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Las amistades del Gobierno ponen en peligro las inversiones españolas en EEUU
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Las amistades del Gobierno ponen en peligro las inversiones españolas en EEUU

A partir del próximo mes de octubre, las empresas españolas que deseen invertir en Estados Unidos se encontrarán con una nueva barrera legal que pretende defender

A partir del próximo mes de octubre, las empresas españolas que deseen invertir en Estados Unidos se encontrarán con una nueva barrera legal que pretende defender la seguridad nacional frente a posibles atentados terroristas. Según los expertos, esta barrera amenaza con enfriar el actual ritmo de inversión extranjera en este país.

Por primera vez desde los atentados del 11 de septiembre, que cumplieron la semana pasada su sexto aniversario, la inversión extranjera en Estados Unidos sobrepasó la barrera de los 150.000 millones de dólares anuales en 2006, y continúa creciendo en 2007, según la oficina de análisis económico del Departamento de Comercio norteamericano.

Animadas por un dólar débil, las empresas españolas han sido grandes protagonistas de esta tendencia. En concreto, las inversiones brutas de España en Estados Unidos se triplicaron en 2006 con respecto a 2005, de acuerdo con el Ministerio español de Industria, Turismo y Comercio.

Y la euforia continúa en el 2007. Abertis cerró a principios de septiembre un contrato con el estado de Georgia para gestionar dos de sus aeropuertos; Acciona adquirió en junio los derechos exclusivos para desarrollar campos eólicos en Illinois, Iowa y Wisconsin, a la par que Iberdrola compraba una planta eléctrica en Maine; en febrero, el BBVA adquirió el banco norteamericano Compass Bancshares, mientras Cintra se hacía con un proyecto de construcción de autopistas en Texas. Y la lista sigue.

Sin embargo, los norteamericanos empiezan a poner mayor resistencia a la adquisición de sus infraestructuras por parte de empresas extranjeras, tal y como ocurrió el año pasado cuando la operadora DPWorld, del gobierno de Dubai, trató de hacerse con los puertos más estratégicos del país.

Desde entonces, los legisladores norteamericanos trabajan en una serie de iniciativas que amenazan con poner trabas a la libre circulación de capitales.

El próximo mes de octubre, entrará en vigor la Ley de Inversión Extranjera y Seguridad Nacional con el objetivo de reforzar la ley Exon-Florio de 1988, que permite al presidente suspender o modificar las transacciones de inversión extranjera que amenacen a la seguridad nacional.

Según Carl Valenstein, un abogado de la firma Thelen Reid Brown Raysman & Steiner de Washington, la nueva ley afectará fundamentalmente a aquellas transacciones relacionadas con los sectores de la construcción, la tecnología y la energía, precisamente los sectores donde las compañías españolas tienen mayor presencia.

El Comité de Inversion Extranjera en Estados Unidos, la agencia encargada de autorizar las inversiones extranjeras, tendrá que dar cuenta de sus decisiones al Congreso norteamericano y tomará en consideración las relaciones del país correspondiente con Estados Unidos, así como el historial del mismo en cuanto a proliferación de armas y esfuerzos antiterroristas. Por ejemplo, se analizará el impacto de la venta de armas a países que resulten ser una amenaza regional para Norteamérica, como es el caso de Venezuela.

Si algunas compañías españolas ya se habían enfrentado a obstáculos proteccionistas en la tierra del libre mercado (como en el caso de Cintra y sus problemas para hacerse con la concesión de autopistas en Texas), esta nueva ley les abre un nuevo frente de incertidumbres. Más aún, después de que el presidente Bush anunciara la semana pasada la reducción de las tropas estadounidenses en Iraq.

Algunos republicanos relacionan esta retirada con un aumento de las amenazas terroristas en Estados Unidos. “En caso de retirada de tropas, los terroristas vendrán a casa”, aseguró en marzo el Senador republicano John McCain.

A partir de este otoño, el nuevo proceso de revision Exon-Florio exigirá a los intereses españoles que deseen incrementar su presencia al otro lado del Atlántico una excelente relación con el Congreso norteamericano.

A partir del próximo mes de octubre, las empresas españolas que deseen invertir en Estados Unidos se encontrarán con una nueva barrera legal que pretende defender la seguridad nacional frente a posibles atentados terroristas. Según los expertos, esta barrera amenaza con enfriar el actual ritmo de inversión extranjera en este país.