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La siniestralidad no baja como debería durante la pandemia
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Carlos Cancela

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Carlos Cancela

La siniestralidad no baja como debería durante la pandemia

Las cifras de siniestralidad en las carreteras españolas han registrado una importante mejora, del 20 % si hablamos del número de fallecidos en accidente de tráfico respecto a 2019

Foto: Los atropellos en las carreteras en ocasiones son al intentar reparar un vehículo.
Los atropellos en las carreteras en ocasiones son al intentar reparar un vehículo.

Ahora llegan los momentos más difíciles en las carreteras, en los que a las circunstancias habituales que contribuyen a que se produzcan accidentes se añade una nueva, el mal tiempo. Las carreteras mojadas o la mala visibilidad son un factor agravante que hace que se produzcan más accidentes. En estas circunstancias solo una conducción serena y responsable, cumpliendo las normas y manteniendo las distancias, nos puede llevar a reducir las cifras de siniestralidad.

Las cifras de siniestralidad en las carreteras españolas en lo que va de año han registrado una importante mejora, del 20 % si hablamos del número de fallecidos en accidente de tráfico respecto a las cifras de 2019, según los datos acumulados hasta el 30 de octubre. Es una cifra buena, que podría llevarnos a la autocomplacencia pero que de ninguna manera se puede aceptar. Además, es una mala cifra si tenemos en cuenta que el tráfico ha bajado notablemente desde el confinamiento.

Si se analiza el periodo entre el 1 de enero y el 14 de marzo, es decir antes del confinamiento en el que se prohibieron los desplazamientos y en el que las carreteras quedaron desiertas, el número de fallecidos en las carreteras españolas había aumentado un 8 %. Posteriormente, estas cifras de fallecidos bajaron mucho como consecuencia del citado confinamiento. De hecho entre el 15 de marzo y el 20 de junio experimentaron un descenso del 59 %.

Una cifra que tampoco es excesivamente buena teniendo en cuenta que en ese periodo de tiempo los desplazamientos se redujeron a la mínima expresión. Sin embargo, entre el 21 de junio y el 22 de octubre esa cifra solo ha bajado un 5 % pese a la notable reducción de los desplazamientos. Y ese sí que es un dato muy malo sobre la siniestralidad española, que hasta el 30 de octubre acumula un descenso del 20%.

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Menos tráfico

Qué es lo que está pasando, Pues que ahora hay menos tráfico, también hay menos atasco y aparecen cada vez más las conductas irresponsables de algunos conductores que, al ver que la carretera está más vacía, apuran sus horarios hasta el límite.

En las últimas semanas he visto algunas actitudes en la carretera que son realmente lamentables. Demuestran que durante todos estos años han ido bajando las cifras de siniestralidad y que no ha sido más que por una política de represión, por la implantación de cada día más radares o más cámaras de control en las carreteras. Pero la actitud de los conductores, en general, sigue siendo bastante mala.

Además, es importante destacar que las víctimas de los accidentes de tráfico se están desplazando entre tipos de vehículos. Antes, la mayor parte de los accidentes con víctimas mortales estaban protagonizados por automóviles, con salidas de la carretera o con choques frontales. Sin embargo, ahora cada día hay más accidentes de motocicletas a pesar de que son pocos los desplazamientos que se hacen en moto en toda España. Y también cada día hay más atropellos.

Pero ojo, estás cifras que les estoy dando son de carretera, sin incluir en ningún caso el tráfico urbano, en el que es más lógico que se produzcan atropellos o choques con motos. Si se producen atropellos en una carretera, en general, no se puede hablar de que el conductor tenga la culpa porque la carretera es para los vehículos y no para los peatones.

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Según el balance provisional de la DGT hasta el 18 de octubre, de los 703 fallecidos en acccidente de tráfico en carretera hasta ese momento, 142 fueron motoristas, es decir un 20% del total, 77 peatones, en torno a un 11%, mientras que los ciclistas fallecidos fueron 27. Es decir, de los 703 fallecidos en España en 2020, hasta el 18 de octubre, 260 eran usuarios de los considerados vulnerables.

El carnet por puntos o los radares han servido como una medida de choque para reducir la siniestralidad y nos han llevado a bajar de los casi 5000 muertos que se producían cada año en los ochenta a cerca de 1.100, o ligeramente por encima, que son los que se producen actualmente. Pero hay que aplicar nuevas medidas, ya no vale solo con poner más radares en las carreteras, reducir los límites de velocidad o subir el valor de las multas.

Hay que formar bien a los conductores y sobre todo hay que educar, hay que enseñar a los ciudadanos, sean conductores o no conductoeres, a respetar a los otros usuarios de la carretera y no pensar que estamos nosotros solos. Eso que les digo no es aplicable solo a los automovilistas. El conductor de un vehículo muchas veces se considera el dueño de la carretera, pero es que el de una motocicleta hace lo mismo, o el de una bicicleta. Por supuesto hay muchos accidentes con ciclistas como víctimas y eso hay que evitarlo como sea.

Es imprescindible aprender a compartir el espacio común que tenemos, las carreteras o las calles de las ciudades, pero tienen que ser compartidas entre todos en las mismas condiciones y con las mismas medidas de seguridad. Si a un conductor se le exige el cinturón de seguridad, a un motorista el casco, por qué un ciclista puede ir por las calles sin su casco. En unos momentos tan complicados como estos, con el estado de alarma nuevamente implantado en España, tenemos que empezar a pensar en respetarnos todos, en cumplir todos las normas, en hacernos más fácil la vida entre todos.

Ahora llegan los momentos más difíciles en las carreteras, en los que a las circunstancias habituales que contribuyen a que se produzcan accidentes se añade una nueva, el mal tiempo. Las carreteras mojadas o la mala visibilidad son un factor agravante que hace que se produzcan más accidentes. En estas circunstancias solo una conducción serena y responsable, cumpliendo las normas y manteniendo las distancias, nos puede llevar a reducir las cifras de siniestralidad.

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