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El error principal de Donald Trump con Irán ya lo predijo Sun Tzu

El comportamiento de Irán ha sido lo contrario a lo que la Administración Trump esperaba, demostrando que EEUU conoce muy mal a sus enemigos

Foto: Donald Trump. (Reuters)
Donald Trump. (Reuters)

El ejército estadounidense suele usar la frase de "el enemigo también vota". El general Jim Mattis la ha utilizado tan a menudo que, a veces, se le atribuye a él. En realidad, es una perla que se puede rastrear en los escritos de Sun Tzu, el estratega militar chino, que aconsejaba que todos debían "conocer a sus enemigos". Y esto describe el error principal de la política de Trump sobre Irán.

En los telegramas confidenciales de 2018 que se filtraron este verano, el por entonces embajador del Reino Unido en Washington, Kim Darroch, escribió algo obvio para muchos observadores: Trump se salió del acuerdo nuclear de Irán porque era el "acuerdo de Obama" y había dedicado poco tiempo a pensar la estrategia del día después. Darroch también destacó que el Secretario de Estado, Mike Pompeo, trató de distanciarse del propio Trump, refiriéndose a ello como "la decisión del presidente". Aunque la iniciativa se pudo tomar por razones domésticas, ha desencadenado serias consecuencias geopolíticas.

La estrategia de la Administración Trump está inmersa en redoblar la presión sobre Irán, forzar a otros países a obedecer las sanciones unilaterales de EEUU y apostar a que, finalmente, Irán capitulará.

Foto: El presidente de EEUU, Donald Trump. (Reuters)

En un principio, la reacción de Teherán fue contenida. Simplemente, trató de sortear a Estados Unidos. Continuó adherida al acuerdo y se esforzó por comerciar con otros países. Fracasó. Las sanciones funcionaron por el papel central del dólar en el sistema financiero internacional. La economía iraní sufrió UN GRAN DAÑO (BLOW) y sus exportaciones de crudo se hundieron. Los países europeos, furiosos ante el abuso del rol del dólar, trataron de crear un mecanismo de pagos alternativo. Hasta la fecha tampoco han tenido éxito.

El siguiente movimiento de Irán ha consistido en dejar claro que existe un coste al aplicar esta política de máxima presión. Ha acosado barcos en el Golfo Pérsico, recordando a todo el mundo que el 20% de la demanda de petróleo mundial circula a través del estrecho. Además, derribó un dron estadounidense, dejándole claro al Pentágono que tiene la capacidad de obstruir su inteligencia. Y ahora, Teherán - posiblemente a través de milicias y aliados en la región - parece estar detrás de un ataque preciso en las principales instalaciones petrolíferas del mundo, un golpe tan efectivo que detuvo la mitad de la producción de petróleo del Reino. El mensaje es claro: las hostilidades con Irán se trasladarán a lo largo de Oriente Medio y afectarán al suministro de petróleo.

Una respuesta imprevisible

El enemigo 'vota', y su comportamiento ha sido lo contrario a lo que la Administración Trump esperaba. La máxima presión sobre Irán no ha moderado su comportamiento ni le ha obligado a volver de rodillas a la mesa. Por el contrario, ha provocado a Teherán a tomar represalias. El 'status quo' de las sanciones ya es lo suficientemente duro para Irán como para que sienta que va a perder algo actuando de forma provocativa. Incluso peligrosa.

También está la realidad de la política nacional dentro de la República Islámica. El Acuerdo Nuclear era poco popular entre los halcones en Estados Unidos, pero también era impopular entre la línea dura de Teherán. Algunos querían impugnar al ministro de Exteriores, Mohammad Javad Zarif, tan solo por dar la mano al presidente Barack Obama. Aquellos que se oponían al acuerdo argumentaban que Teherán estaba haciendo grandes concesiones - reduciendo su reserva de uranio enriquecido un 98% y echando cemento en su reactor nuclear - en compensación por promesas de que EEUU levantaría las sanciones y permitiría volver a Irán a la economía internacional. Ellos predijeron que Washington acabaría por no cumplir con sus promesas. Cuando Trump se salió de forma unilateral del acuerdo, clamaron victoria.

Foto: Las instalaciones de Aramco (Arabia Saudí), atacadas este sábado. (Reuters)

Mattis sí que ha acuñado una frase sobre los aliados: "Los países con aliados se desarrollan; sin aliados perecen". Es sorprendente que EEUU se haya embarcado en una estrategia tan arriesgada contra Irán con el apoyo de tan pocos aliados. Para empezar, Trump trata muy mal a sus colegas europeos - principal razón por la que Mattis dimitió como Secretario de Defensa -. Ellos también tienen algo que decir y, muy lejos de ayudar, algunos tratan de forma activa de frustrar las políticas estadounidenses hacia Irán. Incluso Emiratos Árabes Unidos, quizá el aliado más devoto de Arabia Saudí, se ha distanciado de Riyadh en los últimos meses, saliéndose de lo que cree que es una intervención fallida en Yemen.

En 'El Arte de la Guerra', Sun Tzu escribe que la victoria solo es posible cuando un líder sabe elegir sus batallas y está preparado. La derrota está garantizada para un cacique sin piedad, volátil y arrogante.

El ejército estadounidense suele usar la frase de "el enemigo también vota". El general Jim Mattis la ha utilizado tan a menudo que, a veces, se le atribuye a él. En realidad, es una perla que se puede rastrear en los escritos de Sun Tzu, el estratega militar chino, que aconsejaba que todos debían "conocer a sus enemigos". Y esto describe el error principal de la política de Trump sobre Irán.

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