Los galanes europeos conquistan la energía americana

Las grandes compañías de energía en Europa continúan a la caza de energéticas en Estados Unidos, superando las barreras que hasta ahora habían frenado la conquista europea del mercado energético norteamericano. Sin embargo, las eventuales operaciones no estarán exentas de riesgos políticos.

Desde que en el verano pasado los consejeros de Iberdrola acordaran con sus homólogos de Energy East la compra de la eléctrica norteamericana, la española ha estado embarcada en la dura tarea de convencer a una serie de agencias públicas federales y estatales de los beneficios que la operación traerá a los más de tres millones de usuarios residentes en los estados de Nueva York, Connecticut, Massachusetts y Maine.

Después del reciente éxito de Iberdrola ante el Comité de Servicios Públicos de Maine, que hace menos de dos semanas aprobó por unanimidad la adquisición, la española puede sentirse orgullosa de haber superado casi todas las trabas. Ahora sólo le queda lidiar con la agencia correspondiente en el estado de Nueva York.

Iberdrola no es ni será la única energética europea en poner un pie en el mercado norteamericano o en llegar a controlar áreas estratégicas del mismo en los próximos cinco años. Así se desprende del análisis de Bob Dickerman, director de la división de energía de Navigant Consulting, una consultora con sede en Chicago que cotiza en el NYSE.

Para Dickerman están confluyendo una serie de factores que favorecen la consolidación del sector de la energía en Estados Unidos y que convierten a este mercado en una atractiva oportunidad de inversión para compañías europeas.

División en estados

Por un lado, la principal barrera de entrada ha sido hasta ahora el aparato político y legislativo norteamericano, que, al quedar dividido en diferentes estados, ha respondido de diferentes maneras sembrando confusión e incertidumbre en los departamentos legales de las compañías europeas. Pero según Dickerman, desde hace dos años esta situación no ha impedido que se realizaran numerosas adquisiciones.

Por otro lado, la necesidad de reducir costes y de crear economías de escala para la transmisión y generación de energía, las recientes modificaciones legislativas que favorecen la consolidación del sector, y los costosos y crecientes requisitos medioambientales están acelerando las fusiones y adquisiciones en Estados Unidos en un campo que hasta ahora andaba deprimido en comparación con el europeo.

“Existe el consenso general de que las eléctricas norteamericanas, que representan monopolios regionales dentro de una economía sólida, son valores excelentes y pueden convertirse en una plataforma para una mayor expansión,” dijo Dikerman.

Lo mismo afirmó Ignacio Sánchez Galán en junio del año pasado cuando anunció la adquisición de North East. "Estados Unidos representa una oportunidad importante para nuestro crecimiento y la adquisición de Energy East es un paso hacia delante en nuestra estrategia de construir una plataforma Atlántica.”

La consolidación: una necesidad para las renovables

En la última década, la consolidación del mercado energético europeo ha superado con creces a la ocurrida en el mercado norteamericano. Como resultado, los gigantes europeos son líderes mundiales en un sector de las renovables, donde el tamaño de las compañías es aún más importante para competir.

En Estados Unidos, las compañías europeas, motivadas por la debilidad del dólar, los incentivos fiscales y las nuevas políticas medioambientales, son protagonistas del 80 por ciento del total de fusiones y adquisiciones que se están produciendo en el sector de las renovables, según 'Global Power Report', una prestigiosa publicación norteamericana especializada en energía.

Por ejemplo, sólo en el sector eólico, en el 2007 se llevaron a cabo ocho adquisiciones de activos norteamericanas por empresas europeas - entre ellas, la adquisición de Acciona de los derechos exclusivos sobre 1,300 Megavatios de energía eólica en el medio oeste americano- por un valor estimado de 4,500 millones de dólares.

Sin embargo, según representantes del sector eólico norteamericano, esta tendencia comienza a despertar serias preocupaciones entre grupos de interés norteamericanos, ya que existe la percepción de que las compañías europeas se han hecho dueñas de sus activos renovables estratégicos.

Será pues necesario que la industria europea mantenga buenas relaciones con Washington cuando llegue la hora de establecer la futura legislación federal de energías renovables.