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"Guerra" a la pandemia: Biden debe conseguir que EEUU deje de dar lástima
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"Guerra" a la pandemia: Biden debe conseguir que EEUU deje de dar lástima

¿Qué es lo primero que Joe Biden debería hacer como presidente? La respuesta está clara: asegurarse de que todos los estadounidenses estén vacunados lo antes posible.

Foto: Joe Biden recibe una dosis de la vacuna en un hospital de Newark, Delaware. (Foto: Reuters)
Joe Biden recibe una dosis de la vacuna en un hospital de Newark, Delaware. (Foto: Reuters)

¿Qué es lo primero que Joe Biden debería hacer como presidente? Tiene muchas prioridades: debe lidiar con la pandemia, rearrancar la economía, restablecer la credibilidad internacional de Estados Unidos y competir de manera efectiva contra China.

Resulta que hay algo que puede hacer que atiende todos estos problemas a la vez: vacunar a todos los estadounidenses lo antes posible. El objetivo actual de Biden de vacunar a un millón de personas al día es demasiado modesto. Debería doblarlo, haciendo lo que sea necesario para conseguir que Estados Unidos alcance la inmunidad de rebaño a finales de abril o principios de mayo. Esto supondría un impulso instantáneo al estatus de Estados Unidos y le daría al presidente capital político de cara a todo el mundo, desde los miembros del Partido Republicano hasta Europa y China.

Foto: Los manifestantes huyen de una granada de gas lacrimógeno durante el asalto al Capitolio, el pasado 6 de enero. (Foto: Reuters) Opinión

Ahora mismo, la compaña de vacunación se está tambaleando. Alex Azar, el secretario de Salud de la administración Trump, predijo a comienzos de diciembre que 20 millones de estadounidenses habrían sido vacunados para el final de 2020. En realidad, ese número apenas alcanzó los 3 millones. La situación ha mejorado, pero sigue habiendo caos y confusión. El inicio deficiente de la campaña de vacunación por parte de la administración Trump es la última de una serie de fallos en materia de salud pública, como las chapuceras políticas sobre pruebas, rastreo y aislamiento, así como el suministro de equipo médico. Aunque la administración hizo un trabajo admirable al financiar el desarrollo de vacunas a través de la Operación Warp Speed, volvió rápidamente a su costumbre de no intervención una vez que el sector privado logró esa hazaña. Los estados, cuya diversidad de normas e infraestructuras los convierte en candidatos poco idóneos para llevar a cabo una campaña de vacunación masiva, se han visto obligados a improvisar, con consecuencias predecibles.

Y aunque la administración Trump tiene gran parte de la culpa, este fallo es a una escala mucho mayor. Como escribo en mi último libro, "Diez Lecciones para un Mundo Post-Pandemia", el gobierno de Estados Unidos en las últimas décadas solo ha sabido hacer una cosa: firmar cheques. Sus principales esfuerzos se han centrado en los recortes de impuestos, el reparto de créditos, los rescates financieros y los pagos de ayuda. El tamaño de los paquetes de ayuda para la pandemia aprobados el año pasado, incluyendo los fondos para la Operación Warp Speed, es impresionante. Pero aparte de dispensar efectivo, el gobierno federal parece no poder administrar nada. Cuarenta años de reaganismo —recorte de fondos, desmantelamiento y degradación del gobierno— han pasado factura.

Foto: Asaltantes del Capitolio. (EFE) Opinión

La capacidad del estado para emprender proyectos grandes y complejos no se puede reconstruir de la noche a la mañana. Pero algunas cosas se pueden cambiar de inmediato. El equipo de Biden está claramente bien cualificado y, quizás más importante, cree en el Gobierno y entiende que lograr que funcione es un desafío especial en los Estados Unidos. El poder se divide entre tres ramas, decenas de agencias federales y miles de autoridades locales. Unir todas estas fuerzas para que trabajen juntas requiere esfuerzos arduos y persistentes dirigidos a diario por la Casa Blanca. Si, por el contrario, el Gobierno es visto como un 'reality show', que consiste principalmente en gestos simbólicos y guiños hacia los votantes, poco puede hacerse.

El Gobierno federal ya ha pagado cientos de millones de dólares para las dosis. Tiene fondos disponibles para vacunar. Debería centrarse en asegurarse de que los estadounidenses están siendo vacunados, y debería hacerlo rápidamente. El presidente debería utilizar todos los recursos disponibles, incluyendo las fuerzas armadas y la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA), así como acuerdos con compañías privadas como Starbucks o Federal Express. Las cadenas de farmacias, por sí solas, tienen la capacidad de administrar más de 3 millones de vacunas al día.

Esto debería ser el equivalente a un esfuerzo durante tiempos de guerra. Aquellos que han trabajado en programas de vacunación rápida en países en vías de desarrollo indican que resulta necesaria una estrategia más agresiva. Deberíamos erigir miles de puntos de vacunación, muchos de los cuales deberían funcionar las 24 horas al día, los 7 días de la semana, y crear unidades móviles para llegar a las poblaciones alejadas de los núcleos urbanos. El Gobierno no debería reparar en gastos a la hora de acelerar la campaña de vacunación. El esfuerzo saldría fácilmente rentable: salvaría vidas, impulsaría la economía e incrementaría la recaudación fiscal.

Foto: Donald Trump. (Reuters) Opinión

El manejo de la pandemia por parte de Estados Unidos, en general, ha sido un desastre y es visto como tal. En una encuesta del Pew Research Center en 13 países importantes, el 84 por ciento de los encuestados consideraba en que Estados Unidos había cometido un error con el covid-19 y todos creían que sus Gobiernos habían enfrentado la pandemia mucho mejor que el de Estados Unidos. El columnista del Irish Times Fintan O'Toole describió la extraña nueva actitud del mundo hacia los Estados Unidos: no de admiración, odio o envidia, sino, por primera vez, de lástima.

En un ensayo en Foreign Affairs, Samantha Power, la nueva líder de los programas de ayuda exterior de Estados Unidos, nos recuerda que la razón por la que parte del mundo admiraba a Estados Unidos fue por sus espectaculares logros. Estados Unidos fue el arsenal de la democracia durante la Segunda Guerra Mundial, ejecutó el Puente Aéreo de Berlín, mandó a un hombre a la luna y creó el internet. Si la administración Biden logran tener un éxito espectacular en el desafío más apremiante que enfrenta el mundo, eso dirá alto y claro a todos: Estados Unidos ha vuelto.

¿Qué es lo primero que Joe Biden debería hacer como presidente? Tiene muchas prioridades: debe lidiar con la pandemia, rearrancar la economía, restablecer la credibilidad internacional de Estados Unidos y competir de manera efectiva contra China.

Joe Biden Vacunación Partido Republicano