Tenga cuidado si quiere viajar a Brasil: 28 extranjeros son repatriados cada día

Brasil no es el país de acogida que dice ser. Como muestra, un botón: el gigante sudamericano denegó la entrada de visitantes el año pasado a un ritmo de 28 pasajeros diarios. De todos ellos, se desconoce cuántos eran turistas españoles. El dato es de la Policía Federal, la misma que tiene que hacer cumplir las restrictivas normas impuestas a nuestros compatriotas desde hace 48 horas. La cifra sube a un ritmo vertiginoso. En tres años, de 2008 a 2011, el porcentaje ha crecido un 1.000%. Entonces, ¿de qué se queja Brasil?

El dato demuestra que la exigencia de los agentes de la Policía Federal para que los extranjeros puedan entrar en Brasil es cada vez mayor. Y eso que, sorprendentemente, el gigante sudamericano no es un país con un gran número de turistas extranjeros: el año pasado 5,4 millones (de ellos 180.000 españoles) muy lejos de países como Argentina.

Un Airbus 330 de la compañía Air Europa procedente del aeropuerto de Barajas tomó tierra pasadas las 20 horas del martes en el Aeropuerto Internacional Luis Eduardo Magalhaes de Salvador, la tercera ciudad de Brasil. En plenas vacaciones de Semana Santa tan sólo el 20% de los 166 pasajeros eran españoles (la crisis también pasa factura al turismo y cada vez se viaja menos al extranjero). Los demás eran brasileños, ingleses, italianos y alemanes.

La gran mayoría de pasajeros del vuelo UX083 conocían las nuevas normas impuestas por Brasil para los turistas españoles. Como Javier Abad, español residente en Leeds, norte de Inglaterra, que viajaba a Salvador de vacaciones en compañía de su esposa irlandesa y sus dos hijos. Iba preparado para cualquier eventualidad. Pero el agente de la Policía Federal no le pidió ningún documento extra. “No hemos tenido ningún problema, nos han sellado el pasaporte y nada más. Es cierto que lo teníamos todo en regla. El policía ha sido muy correcto”.

El que lo tuvo peor fue el joven Manuel Rein, que estuvo a punto de no poder embarcar en Barajas con destino a Salvador. Al entregar el pasaporte en el mostrador de Air Europa fue advertido de que el documento sólo tenía vigencia para cinco meses, un mes menos de lo exigido por las autoridades brasileñas. “Tuve que ir a la policía para conseguir un documento con validez de 6 meses. Casi no lo consigo ya que en otra ocasión me tuvieron que expedir un pasaporte en el aeropuerto”, se lamentó Manuel, aunque estaba radiante al pisar suelo brasileño.

Todo quedó en un susto. Mientras su familia lo esperaba en el vestíbulo del aeropuerto de Salvador, Manuel sorteaba sin problemas el escollo de la Policía Federal. “Lo único que me han pedido es que enseñara el billete de vuelta. Me han sellado el pasaporte y punto”. Todos iban a pasar las vacaciones en el balneario de Praia de Forte, del grupo Iberostar. El padre de Manuel comentaba que el lunes estaban en Argentina y que tuvieron bastantes problemas al cruzar la frontera terrestre con Brasil. “No sé muy bien por qué, pero estuvimos dos horas parados”.

Pero no sólo los españoles están preocupados por la reciprocidad que ahora quieren aplicar los brasileños. Algunos baianos que tenían que volar a Madrid en el mismo Airbus 330 de Air Europa se dirigieron al mostrador de la compañía para mostrar que toda su documentación estaba en regla. Es el caso de Neto Andrade, que va a hacer en Barcelona un cursillo de tres meses. “Lo tienes todo en regla, no vas a tener ningún problema con la policía española al llegar a Barajas”, explicó la empleada de Air Europa.

Fuerte presión mediática

Los más relevantes medios de comunicación brasileños han dado especial importancia a la entrada en vigor de las nuevas medidas que afectan a nuestros compatriotas. El martes, en el informativo matinal de Globo Bom Dia Brasil –el más visto en todo el país- el presentador Chico Pinheiro afirmó en tono crítico que el millar de turistas brasileños inadmitidos en España en 2011 “fueron maltratados, no fueron respetados por las autoridades españolas. Vamos a ver si con la entrada de la reciprocidad el trato puede ser de mejor nivel”. Miles de internautas brasileños han expresado estos días en periódicos digitales su apoyo a la medida. Algunos aseguran que si Brasil quiere ser una potencia mundial tiene que hacerse respetar y, según ellos, eso es lo que hace con la medida la presidenta Dilma Rousseff. Mientras el Gobierno español permanece callado.

Diplomáticos brasileños aseguran que están molestos ya que la exigencia de documentos que acrediten el dinero necesario para permanecer en España no se les exige a chilenos, ni a mexicanos. Según explican en la página oficial de la Policía se puede leer: “A los ciudadanos de México y de Chile no se les exigirá sistemáticamente la comprobación de medios económicos para que entren en España”. Pero los brasileños callan al no reconocer que la exigencia a los españoles no se aplica a ningún otro miembro de la UE. La guerra diplomática está servida.