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El incierto futuro de los 16 millones de empleos de la automoción en Europa
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

El incierto futuro de los 16 millones de empleos de la automoción en Europa

El sector del automóvil es un pilar importante de la economía europea sobre todo porque de este sector industrial dependen, directa o indirectamente, 16 millones de empleos

Foto: El sector de automoción supone 16 millones de empleos entre directos e indirectos en la Unión Europea.
El sector de automoción supone 16 millones de empleos entre directos e indirectos en la Unión Europea.

La crisis del coronavirus se ha convertido en la peor crisis sanitaria y económica en la Unión Europea desde su creación en los años cincuenta. La situación es dramática en Italia, y España sigue tras los pasos del país trasalpino con una curva ascendente en fallecidos y en contagiados. Europa está aislada y la mayor parte de los países europeos han cerrado sus fronteras. Y lo peor está por llegar.

El sector del automóvil es un pilar importante de la economía europea sobre todo porque de este sector industrial dependen, directa o indirectamente, 16 millones de empleos en el territorio comunitario. Por ello, desde la asociación de fabricantes europeos de automóviles, ACEA, se ha hecho un llamamiento urgente a la Unión Europea para que tome medidas concretas con el objetivo de garantizar el empleo en el sector. Según ACEA, la automoción debe ser una base fundamental para que la recuperación económica europea sea rápida.

El automóvil es uno de los pilares clave de la economía europea, que durante años ha sido la punta de lanza de Europa por su elevada tecnología, por su gran capacidad de inversiones en I+D. Pero sobre todo por la creación de un empleo cualificado muy bien valorado en todo el mundo. Y por ello, lo que ACEA ha pedido a la Unión Europea han sido medidas concretas que permitan mantener el empleo y que ayuden a las empresas. Han solicitado una reunión urgente con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.

El objetivo de dicha reunión, según ha desvelado un responsable de ACEA, es que se fijen dos prioridades que propone el sector para salvaguardar esta potente industria automovilística europea tras esta crisis del COVID-19. Por un lado se trata de tomar medidas concretas para evitar daños irreversibles al sector, pérdida de empleos, reducción de la capacidad de innovación y de investigación. Y también de la capacidad de producción instalada.

El empleo

Al mismo tiempo, Europa debería estimular la recuperación del sector, que será un factor determinante para la recuperación del conjunto de la economía europea. Los analistas ya hablan de una caída en torno al 1% del PIB, cuando la previsión antes de saltar la crisis se situaba en el +1,4% del PIB. Estas cifras van empeorando a medida que pasan los días, aumentan las cifras de contagios y fallecidos en toda Europa.

Pero más allá de esta crisis económica que ha llevado a parar todas las fábricas de producción de vehículos en Europa, desde ACEA su director general, Eric-Mark Huitema, ha destacado que es importante mantener en estos momentos la producción y el suministro de componentes, así como las redes de talleres.

Es algo esencial para el mantenimiento del sector logístico, vital en estos momentos, lo mismo que para permitir que sigan funcionando todos los servicios de emergencia en el territorio europeo, los de ambulancias y médicos, los bomberos o los servicios de ayuda a os ciudadanos.

Todos los balones están ahora en Bruselas y en los diferentes organismos de la Unión Europea. Ahora es cuando tienen que demostrar que en las distintas instituciones se hace algo más que dar discursos y cobrar sueldos. Los ciudadanos europeos necesitamos que se tomen decisiones fuertes y de manera urgente para asegurar que el futuro de Europa no será peor que el de hace unos meses, antes de esta grave crisis sanitaria.

Hay que tener en cuenta que en muchos aspectos las instituciones de la UE se limita a marcar unas directrices que luego cada Estado debe decidir si aplica o no. Y esa no creo que sea una buena política cuando hay un problema común tan grave como este. Casi al mismo tiempo que la Unión Europea aconsejaba no cerrar las fronteras por la crisis del coronavirus, Italia, Alemania, Francia, España y Portugal, entre otros países, decidían cerrar inmediatamente sus fronteras. Y ahora, de momento, casi todas las decisiones en el ámbito económico que se han tomado desde Bruselas, solo han sido recomendaciones a los 27 países miembros.

La crisis del coronavirus se ha convertido en la peor crisis sanitaria y económica en la Unión Europea desde su creación en los años cincuenta. La situación es dramática en Italia, y España sigue tras los pasos del país trasalpino con una curva ascendente en fallecidos y en contagiados. Europa está aislada y la mayor parte de los países europeos han cerrado sus fronteras. Y lo peor está por llegar.

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