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Lecciones del Honda Odyssey para Trump: el déficit comercial es bueno para EEUU

Cuando la economía de EEUU crece, su déficit comercial también tiende a subir. Si quieres lograr un descenso del déficit comercial, es sencillo: tan solo tienes que provocar una recesión

Foto: Un Honda Odyssey decorado de Minnie Mouse. (EFE)
Un Honda Odyssey decorado de Minnie Mouse. (EFE)

El argumento más consistente del presidente Donald Trump para defender su propia reelección es simple: es la economía, estúpido. Trump apunta a una economía estadounidense que está en buena forma, a pesar de que no está ni cerca de “su mejor momento nunca”, como suele asegurar el magnate republicano. El crecimiento de Estados Unidos ha promediado un 2,5%, un poco más alto que en los mandatos de Barack Obama y George W. Bush, y bastante más bajo que durante los presidentes Bill Clinton y Ronald Reagan. Trump prometió un crecimiento del 4% que nunca se materializó. Pero no eso no ha impedido al 'gran vendedor' seguir repitiendo su consigna “promesas hechas, promesas cumplidas”.

De hecho, una de las áreas en las que Trump ha fallado más claramente es en mantener su promesa y que es clave para su ideología: el déficit comercial. Trump ha hecho campaña sin descanso sobre la nación de que la economía estadounidense estaba siendo arruinada por enormes déficits comerciales (EEUU importa más bienes de los que exporta). Trump prometió en la campaña en junio de 2016: “Veréis una caída [del déficit] como nunca antes habíais visto”.

Foto: El candidato demócrata Bernie Sanders. (Reuters) Opinión

En realidad, el déficit comercial ha subido sustancialmente en el Gobierno de Trump. Estaba en unos 503.000 millones de dólares en 2016 y creció hasta 628.000 millones de dólares en 2018, una subida del 25% (y cayó ligeramente en 2019 hasta 617.000 millones de dólares).

Cuando entrevisté a uno de los más cercanos consejeros de Trump (y su yerno) Jared Kushner en CNN este mes, me contó que era obvio que Trump tenía razón sobre que los déficits comerciales son malos para la economía. Cuando después le pregunté por qué el déficit comercial ha subido durante la administración Trump, su respuesta fue: “Eso es porque nuestra economía está creciendo [...] América está adelantando al mundo”. Esto es correcto y puede verse en los datos históricos. En los últimos 30 años, cuando Estados Unidos ha crecido robustamente, su déficit comercial ha tendido a subir. Si quieres lograr un descenso acusado en el déficit comercial, es sencillo. Tan solo tienes que provocar una recesión. La mayor caída en el indicador en la historia de EEUU tuvo lugar en 2009, durante la crisis financiera.

placeholder Kushner junto a Trump. (Reuters)
Kushner junto a Trump. (Reuters)

Un déficit para presumir, no para criticar

La política comercial puede ser un poco enrevesada, así que déjenme intentar explicar esto de forma simple, basándome en el experimento de Roger L Martin publicado en Harvard Business Review. Imagine un país que tiene menos del 5% de la población mundial pero genera más del 20% del PIB global (producto interno bruto). Compra bastante más bienes de los que vende, pero lidera al mundo en las industrias del futuro: servicios y tecnología. También tiene excelentes leyes que protegen la inversión privada y una divisa fuerte y estable.

Si estuvieras viviendo en otro país, ¿no querrías invertir tu dinero allí? El país imaginario es, por supuesto, Estados Unidos. El mundo puede que ya no compre tantos bienes americanos, pero compran muchísimos servicios americanos e invierten su dinero en América.

De hecho, mientras Estados Unidos tiene un déficit de bienes manufactureros con el resto del mundo, tiene un amplio superávit en servicios (banca, seguros, consultoría, etc) Y recuerda que el 80% de los trabajos estadounidenses están en el sector servicios (los puestos de trabajo en manufactura como porcentaje del total de trabajos ha estado en declive constante durante los últimos 70 años). Estados Unidos también es el destino favorito del mundo para invertir capital, por un amplio margen. Como señala Martin, cuando miras la foto completa, “el déficit comercial debería ser algo para presumir más que para criticar”.

Cómo resolver un problema inexistente

En la entrevista, Kushner preguntó: “Si los déficits (comerciales) no importan entonces, ¿por qué es que todos los países con los que trato no quieren tenerlo [déficit]?”. De hecho, Kushner debería hablar a su amigo Mohamed bin Salman, príncipe de Arabia Saudita. Los saudís tienen enormes superávits comerciales porque todos compran su petróleo. Y sin embargo, están desesperados por atraer inversiones y diversificar su economía. Una señal de éxito para las reformas del país sería si comenzase a arrojar déficit comercial. De hecho, muchos países con superávits comerciales -Rusia, Arabia Saudí, Brasil, Irán, Venezuela- estarían encantados de atraer más capitales y vender más servicios.

Foto: Pete Buttigieg, candidato demócrata a la presidencia de EEUU. (EFE) Opinión

En su excelente libro -’Comercio no es una palabra de cuatro letras’- Fred Hochberg, el exjefe del Export-Import Bank, nos recuerda que el concepto de déficit comercial puede estar pasado de moda porque los bienes ya no se fabrican en un solo país. Y pone un ejemplo: el modelo de coche con mayor porcentaje de “contenido local” americano, tan solo tiene un 75% de partes estadounidenses y canadienses. Y ese el modelo es… ¡el Honda Odyssey! De hecho, los 11 coches con más piezas locales de Estados Unidos en 2018 son fabricados por Honda y el número 12, era el Mercedes-Benz C300.

La política comercial de Trump ha sido un ejercicio tremendamente caro, forzando a los estadounidenses a pagar decenas de miles de millones de dólares en impuestos a bienes importados y luego utilizando esos fondos del contribuyente para compensar a los granjeros por su pérdida de ingresos (por los aranceles en retaliación) y asegurarse que el sistema de comercio global queda debilitado por las nuevas barreras y aranceles. Todo para resolver un problema que en realidad no es un problema.

El argumento más consistente del presidente Donald Trump para defender su propia reelección es simple: es la economía, estúpido. Trump apunta a una economía estadounidense que está en buena forma, a pesar de que no está ni cerca de “su mejor momento nunca”, como suele asegurar el magnate republicano. El crecimiento de Estados Unidos ha promediado un 2,5%, un poco más alto que en los mandatos de Barack Obama y George W. Bush, y bastante más bajo que durante los presidentes Bill Clinton y Ronald Reagan. Trump prometió un crecimiento del 4% que nunca se materializó. Pero no eso no ha impedido al 'gran vendedor' seguir repitiendo su consigna “promesas hechas, promesas cumplidas”.

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