Respetemos todos las normas de tráfico en la primera gran salida del año

España se ha posicionado con el paso de los años como uno de los países con menor siniestralidad en las carreteras, por detrás de los países nórdicos. Sin duda ha tenido mucho que ver la implementación de más de mil radares con los que conseguir que los usuarios de las vías cumplan con las normas. Se ha logrado mucho en estos años, pero no por la vía de la educación, la concienciación de conductores, ciclistas o peatones, sino simplemente por el castigo a los infractores.

Ahora, tras la pandemia, la situación de la siniestralidad ha empeorado con respecto al periodo prepandemia. Solo hay que circular por una carretera para poder ver actitudes violentas al volante, que antes se veían mucho menos. Una forma de conducir más agresiva, más peligrosa en muchos conductores, que contrasta con la de otros que conducen más lento y peor por la falta de práctica de conducir.

La causa de todo ello es la situación que ha provocado la pandemia en nuestra forma de vida habitual, que ha hecho que se utilizara mucho menos el coche. En muchos casos, durante meses los conductores no han podido utilizar sus coches y cuando por fin lo han hecho, conducían con menos atención, con más ansiedad y con ganas de llegar al destino lo más rápido posible.

Por otra parte, la torpeza al volante también ha aflorado en otros muchos conductores. El resultado de esta combinación entre los que van más rápido que antes y los que circulan con más torpeza ha provocado ese un incremento de las víctimas provocadas por el tráfico. Y todo ello pese a la notable reducción de la circulación desde el comienzo de la pandemia .

La siniestralidad iba aumentando cada día, pero todas las alarmas saltaron cuando hace dos semanas, en un fin de semana normal, se produjeron 22 víctimas mortales. Una cifra similar a la del fin de semana del 19 de marzo de 2019. Y notables incrementos en excesos de velocidad y en positivos en controles de alcohol y drogas.

Ahora llega la primera gran salida del año, con la que muchos españoles llevando soñando desde que comenzó la pandemia, allá por marzo de 2020. Si otros años muchos españoles se iban de viaje fuera de España, este año todo parece indicar que el turismo nacional será clave en nuestras vacaciones. De esta forma los desplazamientos en coche serán la nota dominante durante este verano que acaba de comenzar.

Y por ello, hay que aumentar la atención y sobre todo hay que pedir un máximo respeto por las normas y por todos los usuarios de las vías. Lo pedían la semana pasada el ministro del Interior y el director general de Tráfico, máximos responsables del tráfico en España. Forma parte de su trabajo, como también debería formar parte tomar medidas para mejorar la circulación y reducir la siniestralidad.

Con la pandemia ha aumentando el consumo de alcohol y drogas y este es uno de los puntos clave del incremento de la siniestralidad en nuestras carreteras. La DGT debería poner en marcha una gran campaña de control de alcohol y drogas. Pero no una campaña de una semana de duración, anunciada en los medios de comunicación como va a hacer estos días. Una campaña permanente, todo el verano, o todo el año o hasta que se solucione ese grave problema.

Más controles

Si hay un problema con el alcohol, lo que hay que hacer es luchar contra ello, gastar dinero en hacer miles de pruebas de alcohol. Lo mismo que se logró poniendo más de mil radares hay que hacerlo haciendo controles de alcohol. La diferencia es que un radar es una inversión única y luego se recauda cada día. En 2020, un año con una notable reducción del tráfico, la DGT impuso 2,5 millones de sanciones por exceso de velocidad.

Más allá de hablar de la DGT, un tema siempre complicado, quiero pedirles que por favor respeten las normas y a los otros usuarios de las carreteras. Ya que la DGT hace poco, esa es la única manera de conseguir entre todos reducir esa cifra de víctimas mortales que se quedan cada año en nuestras carreteras. Son más de mil personas que dejan familias destrozadas anualmente.

Los límites de velocidad son iguales para todos, da igual que tengamos un Ferrari, un Mini o un Citroën con 10 años de vida. Una moto de 150 caballos corre mucho, pero el límite es de 120 km/h en autovía y 90 km/h en carreteras sin desdoblar. Un peatón que cruza por mitad de la calle mirando su móvil, un día acabará en el depósito de cadáveres por esa actitud. Por favor, respeten a los demás usuarios de las vías, todos deberíamos tener los mismos derechos, pero también las mismas obligaciones. Y las normas tenemos que cumplirlas todos.