidente porque nos puede salvar la vida, supone también perder nuestra intimidad.

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