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El fin de semana trágico (aunque haya radar y multa) o cómo la culpa siempre es del otro
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

El fin de semana trágico (aunque haya radar y multa) o cómo la culpa siempre es del otro

El grado de responsabilidad de los conductores en España es, en general, muy bajo. La culpa siempre es de los otros, de la climatología adversa o de las infraestructuras. Y así nos luce el pelo

Foto: Si las condiciones climatológicas son adversas, si no hay visibilidad, hay que adaptar la velocidad.
Si las condiciones climatológicas son adversas, si no hay visibilidad, hay que adaptar la velocidad.

Este fin de semana ha sido especialmente trágico en las carreteras y calles de Madrid, lo que demuestra una vez más que hay que tomar cartas en el asunto para solucionar el problema de la siniestralidad vial. No vale con reducir los límites de velocidad, poner más radares o que para recuperar los puntos del carnet haya que pagar más dinero. Se trata de concienciar a los ciudadanos del peligro que supone llevar un vehículo y hacer responsables a los conductores y a todos los implicados en la movilidad cuando se producen conductas incívicas.

En la tarde del sábado, un coche quedó partido por la mitad en la entrada a Madrid por la A6 a la altura de Las Rozas y los dos ocupantes del vehículo tuvieron que ser trasladados en estado muy grave a un centro hospitalario. Es una zona que está limitada a 100 km/h. La única manera de partir un coche por la mitad, literalmente, es rodar muy deprisa y perder el control del vehículo. Pero desde luego el conductor no iba a 100 km/h con las manos puestas en el volante y con la mirada fija en la carretera.

Solo unas horas más tarde, dentro de la ciudad, un vehículo se salió de su trayectoria y atropelló a cuatro personas que estaban esperando delante del semáforo para poder cruzar. Las primeras informaciones hablaban de que el conductor habría perdido el control del vehículo y se habría precipitado encima de la isleta en la que los peatones aguardaban. Es una zona de 50 km/h, como todo Madrid, y además creo recordar que hay una limitación especifica a 30 km/h en esa zona. Si el conductor hubiera ido con las manos en el volante y la vista en la calle, a 30 o 50 km/h, jamás habría perdido así el control.

placeholder Más del 20% de los fallecidos en accidente de tráfico no llevaba el cinturón de seguridad.
Más del 20% de los fallecidos en accidente de tráfico no llevaba el cinturón de seguridad.

La Dirección General de Tráfico (DGT) y todos los organismos pertinentes deberían enseñar a los futuros conductores que lo más importante a la hora de sentarse al volante es tener la situación controlada. Es absurdo plantear que un conductor pueda perder el control del vehículo porque nadie obliga a ningún conductor a ir más deprisa de lo que puede. Si en una carretera hay una señal de 100 km/h de límite, eso significa que no se puede ir más deprisa de los 100 km/h. Pero también significa que no es obligatorio ir a 100 km/h si las condiciones no son las adecuadas para ello.

Solo unos minutos después de este segundo accidente, el 112 de Madrid avisó en Twitter de que las condiciones de las carreteras en la Comunidad de Madrid eran muy complicadas, que el suelo estaba mojado y que había mucha niebla. Es imprescindible enseñar a los conductores a ser responsables de sus actos cuando se sientan al volante, como a ser responsables de todos sus actos siempre, pero eso es algo que cada día se hace menos.

La DGT lleva meses enfrascada en la polémica de las clases presenciales obligatorias para sacarse el carnet de conducir, en concreto para poder aprobar el examen teórico. Yo creo que eso es un error; lo que la DGT tiene que conseguir es que los conductores aprendan a ser responsables de sus actos cuando se sientan al volante. Y da igual que eso lo aprendan en una clase presencial o con vídeos o charlas telefónicas.

Responsables

No hace falta enseñar a trazar las curvas o hacer doble embrague, a frenar en apoyo o apurar las marchas. Lo que hay que enseñar en las autoescuelas es a serpersonas cabales al volante, a ser conductores cumplidores de todas las normas, ser respetuosos con los peatones y con los ciclistas y con todos los que compartimos las carreteras y calles de nuestro país.

La educación vial no está implantada en los colegios y por ello no se pueden analizar los resultados de nuestros estudiantes con el programa PISA en este aspecto de la educación vial. Pero si se pudiera hacer, estaríamos a la cola de Europa.

Un 20% de los fallecidos en un accidente de tráfico no llevaba el cinturón de seguridad puesto y cerca del 40% dio positivo el alcohol o drogas tras verse implicado en un accidente mortal

El grado de responsabilidad de los conductores en España es, en general, muy bajo. Y solo hay que ver un detalle importante: un 20% de los fallecidos en un accidente de tráfico no llevaba el cinturón de seguridad puesto y cerca del 40% de los conductores dio positivo el alcohol o drogas tras verse implicado en un accidente mortal. Y si hablamos del uso del teléfono entonces las cifras son una locura. Todo el mundo usa el teléfono mientras conduce y bastantes hasta escriben mensajes mientras van sentados al volante.

Es increíble que cada año mueran en las carreteras españolas 40 personas montando en bicicleta, y demuestra claramente el poco respeto que los conductores tienen hacia los ciclistas, que también tienen derecho a usar la red viaria. Pero no es menos increíble que el 40% de esos fallecidos, ojo: el 40%, no llevaba el casco puesto cuando sufrió el accidente. Es obligatorio siempre en carretera, pero además es una norma básica de seguridad, y si a ellos no les importa su seguridad, supongo que a los otros conductores sí les tendría que importar mucho...

Es decir, que uno, sea conductor, ciclista o peatón, nunca tiene la culpa de nada. Si un ciclista va en carretera sin casco o si un peatón cruza por mitad de la calle sin mirar si viene alguien, y sufre un accidente, el culpable siempre es el conductor. La culpa siempre es de los otros, la responsabilidad es del otro, de la climatología adversa o de las infraestructuras. Y así nos luce el pelo.

Mientras no seamos capaces, todos, de asumir nuestra responsabilidad, seguiremos con el mismo problema. Solo si cumplimos con las normas y con nuestras responsabilidades podremos reclamar que los demás cumplan con las suyas. Y no al revés, como se hace ahora. Entre tanto, la DGT solo piensa en una cosa: seguir poniendo multas. Quizá ha llegado el momento, con la creación del nuevo Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, de que la DGT deje el Ministerio del Interior, al que está adscrita.

Este fin de semana ha sido especialmente trágico en las carreteras y calles de Madrid, lo que demuestra una vez más que hay que tomar cartas en el asunto para solucionar el problema de la siniestralidad vial. No vale con reducir los límites de velocidad, poner más radares o que para recuperar los puntos del carnet haya que pagar más dinero. Se trata de concienciar a los ciudadanos del peligro que supone llevar un vehículo y hacer responsables a los conductores y a todos los implicados en la movilidad cuando se producen conductas incívicas.

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