Por una movilidad más racional

La movilidad es un aspecto que va a cambiar mucho en los próximos años. Del coche particular para moverse por unas ciudades cada más congestionadas tendremos que pasar a un concepto diferente, de movilidad con transporte público unido con el nuevo concepto de movilidad compartida y con nuevos desarrollos para las ciudades. Los ciudadanos tienen que adaptarse a los cambios, pero también las administraciones deben tomar las decisiones adecuadas y hacer las necesarias inversiones para este cambio.

Todos tenemos que cambiar la manera de movernos por las ciudades. No tiene sentido que cada día se muevan miles y miles de coches de norte a sur, contaminando y colapsando las calles, lo que también hace perder mucho tiempo que deberíamos usar para hacer otras cosas. Pero la contaminación no solo viene de los coches, también las calefacciones, los procesos industriales, la producción de electricidad son aspectos que aumentan la contaminación.

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El 'crack' científico español que Europa ha elegido para acabar con la contaminación

Aroa Fernández

Un investigador español del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAE) del CSIC, Xavier Querol, ha desarrollado un proyecto para reducir la contaminación en las ciudades del sur de Europa. Airuse, como se denomina el proyecto, está financiado por la Unión Europea y ha sido elegido como el mejor programa entre más de un centenar de proyectos medioambientales para reducir la contaminación.

Sus soluciones pasan por crear una buena red de transporte público, eliminar los coches privados del centro y coordinar el acceso de las furgonetas de reparto. Estos principios básicos son los relacionados con la movilidad, pero en este trabajo también se abordan otros temas importantes como mejorar los sistemas de calefacción.

En cualquier caso, lo que Querol propugna es reducir el número de desplazamientos en coche particular, fomentar el teletrabajo o flexibilizar los horarios. Y también favorecer que los nuevos vehículos que se matriculen sean menos contaminantes: eléctricos como solución ideal, pero también son buenos los híbridos o los de gas natural, según sus propias palabras.

Los aparcamientos disuasorios son una buena solución para el tráfico. Permiten que muchas personas se desplacen hacia otras ciudades en su coche, pero sin tener el problema añadido de tener que entrar en la ciudad. Hay muchos ciudadanos que viven en los alrededores de una gran ciudad, en urbanizaciones que no tiene un sistema de transporte público accesible. Para este tipo de usuarios es una buena solución desplazarse con su coche particular hasta llegar a una zona fuera de la ciudad, pero bien comunicada, donde pueda aparcar de manera fácil y barata y seguir su recorrido en transporte público.

Está claro que hay que limitar el tráfico en el centro de las ciudades, pero también hay que buscar soluciones para que los ciudadanos puedan desplazarse de manera rápida y económica. En ciudades como Madrid o Barcelona, no creo que la solución sea multar a los conductores que incumplan las normas, sino poner soluciones viables para que los conductores puedan cumplir las normas.

Hay que limitar el tráfico en el centro, pero también hay que buscar soluciones para que los ciudadanos se desplacen de manera rápida y económica

Madrid aplicará desde el próximo 1 de noviembre unas nuevas normas de circulación que cerrarán al tráfico todo el centro de la ciudad. El ayuntamiento ya ha comenzado a instalar las señales que avisan de la prohibición y desde el 1 de enero comenzarán a multar a los infractores. Pero la cuestión es si ha puesto en marcha alguna iniciativa para que los conductores que lleguen desde fuera de Madrid y lo hagan en su coche particular puedan dejar su vehículo en algún sitio sin tener que pagar 20 euros diarios de aparcamiento.

He estado una semana en Estocolmo (Suecia) y es un claro ejemplo de cómo se puede compatibilizar el uso del coche particular con el transporte público. Hay muy pocos coches circulando y un transporte público perfecto, que siempre llega a la hora prevista y en el que tampoco hay grandes aglomeraciones. Hay calles estrechas en el centro, pero hay muchas avenidas grandes, con tres carriles en cada sentido, uno para autobuses, otro para bicicletas y un tercero para los coches. Los ciudadanos están concienciados de que hay que usar el transporte público. Pero sobre todo hay respeto a las normas y a los otros ciudadanos. Vayan andando, en bicicleta o en un gran todocamino de lujo, todos se respetan mutuamente. En comparación con España, es el paraíso.