Es noticia
La siniestralidad se dispara en octubre
  1. Motor
  2. Automaníacos
Carlos Cancela

Automaníacos

Por
Carlos Cancela

La siniestralidad se dispara en octubre

Se hace poco por mejorar el tráfico y la seguridad vial en España. Sobre todo falla la educación, no solo en las carreteras, sino en todos los ámbitos de nuestra sociedad

Foto: Imagen de un accidente de tráfico el 17 de octubre en Novelda del Guadiana (Badajoz). (EFE)
Imagen de un accidente de tráfico el 17 de octubre en Novelda del Guadiana (Badajoz). (EFE)

La siniestralidad en las carreteras españolas sigue en aumento y hay que tomar medidas para solucionarlo. Los coches son cada vez más seguros, incorporan nuevos sistemas de ayuda a la conducción para solucionar en parte los errores de los conductores, pero pese a esta importante mejora las cifras de accidentes crecen.

A falta de dos meses para el cierre del año ya se ha superado la cifra de 1.000 víctimas mortales como consecuencia de los accidentes de tráfico, pero eso son solo datos en las carreteras, según la Dirección General de Tráfico (DGT). Estas cifras provisionales suponen que a fecha 30 de octubre han fallecido 26 personas más que en el mismo periodo del año anterior. Eso significa que de seguir con esta tendencia acabaremos el año con una cifra por encima de los 1.200 fallecidos. Algo que no se puede asumir.

El mes de octubre, además, fue especialmente malo, porque fallecieron 119 personas, 28 más que en el mismo mes del año anterior. Lógicamente, desde la DGT se habla de aumento del tráfico, con la salida, en parte al menos, de la crisis y el buen tiempo que favorece salir más con el coche. Pero es el peor dato de un mes de octubre desde el año 2010.

Creo que se hace poco por mejorar el tráfico y la seguridad vial en España. Las carreteras tienen un mal mantenimiento, casi nulo en buena parte de la geografía nacional; la señalización es muy mala, sobran muchas señales y en cambio no están las importantes de verdad.

placeholder La siniestralidad subió en 2016 tras 20 años de descenso. (EFE)
La siniestralidad subió en 2016 tras 20 años de descenso. (EFE)

Un fallo de educación

Pero sobre todo falla la educación, no solo en las carreteras, sino en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Leemos en la prensa y escuchamos en los telediarios cómo nuestros políticos se saltan las leyes, se llevan el dinero de los impuestos, montan negocios paralelos y colocan a sus amigos en puestos de responsabilidad. Y desgraciadamente los ciudadanos nos estamos acostumbrando a hacer lo que queremos sin importar demasiado las leyes.

En otros países, los diferentes partidos políticos llegan a acuerdos en temas importantes de economía, de educación o de inversiones para que sus países vayan hacia adelante. En España llevamos años en los que ese consenso tan necesario no existe. Y eso ocurre en todos los aspectos: la medicina, la justicia, la economía…

Falla la educación. Los ciudadanos nos estamos acostumbrando a hacer lo que queremos sin importar demasiado las leyes

Pero sobre todo en temas de educación, donde cada nuevo partido que llega al gobierno se tira dos o tres años preparando una ley de educación nueva que luego cuando llega el siguiente la derogue casi sin haberla comenzado a aplicar y prepare una nueva. Los cambios, además, no son importantes, dos años de BUP, cuatro de ESO, no a la selectividad, y nuevamente tres años de BUP, tres de ESO y si a la selectividad. Y también cambios de libros cada año porque las editoriales deben ganar dinero.

La educación debe ser aprender unos valores, aprender a respetar a los demás, a todos por igual. Y, sobre todo, una vez aprendido hacerlo cada día y en cada situación. La obligatoriedad de la educación vial sigue sin cumplirse en España. La educación vial no es solo aprenderse unas cuantas normas como los semáforos, los límites de velocidad o las rayas continuas. Se trata de aprenderlo y de cumplirlo todos los días del año.

La educación vial es circular por una autopista en la que no hay ningún coche, con un vehículo de 200 caballos, por ejemplo, y rodar a los 120 km/h legales. El problema es que uno circula a 120 km/h cuando empieza a conducir, pero al cabo de unos meses se da cuenta que a 130 km/h no pasa nada y luego a 140 km/h… Y si la carretera está más llena, pues da igual, seguimos circulando a lo que queremos porque nunca pasa nada. Hasta que pasa.

placeholder Juan Ignacio Zoido (i), ministro del Interior, y Gregorio Serrano (d), director de la DGT. (EFE)
Juan Ignacio Zoido (i), ministro del Interior, y Gregorio Serrano (d), director de la DGT. (EFE)

El político corrupto, y desgraciadamente hay bastantes, el primer día pasa como gasto una comida con su familia, luego monta una fiesta a costa del presupuesto y al cabo de unos años de que no le pase nada ese está llevando millones de euros a un paraíso fiscal.

La educación vial no solo es para los conductores, sino para todos los ciudadanos. El pasado fin de semana murieron en las carreteras españolas ocho personas de las que dos eran motoristas y otros dos peatones. Pero ojo, era en carretera, donde no hay pasos de cebra o semáforos.

Si todos cumplimos las normas de tráfico, que son pocas, pero muy importantes, como no saltarse un semáforo en rojo, no pisar una raya continua, no circular pegado al coche de delante y no adelantar en prohibido, además de no conducir después de beber alcohol o consumir drogas y no usar el móvil mientras conducimos, podemos bajar esa cifra de víctimas a casi cero. Es una tarea de todos.

La siniestralidad en las carreteras españolas sigue en aumento y hay que tomar medidas para solucionarlo. Los coches son cada vez más seguros, incorporan nuevos sistemas de ayuda a la conducción para solucionar en parte los errores de los conductores, pero pese a esta importante mejora las cifras de accidentes crecen.