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Los medios y Terry Jones, ¿atrapados o cómplices?
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Cristina Fernández

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Los medios y Terry Jones, ¿atrapados o cómplices?

Érase una vez un pastor en lo más profundo del Estado de Florida. Residente de Gainsville. Seña de identidad: bigote estilo siglo XIX. "Jesús era muy

El controvertido pastor Terry Jones (Reuters)

Érase una vez un pastor en lo más profundo del Estado de Florida. Residente de Gainsville. Seña de identidad: bigote estilo siglo XIX. "Jesús era muy simpático", le dijo a un presentador de la cadena ABC. "Así que no creo que fuera por ahí quemando libros, pero estoy seguro de que quemaría éste". Por inspiración divina en un día de julio, Terry Jones decidió convocar el Día Internacional de la Quema del Corán en el 11 de Septiembre. 

Hay quien ha culpado al verano, cuando el ritmo de noticias es más lento. Aunque el ritmo de eventos en el mundo sea el mismo. Hay quien ha culpado al General Petraeus por desatar la preocupación de medio Estados Unidos diciendo que Jones y su quema de coranes pondría en peligro a las tropas. Hay quien ha culpado a Internet porque, ya se sabe, difunde la información tan rápido que no nos da tiempo a pensar. Y hay quien ha culpado al debate sobre el proyecto de construir una mezquita a dos manzanas de la Zona Cero. Parece ser que la polémica en Nueva York da contexto al lunático de Florida.


Pero vayamos por partes. Cuando Jones convocó la quema el pasado mes de julio, igual que cuando varios niños de su iglesia acudieron a clase con camisetas en las que se leía "El islam es el diablo", sólo los medios locales se hicieron eco de la noticia. Sería un servicio de noticias religiosas el que compartiera la información con medios más grandes, y ahí estaba el controvertido Rick Sánchez, presentador en racha de la CNN, para apuntarse un tanto: sería el primero en entrevistar, en exclusiva y en directo, al pastor que ahora conoce medio mundo.

Pastor Terry Jones: "Lo que estamos haciendo al quemar el Corán el 11-S es pedir que paren. Que pare el islam. Que pare la ley islámica. Que pare la brutalidad. No tenemos nada en contra de los musulmanes, son bienvenidos en nuestro país". 

No puede quedar atrás ese factor. El pastor vive en Estados Unidos, donde la libertad de expresión, garantizada por la Primera Enmienda a la Constitución, ampara ideas como las de Jones. Sean de inspiración divina o terrenal. Este factor no se ha escuchado tanto en los medios norteamericanos como en los extranjeros, que se han visto obligados a explicar por qué nadie puede parar los pies a Jones. Salvo la entrevista para CNN, Jones ha vivido un verano relativamente tranquilo hasta este lunes, cuando Estados Unidos desayunaba con el mensaje tranquilizador de Petraeus. Dos días después, el pastor de Florida lucía bigote en hasta 50 portadas de periódicos norteamericanos. En pocas ocasiones tantos directores están de acuerdo.

Tal como explica Michael Calderone en Yahoo! las grandes cadenas de noticias -CNN, NBC y FOX- le mencionaron el miércoles hasta 80 veces. Estos canales se dedican exclusivamente a la información durante las 24 horas. Aunque emitan diversos segmentos con programas especializados, la actualidad manda. La NBC conectó a cada hora con Gainesville. Entre medias informó también del accidente de tráfico de un conocido jugador de fútbol americano, cómo un motorista sobrevivió a un choque frontal con otro coche después de volar por los aires como un muñeco de trapo, y el accidente de una joven que jugaba con un tirachinas gigante cuando la bola salió disparada a su cara y el impacto le tiró al suelo. Impacto que, por supuesto, vimos varias veces. No había noticias más importantes en un país en medio de una recesión económica y empantanado en dos guerras. Para ser justos, la cadena también siguió la posible liberación de uno de los tres americanos detenidos el pasado verano en Irán.


Dice Jones que ha concedido más de cien entrevistas. El secretario de prensa Robert Gibbs se reía ayer diciendo que va más gente a sus ruedas de prensa que a su iglesia. Pero, ¿cómo no van a cubrir los periodistas las palabras de una persona de la que habla Petraeus, el secretario de Defensa Robert Gates, políticos internacionales desde Europa hasta Afganistán e incluso el presidente Obama? ¿Cómo no escuchar a una persona que ha hablado con el mismísimo Gates y a la que ha visitado el FBI?

Este viernes, los corresponsales en la Casa Blanca agotaron casi media rueda de prensa del presidente hasta que uno se atrevió a preguntar por la polémica del pastor. El jueves, Obama había condenado su decisión en la cadena ABC. Fue un periodista de este medio el que preguntó si la llamada del secretario de Defensa había "escalado" la situación. Obama fue contundente: "De ninguna manera". Se tragó el argumento de que, quizás, puede, a lo mejor... si ningún periodista le hubiera preguntado a Jones si cambiaría de parecer con una llamada de la Casa Blanca, la administración no se hubiera implicado en el tema.

La NBC, por su parte, entrevistó a Dan Rather, antiguo presentador de la CBS, sobre el papel de los medios en la polémica. "Por supuesto que los medios tienen algo que ver". Un poco de autocrítica -ahora que está retirado- no viene mal. La presentadora contestó que sólo prestaron atención tras las declaraciones de Petraeus. "Bueno, pero lo habéis contado", sentenció Rather. Entre los grandes medios norteamericanos, se ha salvado muy pocos. The New York Times no le ha dedicado tinta en su portada en toda la semana. Tampoco hubo espacio en su edición digital. Hasta este jueves. Era el momento de sacar los colores a los compañeros de profesión con una pieza que desgrana la locura.

El proceso seguido por las televisiones norteamericanas -con eco en el resto del mundo- no es nuevo. Igual que ahora llegan los remordimientos por si ha habido algún tipo de exageración, antes hubo otras coberturas cuestionables. Hace una semana un activista secuestró a tres personas en la sede de Discovery Communications en las afueras de Washington. Amenazaba con activar los explosivos en su chaleco mientras un helicóptero sobrevolaba el edificio, enviando imágenes en directo. La CNN mantuvo el plano durante horas por si alguien quería ser testigo de la explosión en directo. El año pasado, una familia soltaba un globo y decía que su hijo iba dentro. Hasta en España vimos a Pepa Bueno narrar el aterrizaje del globo (sin niño) en el telediario de TVE. En Estados Unidos ya se define como el fenómeno del balloon boy -el "niño globo"- cuando un ciudadano anónimo recibe el empuje de los medios hacia el estrellato. O cuando en que los periodistas caen en la trampa y convierten en noticia lo que no es.

Atrapados o cómplices, los medios están obligados ahora a seguir los pasos de Jones hasta que pase el Día Internacional de la Quema del Corán. Con quema -aunque algunos dicen que no emitirán las imágenes por ofensivas- o sin ella. Mientras, Jones ya está en Nueva York, donde exige hablar con el Imán de la mezquita Park 51. Sí, la de la Zona Cero. En los dos últimos días ha cambiado varias veces de opinión, alegando que cancelará la quema a cambio del traslado del centro islámico. Jones está jugando sus cartas. Si fracasa la negociación en Nueva York, puede lograr que se culpe a los musulmanes de la Iniciativa Córdoba de provocar la quema.

El controvertido pastor Terry Jones (Reuters)

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