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La desastrosa noche electoral de EEUU va a ser solo el principio
Será un "mes electoral" y los resultados van a cambiar desde el recuento de los votos en urna frente a los del voto por correo. Y Trump no va a estar callado
Todos deberíamos empezar a prepararnos para un muy preocupante escenario el 3 de noviembre. No es una fantasía extravagante, sino más bien el escenario más probable con base en lo que sabemos hoy en día. La noche de las elecciones, el presidente Donald Trump se adelantará significativamente en la mayoría de los estados, incluidos los estados dudosos ('swing states') que decidirán el resultado. En los siguientes días, los votos por correo serán contados y los números podrían cambiar a favor de Joe Biden. Pero, ¿aceptará Trump ese resultado? ¿Lo hará Estados Unidos?
Primero, una explicación sobre por qué esto es la situación más probable. Varias encuestas han encontrado que, por la pandemia, los votos en persona y por correo reflejarán una tremenda división entre los partidos. En una encuesta, el 87% de los votantes de Trump dijeron que prefieren votar en persona, comparado con el 47% de los votantes de Biden. En otra, elaborada por la firma de datos demócrata Hawkfish, el 69% de los votantes de Biden dijeron que planeaban votar por correo, y solo un 19% de los votantes de Trump aceptaron lo mismo. La firma modeló varios escenarios y halló que, basándose en los sondeos más recientes, si solo el 15% de los votos por correo son contados en la noche electoral, parecerá que Trump tiene 408 representantes electores comparado con los 130 de Biden. Pero, cuatro días después, asumiendo que se ha contado el 75% de los votos por correo, el resultado podría dar la vuelta hacia Biden y, cuando todas las papeletas estén contadas, Biden tendría 334 representantes electores frente a los 204 de Trump.
No hace falta creer en las proyecciones de los modelos matemáticos para entender que este será un escenario más que probable. Como escribe David Graham en 'The Atlantic', la noche de las elecciones 'midterm' de 2018, los resultados parecieron muy decepcionantes para los Demócratas. Parecía que habían ganado bastantes menos escaños en el Congreso y el Senado que los que predecían las encuestas; una repetición de 2016.
Sin embargo, conforme los votos por correo se iban contando, los resultados cambiaron. "California simplemente desafía la lógica", dijo Paul D. Ryan (republicano por Wisconsin), que había sido portavoz del Congreso. "Solo perdíamos por 26 la noche de las elecciones y, tres semanas después, habíamos perdido básicamente cada una de las áreas disputadas de California". De hecho, hay explicaciones perfectamente lógicas para este "cambio hacia el azul", como los académicos Edward Foley y Charles Stewart lo llaman. Pero es fácil hacer que parezca algo sospechoso.
Ya después de las elecciones 'midterms' de 2018, Trump declaró que estaba en marcha una conspiración
Después de las elecciones 'midterms' de 2018, Trump declaró que estaba en marcha una conspiración. En Florida, cuando los demócratas empezaron a estrechar la ventaja a los republicanos en dos zonas clave, tuiteó que "un gran número de nuevas papeletas aparecieron de ninguna parte y que muchas papeletas estaban perdidas o amañadas. Un conteo de votos honesto ya no es posible, las papeletas han sido contaminadas masivamente". Imaginemos que es probable que Trump haga lo mismo en este noviembre, cuando su propio destino penda de un hilo.
The Florida Election should be called in favor of Rick Scott and Ron DeSantis in that large numbers of new ballots showed up out of nowhere, and many ballots are missing or forged. An honest vote count is no longer possible-ballots massively infected. Must go with Election Night!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) November 12, 2018
Dan Baer, del Carnegie Endowment for International Peace, señala que un estremecedor y absolutamente plausible escenario se muestra en un excelente artículo: 'Cómo Trump podría negarse a irse'. Baer imagina un recuento ajustado en Arizona y Florida, donde los gobiernos controlados por los republicanos podrían discutir que la elección ha sido fraudulenta por las irregularidades y cambiar la ley para permitirse a sí mismos elegir entre los republicanos a los representantes.
En Wisconsin, donde el Gobierno del Estado está dividido, Baer imagina la siguiente secuencia de eventos: "El legislativo, controlado por los republicanos, también se moviliza para cambiar la forma de designar los representantes y aprobar a los que se alinean con Trump. Sin embargo, el gobernador demócrata, invocando la ley estatal de Wisconsin, firma y coloca el sello estatal en la lista de representantes de Joe Biden, según lo certificado por la Comisión Electoral estatal".
En la visión de Baer, Trump moviliza a su base para salir y protestar, tuiteando: "¡Gracias Wisconsin! ¡No permitáis que vuestro gobernador os robe a VUESTRO PRESIDENTE!".
¿Hay alguna forma de salir de esta pesadilla nacional? Dos fuerzas poderosas podrían asegurar que Estados Unidos, ya puesto en cuestión por su manejo del covid-19, no termine también como el modelo de la democracia disfuncional. El primero son los medios de comunicación. Tenemos que abandonar la noción de la 'noche electoral' y preparar al público para el 'mes electoral'. De hecho, los estados nunca han certificado a los ganadores la noche de las elecciones. Las organizaciones de noticias lo hacen sobre la base de proyecciones estadísticas. Es hora de educar al público para que espere a que se cuenten las papeletas.
La segunda y decisiva fuerza será el presidente del Tribunal Supremo John G. Roberts Jr. Si este tipo de escenario se desarrolla, terminará en los tribunales. Por lo general, esto no llegaría al Tribunal Supremo. La Constitución es muy clara en que son los estados, y solo los estados, los que deciden a sus representantes. Pero la Corte Suprema abandonó su moderación en 2000 con Bush vs. Gore. Eso significa que una elección en disputa podría pasar rápidamente al Tribunal Supremo, donde Roberts sería fundamental como presidente del Tribunal Supremo y como el voto decisivo. Así que, todo podría reducirse a esto: un hombre tendrá el poder de poner fin a una catástrofe que se avecina y salvar la democracia estadounidense.
Todos deberíamos empezar a prepararnos para un muy preocupante escenario el 3 de noviembre. No es una fantasía extravagante, sino más bien el escenario más probable con base en lo que sabemos hoy en día. La noche de las elecciones, el presidente Donald Trump se adelantará significativamente en la mayoría de los estados, incluidos los estados dudosos ('swing states') que decidirán el resultado. En los siguientes días, los votos por correo serán contados y los números podrían cambiar a favor de Joe Biden. Pero, ¿aceptará Trump ese resultado? ¿Lo hará Estados Unidos?