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Nos dejó Marchionne, un genio del sector del automóvil
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

Nos dejó Marchionne, un genio del sector del automóvil

Sergio Marchionne, fallecido la semana pasada, fue el responsable del resurgimiento del grupo Fiat, que estaba al borde la quiebra cuando él llegó al frente de la compañía

Foto: Sergio Marchionne fue el salvador del grupo Fiat. (EFE)
Sergio Marchionne fue el salvador del grupo Fiat. (EFE)

El fallecimiento de Sergio Marchionne, presidente del Grupo Fiat-Chrysler y de Ferrari, el pasado miércoles en un hospital de Zúrich (Suiza) tras complicaciones por una operación quirúrgica, ha dejado conmocionado al sector del automóvil. Los principales dirigentes del sector han mostrado su cariño hacia una persona que se ha hecho querer, una persona muy trabajadora y siempre volcada en su trabajo al frente del Grupo Fiat.

Hay muchos presidentes, muy buenos, en todas las compañías internacionales dentro de los diferentes sectores, y también en el mundo del automóvil. Pero en un mundillo tan particular como el de la automoción, en el que se realizan grandes inversiones para poner en marcha fábricas inmensas para producir millones de automóviles, lo normal es que las empresas tengan un completo equipo directivo. Y el presidente es un coordinador de todo ese equipo.

Es el caso de las empresas alemanas, una prueba de eficiencia, de productividad y de buena gestión compartida. Sus presidentes tienen una responsabilidad limitada porque todo funciona en base a las decisiones de un gran grupo directivo. Y lo mismo ocurre con las compañías americanas o las japonesas. El presidente hace bien su trabajo, pero el anterior presidente era igual de bueno y el siguiente mantendrá el mismo nivel profesional.

Foto: Sergio Marchionne con Bernie Ecclestone. (EFE)

Sin embargo, las empresas del sur de Europa funcionan de una manera un poco diferente. Tienen muy buenos equipos directivos, por supuesto, como el resto de empresas multinacionales. Pero al mismo tiempo tienen una mayor dependencia del genio de su presidente, de sus jugadas maestras, para conseguir unos buenos resultados. Y en este sentido el mejor ejemplo es el de Sergio Marchionne.

Cuando Humberto Agnelli buscó a Marchionne fue porque vio en él a una persona capaz de cambiar la manera de hacer del grupo Fiat. De una empresa local, aunque con fábricas repartidas en diferentes países del mundo, y con tres marcas, la propia Fiat, Lancia y Alfa Romeo, además de las deportivas Maserati y Ferrari, querían hacer un gran grupo internacional. Si no se hacía algo importante, el grupo Fiat iba a caer en manos de una multinacional.

En esa época, General Motors intentó hacerse con Fiat, y del Grupo Volkswagen siempre se ha dicho que quería integrar la marca Alfa Romeo, que entonces estaba en una situación complicada. Lo malo era que el presidente que pudiera llegar a presidir el Grupo Fiat no tenía dinero para poder cambiar mucho las cosas. Además, Fiat funcionaba como todo en Italia.

Entonces llegó Marchionne, un ejecutivo muy trabajador y también muy exigente para con sus colaboradores. A su dedicación plena al mundo de la automoción añadía un toque genial en la forma de entender el sector de la automoción y su globalización. Gracias a tomar decisiones arriesgadas y a haberse rodeado de un equipo muy bien cohesionado y dispuesto a dejarse la vida en el proyecto, el nuevo Grupo Fiat-Chrysler tiene ahora un gran futuro por delante. Y de paso, también salvó a Chrysler, que sufría una situación financiera muy complicada y relanzó la legendaria marca Jeep.

placeholder Sergio Marchionne fue el responsable del resugimiento de Fiat. (Reuters)
Sergio Marchionne fue el responsable del resugimiento de Fiat. (Reuters)

La genialidad de Marchionne

Ese buen futuro del Grupo Fiat-Chrysler se debe a esa genialidad de Marchionne, que ha entrado a formar parte de un grupo muy reducido de grandes directivos de la industria del motor. Su ejemplo es parecido, con las lógicas diferencias, al de Carlos Ghosn al frente de la alianza Renault- Nissan. Goshn salvó gracias a ese acuerdo internacional dos compañías que atravesaban momentos complicados. El otro caso genial es el de Carlos Tavares, un portugués que se puso al frente del grupo francés PSA cuando las cuentas apuntaban un futuro muy incierto y que ahora crece con mucha fuerza. Ya es el primer fabricante de automóviles en España, por ejemplo.

En los tres casos, Marchionne, Ghosn y Tavares, han apostado por adquirir nuevas marcas y fortalecer sus grupos industriales. En el caso de Marchionne, fueron las marcas norteamericanas Chrysler y Jeep, incluyendo también Dodge. Ghosn lo hizo con Mitsubishi, aprovechando una debilidad financiera de la compañía japonesa. Y Tavares, por su parte, compró Opel en un momento en el que General Motors quería deshacerse de su negocio europeo.

Todos los dirigentes de la industria del automóvil han lamentado el fallecimiento de Marchionne y han elogiado su figura. Dieter Zetsche, el presidente de Daimler, señaló en sus redes sociales que la industria de la automoción pierde a un gigante y a un amigo muy querido. Tavares destacó estar profundamente triste por esta pérdida. "Fue un gran capitán de la industria y seguirá siendo un ejemplo para todos nosotros".

Descanse en paz.

El fallecimiento de Sergio Marchionne, presidente del Grupo Fiat-Chrysler y de Ferrari, el pasado miércoles en un hospital de Zúrich (Suiza) tras complicaciones por una operación quirúrgica, ha dejado conmocionado al sector del automóvil. Los principales dirigentes del sector han mostrado su cariño hacia una persona que se ha hecho querer, una persona muy trabajadora y siempre volcada en su trabajo al frente del Grupo Fiat.