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¿Realmente hay que matar al diésel ya?
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

¿Realmente hay que matar al diésel ya?

La semana pasada la ciudad de Hamburgo ha sido la primera en la que se ha empezado a prohibir la entrada en el centro a los

Foto: El gas natural o el GLP son buenas soluciones para sustituir los coches diésel.
El gas natural o el GLP son buenas soluciones para sustituir los coches diésel.

La semana pasada, Hamburgo (Alemania) se convirtió en la primera ciudad en la que se ha empezado a prohibir la entrada en el centro a los vehículos con motor diésel. Es un primer paso y una ofensiva que comenzó hace ya casi dos años y que va a seguir hasta que consiga el fin prematuro de los diésel.

La tecnología diésel ha permitido durante años reducir los consumos y las emisiones de CO2 de todos los vehículos. Pero a cambio, también era más contaminante en cuanto a sustancias como los óxidos nitrosos o los compuestos de azufre. Desde el principio, allá por los años 80, la Unión Europea (UE) apostó a tope por los vehículos de gasóleo y obligó a los fabricantes a desarrollar una tecnología diferente a la que se quería en el resto del mundo. Una tecnología muy costosa.

La apuesta de la UE fue la de reducir las emisiones de CO2. Y a lo largo de más de 35 años los responsables comunitarios solo querían motores diésel, porque con eso cumplían con todos los protocolos de emisiones de CO2. Tras hacerse público y notorio que estos motores han provocado un notable aumento de la contaminación, sobre todo en cuanto a óxidos nitrosos y partículas no quemadas, ahora se vuelve a tomar una decisión precipitada contra estos motores.

placeholder Las ventas de coches de gasolina ya superan a las de modelos diésel en España.
Las ventas de coches de gasolina ya superan a las de modelos diésel en España.

Sería muy fácil, con la tecnología que tenemos ahora, desarrollar nuevos sistemas para mover los vehículos mucho más eficientes y también menos contaminantes para solucionar el grave problema actual en las ciudades. Pero no, la Unión Europea no se sabe muy bien el porqué pero vuelve a precipitarse y a tomar decisiones equivocadas.

Hoy en día hay una amplia tecnología de combustibles alternativos. Ahora, es perfectamente viable utilizar vehículos de gas natural o de GLP que permiten un ahorro de emisiones en torno al 50% en cuanto a CO2 y una reducción drástica de los contaminantes como los NOx. Pero en lugar de implementar esas nuevas tecnologías, mucho más limpias y baratas, lo que se hace es potenciar de manera absurda el uso de la gasolina. El resultado es que las emisiones de CO2 en la Unión Europea están disparadas y parece muy difícil que se pueda solucionar a medio plazo. Ahora parece que a los responsables comunitarios no les importan tanto las emisiones de CO2.

Si partimos del empleo mayoritario de vehículos de gasóleo, como ocurre en la Unión Europea, busquemos soluciones que sean mejores, gas natural, GLP, híbridos, híbridos enchufables y por supuesto eléctricos, pero no caigamos en vender coches de gasolina mucho más contaminantes. Lo que hay que conseguir es que cada coche diésel actual se sustituya por uno mejor, de gas natural, o de GLP o un eléctrico. Y que se haga de una manera creciente, para reducir el parque de coches de gasóleo.

Foto: Dos ecologistas ante un tribunal de Leipzig. (EFE)

Vehículos peligrosos

Tampoco hay que olvidar que la tecnología actual de los motores diésel, con filtro de partículas obligatorio para reducir hasta prácticamente cero las peligrosas partículas no quemadas y con la mayor parte de los vehículos con un sistema de catalizador con AdBlue para reducir también de forma drástica las de NOx, no es actualmente una mala tecnología. Lo malo, lo que hay que quitar de la ciudad ya son los diésel viejos. Esos coches son los peligrosos, y por ejemplo en el entorno de Madrid hay cerca de 400.000 vehículos peligrosos. Esos son los que hay que quitar de la circulación.

La pregunta que se hace todo el mundo en estos momentos es: ¿qué coche me compro? Y la respuesta es difícil: no me voy a comprar un diésel, porque me van a prohibir entrar en la ciudad. No voy a adquirir un coche de gas porque solo hay 100 puntos de recarga en toda España. Y con GLP pasa algo parecido. Tampoco un híbrido enchufable o un eléctrico, porque no tengo donde enchufarlo. Y entonces, ¿qué hago? Pues un gasolina, que emite un 30% más CO2 que un diésel.

Las ventas de coches de gasolina ya superan a las de modelos diésel en España. Lo que los ciudadanos no saben es que cuando uno se compra un gasolina en lugar de un diésel equivalente va a aumentar su consumo. Se lee en los periódicos o en las fichas técnicas de los coches que su consumo homologado es de 5 litros, comparado con los 4 de un diésel similar. Lo que no se sabe es que esos 5 litros homologados es muy posible que lleguen a 8 litros con una conducción normal. Es decir que la diferencia en consumos homologados es de 4 o 5 litros respectivamente en diésel o gasolina, pero con los consumos reales hablaremos de pasar de 5 a 8 litros. Y si a eso se suma que la gasolina es más cara, por los impuestos, el resultado es muy malo para los ciudadanos.

Aquí, con este notable aumento de las ventas de coches de gasolina, los únicos que ganan son los gobiernos y los que perdemos somos los mismos de siempre, los ciudadanos que tenemos que buscar soluciones para llegar al trabajo y para hacer una vida familiar. Nuestros políticos, todos, no hacen más que ponernos los problemas y nosotros los vamos solucionando como buenamente podemos.

La semana pasada, Hamburgo (Alemania) se convirtió en la primera ciudad en la que se ha empezado a prohibir la entrada en el centro a los vehículos con motor diésel. Es un primer paso y una ofensiva que comenzó hace ya casi dos años y que va a seguir hasta que consiga el fin prematuro de los diésel.

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