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Carlos Cancela

La filosofía ganadora del Grupo PSA

Opel ha cambiado de manos pero sobre todo ha cambiado completamente su filosofía empresarial pasando de la forma de hacer negocios al estilo norteamericano, más burocrática

Foto: Carlos Tavares, presidente del grupo PSA, en el anuncio de compra de Opel en marzo de 2017.EFE/Christophe Petit Tesson
Carlos Tavares, presidente del grupo PSA, en el anuncio de compra de Opel en marzo de 2017.EFE/Christophe Petit Tesson

Opel ha cambiado de manos pero sobre todo ha cambiado completamente su filosofía empresarial pasando de la forma de hacer negocios al estilo norteamericano, más burocrática, a otra mucho más ágil, más proactiva. Y todo gracias al máximo responsable del grupo PSA, Carlos Tavares. Todavía queda mucho trabajo por hacer, sin duda, pero en solo un año la marca alemana ha pasado de un futuro incierto a un interesante futuro.

Adam Opel comenzó como fabricante de máquinas de coser en el año 1862 y posteriormente inició la producción de bicicletas. Y fue en 1899 cuando abrió sus puertas Opel Automobile, comenzando así una importante carrera como fabricante de automóviles. La marca alemana fue adquirida por General Motors en el año 1929 y desde entonces se convirtió en la filial europea de la multinacional norteamericana, integrando también a Vauxhall.

Lo que fue durante años un buen negocio para General Motors comenzó a ser un problema a finales de los años noventa. Por ello, y tras 20 años de pérdidas constantes, año tras año, la multinacional norteamericana decidió vender la marca al grupo francés PSA. El mercado europeo es muy competitivo, requiere fuertes inversiones para mantener los vehículos con la última tecnología. Y eso con unas ventas anuales de un millón de vehículos no resultaba operativo e interesante para un gran grupo como General Motors.

Las diferencias en la forma de actuar entre General Motors y el Grupo PSA son muy claras. La multinacional norteamericana trabaja en base a muchos informes muy completos con los que se toman las decisiones. Pero se hace sin tomar riesgos. Muchos informes, muchos estudios, analizar mucho todas las opciones. Pero cuando se consigue tomar una decisión, se llega tarde porque otros ya se han adelantado. Esa burocracia junto a la distancia con respecto a los centros de toma de decisiones en la sede de General Motors en Detroit hicieron que Opel fuera inviable dentro de GM.

El grupo PSA funciona de otra manera muy diferente. Por supuesto se hacen también muchos informes, pero las decisiones se toman mucho más rápido, con más agilidad. Si con General Motors hasta que no se tiene una certeza del 100% de que algo va a funcionar, no se hace. En el grupo PSA si hay una certeza de un 70% de que va a funcionar, el proyecto se pone en marcha y luego si hay que cambiar algo, se puede ir modificando e introduciendo las evoluciones necesarias. Pero el plan ya está en marcha, se avanza en las decisiones y se llega a tiempo a las nuevas tecnologías y a las nuevas formas de entender el automóvil.

Esa agilidad se puede comprobar cada día en el funcionamiento del grupo francés. Por ejemplo con la producción de sus vehículos. El pasado sábado les contaba sobre el nuevo Opel Combo, un modelo fabricado en la planta de Vigo y con la base del Citroën Berlingo. La compra por parte del grupo PSA de la marca Opel se anunció en febrero de 2017.

Catorce meses

Por ello, solo han pasado catorce meses desde dicho anuncio, pero ya hay un modelo de Citroën completamente nuevo, el C3 Aircross, que se fabrica en la planta de Opel en Figueruelas y que está basado en los modelos todocamino pequeños de Opel. Un modelo que ofrece una estética y una filosofía de producto muy distinta a la del Opel. Y ahora llega también este Opel Combo completamente nuevo.

Queda todavía mucho trabajo por delante para hacer viable la marca Opel dentro del grupo francés PSA, pero creo que es muy destacable cómo se están tomando decisiones de manera muy rápida, y lo están haciendo en el mejor camino. Todavía hay que lograr posicionar cuatro marcas diferentes, que comparten muchos elementos mecánicos, pero que tienen que ofrecer una gran diferenciación entre ellos.

Esta forma más ágil de entender el nuevo negocio del automóvil puede ser clave en el futuro, con los grandes cambios que le esperan a la automoción y su entorno. El grupo PSA ha sido pionero con la puesta en marcha de sistemas de carsharing, con los coches eléctricos, con la conducción autónoma. Y todo porque se toman rápido las decisiones. Esa es la filosofía que ha impuesto Carlos Tavares, el patrón del grupo francés. Sin duda, una filosofía ganadora.

Tavares, un ingeniero portugués de 58 años que formó parte del equipo de Carlos Goshn que salvó a Renault de una complicada situación económica y que creó la alianza Renault Nissan, dijo que llevaría al grupo PSA a los beneficios en cinco años. La realidad es que lo ha logrado en solo dos años. Y las perspectivas para el futuro del consorcio francés son muy buenas. Todo se basa en esa toma de decisiones muy rápida y en el genial ejecutivo portugués.

Opel ha cambiado de manos pero sobre todo ha cambiado completamente su filosofía empresarial pasando de la forma de hacer negocios al estilo norteamericano, más burocrática, a otra mucho más ágil, más proactiva. Y todo gracias al máximo responsable del grupo PSA, Carlos Tavares. Todavía queda mucho trabajo por hacer, sin duda, pero en solo un año la marca alemana ha pasado de un futuro incierto a un interesante futuro.

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