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¿Medidas estrella contra la contaminación?
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Carlos Cancela

¿Medidas estrella contra la contaminación?

Madrid, con su nueva alcaldesa a la cabeza, ya tiene preparado su plan estrella contra las crisis de contaminación en la ciudad y, como siempre, es una

Foto: Trafico en Madrid
Trafico en Madrid

Madrid, con su nueva alcaldesa a la cabeza, ya tiene preparado su plan estrella contra las crisis de contaminación en la ciudad y, como siempre, es una chapuza. Un nuevo protocolo de actuación cuando se superen ciertos límites de contaminación que es exactamente el mismo que el que aprobó el anterior gobierno municipal, pero con algunos datos cambiados, a peor. Como por ejemplo que en esos días de alta contaminación no podrán circular las motos ni los taxis que no estén ocupados.

Eso es lo que hacen todos los nuevos gobiernos cuando llegan a su cargo, cambiar algún detalle con respecto al puesto en marcha por el anterior gobierno, y a cobrar durante otros cuatro años. Cuando un nuevo ejecutivo se hace cargo de los mandos, ya sea en el Gobierno de la Nación como en uno autonómico o en los de los ayuntamientos, su único objetivo es el de cubrir el expediente durante sus cuatro años de mandato. Y si es posible llevarse algo. Pero el que debería ser el objetivo básico, el de servir a los ciudadanos a los que representan, ni está ni se le espera.

La contaminación en las grandes ciudades no es un tema exclusivo de España, por desgracia. Y se deben buscar soluciones para tratar de paliarlo. Esas medidas deben ser a largo plazo, y no solo a tres o cuatro años vista. Hoy en día hay muchas soluciones técnicas para resolver al menos en parte este grave problema, coches eléctricos, o híbridos enchufables, mejorar el transporte público o aparcamientos disuasorios a la entrada de la ciudad. Pero no se pueden decidir entre cuatro amigos concejales en solo unos días y sin gastar ni un solo euro.

Cuando Manuela Carmena y su equipo llegaron a Madrid, sin duda uno de los puntos más problemáticos de la ciudad era el de la contaminación. Lo que ocurre es que el problema se hace más acuciante cuando llega el otoño. Y es entonces cuando se toman las decisiones, eso sí, a toda prisa y sin tiempo de pensar, de hablar con expertos y tomar soluciones de cara al futuro a largo plazo.

Ahora, el nuevo equipo de Gobierno de Madrid ha presentado un nuevo protocolo de actuación para cuando se llegue a situaciones críticas de contaminación. Y es lo mismo de siempre pero con algún dato cambiado en los valores tope. Pero lo que más llama la atención es que cuando lleguemos a una situación grave se va prohibir la circulación de motos y la de taxis libres en el interior de la ciudad desde la M30.

Es una postura realmente absurda, porque se trata de conseguir reducir la contaminación lo máximo posible, pero sin que se paralice la ciudad. Si se prohíbe que circulen los taxis libres, cuando un taxista deje a un cliente en su destino, lo que debe hacer es pararse en mitad de la calle y esperar que llegue otro cliente nuevo… Y sobre todo, si hay menos taxis disponibles, cuando una persona tenga que llegar a un destino con cierta prisa, ¿cómo ha pensado el ayuntamiento que lo haga?

Hay otro aspecto que me llama la atención, y es que se va a reducir en un 50% el tráfico en el interior de la M30, incluyendo la circulación por la propia M30 cuando se superen ciertos niveles de contaminación, pero se va a permitir que circulen todos los coches del ayuntamiento, de la policía, los de transportes, los camiones de reparto… ¿Cuántos coches eléctricos tiene la policía municipal, cuantos vehículos cero emisiones tiene en su flota el ayuntamiento, incluyendo los autobuses?

Pero lo que me parece más grave es lo de las motos. Una motocicleta pequeña es un medio ideal para desplazarse por las ciudades, con un nivel de contaminación muy bajo, pero que asegura la máxima movilidad y, sobre todo, que reduce drásticamente los atascos. Pues a los expertos del ayuntamiento les parece interesante que cuando se llegue a una situación de alta contaminación también se prohíban las motos.

La concejal delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, explicaba a los periodistas durante el pleno del Ayuntamiento en el que se hacía público este nuevo protocolo, que “ante situaciones de alta contaminación el Consistorio debe adoptar las medidas pensando vehículo a vehículo, teniendo en cuenta la cilindrada de cada uno individualmente”.

Ni motos ni taxis libres

"No hablamos de situaciones normales, en las que el beneficio de las motos es evidente porque ocupan menos espacio y dan fluidez al tráfico", ha reiterado Sabanés, que ha invitado a las asociaciones de motoristas a que, si lo desean, hagan sus alegaciones a este nuevo protocolo, que está en fase de desarrollo.

Para la concejal de Madrid, a efectos de emisiones las motos que habitualmente circulan por Madrid "normalmente tienen el mismo o más nivel de contaminación" que el resto de vehículos. Ha recalcado, por tanto, que en esas situaciones excepcionales sólo podrán circular taxis o autobuses.

Ni siquiera los socialistas, que apoyan a Manuela Carmena en el ayuntamiento de Madrid, están de acuerdo con estas medidas. En este sentido, el concejal socialista responsable de Medio Ambiente y Movilidad, Chema Dávila, considera “un avance el protocolo, pero entiende que la urgencia en su redacción no ha permitido una adecuada evaluación del alcance de todas las medidas contempladas”.

Y anuncia que el PSOE va a presentar una serie de alegaciones al texto inicial que afectan fundamentalmente a la circulación de motocicletas y de taxis. Asegura Dávila que, partiendo de la base de que la salud de los madrileños es prioritaria, “es conveniente excluir a las motos de las restricciones de tráfico del protocolo hasta que no se haya observado el resultado conseguido con las restricciones al resto de vehículos”.

Las motocicletas suponen el 8,33% de los vehículos que circulan en Madrid y son responsables solamente del 0,2% de las emisiones de NO2 y del 1,9% de las de NOx. Teniendo en cuenta lo reducido de su aportación al total de emisiones y que manteniendo estos viajes se evita añadir mayor presión sobre el transporte público, el edil del PSOE considera justificado no aplicar ahora las restricciones a las motocicletas.

Otra de la novedades en el protocolo, la de prohibir la circulación de taxis libres, tampoco gusta a Dávila. A juicio del concejal socialista, “limitar el tráfico de taxis libres en el interior del contorno de la M-30 ni tiene sentido ni es viable. El taxi es un servicio público y como tal, igual que el resto de transportes públicos, debe estar exento de las restricciones aplicadas a los vehículos privados. No se deben poner trabas al taxi sino considerarlo parte de la solución a los problemas de contaminación generados por el tráfico”.

Madrid, con su nueva alcaldesa a la cabeza, ya tiene preparado su plan estrella contra las crisis de contaminación en la ciudad y, como siempre, es una chapuza. Un nuevo protocolo de actuación cuando se superen ciertos límites de contaminación que es exactamente el mismo que el que aprobó el anterior gobierno municipal, pero con algunos datos cambiados, a peor. Como por ejemplo que en esos días de alta contaminación no podrán circular las motos ni los taxis que no estén ocupados.

Manuela Carmena Ayuntamiento de Madrid