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Margallo anuncia la visita a Brasil el día que España deporta a 15 brasileños
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Juan Valencia

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Margallo anuncia la visita a Brasil el día que España deporta a 15 brasileños

Al Gobierno se le multiplican los problemas. Justo el día que se anunciaba la visita a Brasil de José Manuel García Margallo, ministro de Asuntos Exteriores

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Al Gobierno se le multiplican los problemas. Justo el día que se anunciaba la visita a Brasil de José Manuel García Margallo, ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, las relaciones entre los dos países se volvían a tensar. El martes por la noche llegaba al aeropuerto de Salvador un grupo de 15 brasileños que fue deportado en un vuelo de Air Europa tras no ser admitido en Barajas por la Policía. Aunque el Gobierno brasileño admite que algunos de los turistas no tenían en regla la carta de invitación, el grupo ha conseguido hacer un gran ruido mediático en Brasil. "Me sentí en la época del nazismo. El trato fue inhumano", sentenció la profesora Gilmara Duarte.

No sólo García Margallo va a viajar a Brasil en mayo, también se ha anunciado la visita del Rey Don Juan Carlos y del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que estarán en junio en Río de Janeiro. La idea sería reforzar las relaciones con Brasil, después del grave conflicto con Argentina tras la nacionalización de Repsol YPF. España es después de Estados Unidos el segundo país inversor en Brasil. Pero las relaciones son cada día más tensas. Turistas brasileños están siendo deportados desde España y viceversa, después que el 2 de abril el Gobierno brasileño pusiera en vigor las nuevas normas para losespañoles que pretenden visitar las ciudades del gigante iberoamericano.

El último episodio se produjo en la noche del martes cuando llegaron al aeropuerto internacional Deputado Luís Eduardo Magalhães de Salvador de Bahía, la tercera ciudad del país, un grupo de 15 brasileños a los que al Policía les había denegado la entrada en España. Aterrizaron en un vuelo de la compañía Air Europa, que se tuvo que hacer cargo del costo de los billetes. La gran mayoría habían llegado al aeropuerto de Barajas el domingo en un vuelo de la misma compañía.

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La profesora Gilmara Duarte viajó a Madrid en compañía de su hija Luma, de 6 años, y de su madre Joseisa Duarte de 52. Iba a ver a su hermana que hace más de dos décadas vive en Zaragoza. Gilmara asegura que tenía todos los papeles en regla: carta de invitación, recursos para mantenerse durante los siete días que iba a pasar en España y el pasaje de vuelta a Salvador. La Policía de Fronteras en Barajas denegó la entrada por que la carta de invitación que aportaron los tres no fue considerada legal. Su cuñado, que ejerce como abogado en España y que vive en Zaragoza, intentó solucionar el problema, pero la Policía española denegó la entrada a su cuñada.

Diabética y con los medicamentos requisados

Gilmara se queja del trato recibido. Su madre es diabética y, según su testimonio, tuvo los medicamentos requisados. En la sala para deportados estaban los 15 brasileños y otros cinco extranjeros. La pequeña de seis años fue mantenida en la misma sala que el resto de adultos.

Como es lógico los brasileños no tuvieron acceso a sus objetos personales ya que se encontraban en el interior de sus maletas que estaban en un hangar del aeropuerto de Barajas. “Estuvimos tres días con la misma ropa. La comida era a las nueve y a las tres de la tarde. Siempre lo mismo: patatas fritas, ensalada, una pieza de fruta y un pedazo de carne”, cuenta Gilmara.

Otra de las deportadas fue la peluquera Delma Bráz. Llegó a España el domingo y pretendía pasar una semana en el país. No era la primera vez que viajaba a España y nunca había tenido problemas para entrar en el país. En su pasaporte la policía le colocó un sello denegándole la entrada. La fecha era del 23 de abril, un día después de llegar a España. “No vale la pena ir a España, es humillante. Los brasileños no necesitamos pasar por eso, tenemos tantos lugares tan bonitos en nuestro país”, declaró a un periodista de la televisión Globo.

1.500 brasileños deportados en 2011

Su caso es similar al de la administradora de empresas Ana Beatriz Moro. La Policía escribió en el visado de su pasaporte la palabra FALSO. “No tenían que hacer eso. Ha sido humillante, estoy sin palabras con el trato en España”. Sin embargo, el Gobierno brasileño ha reconocido que algunos no tenían la Carta de Invitación en regla y que otros no habían conseguido aportar el dinero requerido por España para su sustento durante su estancia en el país.

Los diplomáticos de los dos países que habían avanzado que se sentarían para flexibilizar los requisitos de entrada en los dos países no han dado aún el primer paso. El asunto es grave. En 2011, los brasileños volvieron a ocupar el primer lugar de no admisiones en España. Se rechazó a 1.500, 337 menos que el  año anterior. Venezuela fue el segundo país con 1.029, mientras que el tercer lugar lo ocuparon los hondureños con 563.

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Al Gobierno se le multiplican los problemas. Justo el día que se anunciaba la visita a Brasil de José Manuel García Margallo, ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, las relaciones entre los dos países se volvían a tensar. El martes por la noche llegaba al aeropuerto de Salvador un grupo de 15 brasileños que fue deportado en un vuelo de Air Europa tras no ser admitido en Barajas por la Policía. Aunque el Gobierno brasileño admite que algunos de los turistas no tenían en regla la carta de invitación, el grupo ha conseguido hacer un gran ruido mediático en Brasil. "Me sentí en la época del nazismo. El trato fue inhumano", sentenció la profesora Gilmara Duarte.

José Manuel García Margallo