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El otro milagro de Lula: 2 millones de trabajadores salen del mercado negro
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Juan Valencia

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El otro milagro de Lula: 2 millones de trabajadores salen del mercado negro

Toda piedra hace pared, dice el rico refranero español. Eso es lo que debió pensar el ex presidente brasileño Luis Inácio Lula Da

Toda piedra hace pared, dice el rico refranero español. Eso es lo que debió pensar el ex presidente brasileño Luis Inácio Lula Da Silva cuando en julio de 2009 puso en marcha la figura del Emprendedor Individual (EI) para sacar de la informalidad a millones de compatriotas que trabajaban sin derechos ni deberes. 32 meses después el proyecto es un éxito sin precedentes en todo el planeta: 2 millones de brasileños han abandonado el mercado negro, mientras el Gobierno del gigante sudamericano recauda cada mes el equivalente a 31 millones y medio de euros, es decir lo que se gasta España cada año en prestaciones por desempleo.

Daniele Martins, de 35 años, dejó su empleo como asistente financiero en busca de un sueño. Su objetivo era crear un pequeño negocio en su propio apartamento para elaborar y vender frutas deshidratadas en supermercados. Fue a una oficina del SEBRAE (Servicio de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas) en Salvador y le informaron de la existencia de la novedosa figura del Emprendedor Individual (EI). Pero ¿qué criterios eran necesarios para formalizarse? En primer lugar la renta bruta anual no puede superar los 60.000 reales (26.000 euros) el equivalente a 5.000 reales (2.173 euros) mensuales, debe estar dentro de las 434 actividades profesionales registradas en el programa, no ser socia de ninguna empresa y, por último, no ser funcionaria de ninguna administración (federal, estatal o municipal). En enero de este año la presidenta Dilma Rousseff modificó la renta anual que pasó de 36.000 reales (15.652 euros) a 60.000 reales con el objetivo de incorporar al programa a un mayor número de trabajadores autónomos.

En menos de una hora había legalizado su negocio. "Al legalizarme gané credibilidad en el mercado, cuando iba a ofrecer mis productos era recibida de otra manera por los dueños de los supermercados", recuerda ahora un año después de iniciar su proyecto empresarial. Ella acudió a una oficina del SEBRAE, pero no es necesario ya que la incorporación al programa también se puede realizar por internet, mucho más ágil. Al ser fabricante de un producto, cada mes abona 32,10 reales (14 euros) al Estado. Otros, como los prestadores de un servicio pagan 36,10 (15,6 euros) y los que realizan actividades mixtas (comercio, fabricación y servicio) 37,10 reales. Esa, como es lógico, es la clave del éxito del programa. Una cuota muy baja para sacar de la informalidad a millones de brasileños.

Además, de un valor insignificante teniendo en cuenta que el salario mínimo en Brasil es de 622 reales (271 euros), los emprendedores individuales logran importantes beneficios para quien hasta hace unos días estaba en la informalidad más absoluta. En primer lugar tienen derecho a la pensión mínima después de pagar 15 años (lo mismo que en España); están protegidos en caso de enfermedad, accidentes de trabajo y tienen derecho a permiso de maternidad y otras prestaciones.

En el mes de enero el emprendedor individual es obligado a realizar vía internet la Declaración Anual de Simples Nacional para los Microemprendedores Individuales (DASN-SIMEI) que tramita la Receita Federal. Sólo tienen que comunicar los ingresos brutos obtenidos mensualmente. Están exentos del pago de impuestos. No realizar la declaración anual conlleva la imposición de una multa.

La gran ventaja que tiene el emprendedor individual es que consigue un número de CNPJ (Censo Nacional de Persona Jurídica), un documento estatal por el que se convierte en persona jurídica y, por tanto, al estar formalizada puede cerrar negocios con empresas públicas y privadas del inmenso Brasil. Además, puede emitir nota fiscal, que es un recibo de compra y venta, nuestra factura en España. Eso abre muchas puertas. Si tienes un número de CNPJ un comerciante puede, por ejemplo, acceder a un terminal para que los clientes paguen con tarjeta de crédito. Eso es lo que le pasó a Rosilda de Jesus: "Tener la máquina ha sido clave para bajar la morosidad y ampliar clientes. Las clientas pueden aplazar el pago la visita al salón de belleza y yo me garantizo el cobro del servicio".

Es un programa muy completo ya que además se apoya en los bancos estatales para que los emprendedores individuales puedan empezar a realizar sus negocios. Hay líneas de crédito específicas para los EI a intereses reducidos. Por ejemplo, el Banco del Nordeste tiene una línea del fondo Constitucional de Financiamiento del Nordeste (FNE) a los emprendedores con interés al 6,75% al año. El plazo para pagarlo es de 36 meses, más una cadencia de tres meses. Eso sí, para el financiamiento, como es lógico, es preciso un avalista.

La presidenta Dilma Rousseff está muy satisfecha con el programa: "Es clave para el desarrollo de Brasil, la independencia, la autonomía de las personas transformará al país en una tela de araña entre los pequeños emprendedores y los emprendedores individuales, que son capaces de conquistar su autonomía y obtener sus derechos, como, por ejemplo, la jubilación". En mayo de 2011 tomó una decisión sin precedentes contestada por parte de la Cámara. Reducir de un 11% para un 5% el porcentaje de contribución del EI al Instituto Nacional del Seguro Social (INSS) con el objetivo de duplicar el número de formalizados. El valor mensual era de 60 reales (26 euros) y hoy es de 36,10 (15,6 euros).

Sistema de pensiones en quiebra

Esa es una de las críticas más importantes que recibe el programa. ¿Es sostenible? La Previdencia Social, quien paga la jubilación de los pensionistas brasileños, está en quiebra, principalmente en lo que se refiere a los funcionarios públicos, muchos de ellos se jubilan con el mismo salario que recibían cuando trabajaban llegando alguno de ellos a 10.000 reales (4.400 euros). Algo más saneadas están las cuentas de los jubilados acogidos a la iniciativa privada, aunque su situación no es boyante.

Los actividades económicas con mayor número de emprendedores individuales registrados en 2011 fueron peluqueros, dueños de pequeños restaurantes, pequeños mercados, ambulantes, reparación de computadores, artesanos, tiendas de ropa, carpinteros, electricistas...

Muchos de ellos tienen un empleado. El salario del mismo no puede ser superior al mínimo situado en 622 reales (271 euros) o el equivalente al mínimo de la categoría profesional del sector. Además, es obligatorio que el empleado tenga firmada la Cartera de Trabajo (un documento obligatorio en Brasil en el que se recogen todas las empresas por las que ha pasado el trabajador durante su vida laboral).

Lula da Silva