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Francia reduce a la mitad su producción de coches, un peligro para la industria española
La crisis sanitaria provocada por el Covid y la posterior crisis económica han puesto en una situación crítica a la industria europea de automoción, que reduce
La crisis sanitaria provocada por el Covid y la posterior crisis económica han puesto en una situación crítica a la industria europea de automoción, que reduce la producción en un 30 % hasta septiembre. Pero unos países lo están llevando mucho peor que otros, ya que mientras que Francia cae un 50 %, en el caso de España esta reducción se limita al 25 %, y en el caso español está mejorando poco a poco, pese a la gravedad de la situación.
Estas son buenas noticias para industria automoción española y sobre todo para la economía nacional, ya que este sector representa el 10 % del PIB de España. Pero tiene un grave problema, y es que augura momentos muy difíciles para esta industria en los próximos años. Será cuando las grandes compañías multinacionales, con sus sedes en Francia, Alemania o Estados Unidos, tengan que asignar modelos nuevos a las fábricas españolas.
Es muy difícil entender cómo el Gobierno francés va a permitir que dos grandes grupos franceses, PSA y Renault, sigan fabricando muchos coches en España y que cada vez hagan menos en Francia. Un gobierno francés que, por una parte es el primer accionista del grupo Renault, pero que al mismo tiempo también tiene importantes intereses en el grupo PSA.
Pero también porque el propio Gobierno de Macron está haciendo todo lo posible para potenciar la industria automotriz francesa atrayendo proyectos de otros países. Un buen ejemplo es la planta francesa de Toyota, que ha recibido importantes apoyos para el nuevo Yaris y para su variante Yaris Cross. Este es un vehículo muy importante con las tendencias actuales del mercado. Esta factoría de Valencienne acaba de producir su unidad cuatro millones desde su puesta en marcha y la apuesta de la marca japonesa es firme por la fábrica francesa.
También lo es el apoyo del estado francés para que Ineos Automotive haya comprado la factoría de Mercedes en la localidad fronteriza de Hambach en la que hasta ahora se fabricaba el Smart fortwo. De momento se seguirán fabricando allí hasta su definitivo traslado a China, a las instalaciones del grupo Geely. Con ello se han salvado 1.300 puestos de trabajo, importantes para la economía francesa, ya que cuando termine la producción del smart comenzará la del Ineos Grenadier, un nuevo vehículo del segmento todoterreno.
En este contexto de apoyo a la automoción es difícil entender que el Gobierno francés vaya a permitir que se sigan de deslocalizando modelos de marcas francesas para producirlos en las plantas españolas de Vigo, Palencia, Valladolid, Zaragoza o Madrid. Sin duda, una clave para que de momento se hayan podido mantener esos puestos de trabajo en España, pese a la caída de la producción de un 25 % acumulado hasta ahora, es la gran competitividad de la industria española.
Por una parte la gran cualificación de su mano de obra, con una notable inversión en formación cada año. Pero también una política por parte de los sindicatos que a lo largo de estos años han sabido entender lo importante que era mantener las fábricas en España abiertas y generando trabajo. Porque no se trata solo de los puestos de trabajo directos de dichas fábricas sino de toda la industria auxiliar española, entre las más potentes de Europa.
Ahora, la situación es crítica, sobre todo porque hay cuatro modelos muy importantes fabricados en España que están entre los modelos más vendidos en Europa. Y de ellos tres modelos fabricados por marcas francesas que muy bien podrían llevarse estos vehículos a las fábricas galas. Por ello, es necesario de verdad un apoyo por parte del Gobierno y los sindicatos a la industria española de automoción.
Un apoyo real y efectivo que sirva para mantener muchos miles de puestos de trabajo que en este momento están en un grave peligro. Un anuncio real de dinero para poder apoyar las inversiones y también dinero para fomentar el cambio de vehículo para que los ciudadanos puedan comprar coches nuevos más eficientes y ecológicos y mucho más seguros. Con ello subirán las ventas y la producción
Eso es lo que piden la sociedad y la industria de automoción. Veremos hasta dónde están dispuestos a llegar nuestros políticos, si van a tomar alguna decisión efectiva o si van a seguir haciendo anuncios para los titulares de los periódicos. De momento, Francia que era el tercer fabricante europeo de automóviles desde hace años, solo por detrás de Alemania y España, ha pasado a ser quinto, por detrás, también de República Checa y Eslovaquia.
La crisis sanitaria provocada por el Covid y la posterior crisis económica han puesto en una situación crítica a la industria europea de automoción, que reduce la producción en un 30 % hasta septiembre. Pero unos países lo están llevando mucho peor que otros, ya que mientras que Francia cae un 50 %, en el caso de España esta reducción se limita al 25 %, y en el caso español está mejorando poco a poco, pese a la gravedad de la situación.
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