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Estados Unidos: todo puede suceder en una campaña histérica
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Daniel Ureña

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Estados Unidos: todo puede suceder en una campaña histérica

Los sondeos pueden ser engañosos. Las elecciones de EEUU son en realidad 50 elecciones en 50 estados y lo que importa no es el voto popular, sino ganar en el mayor número posible

Foto: Un simpatizante de Donald Trump durante un mitin de campaña en Pensacola, Florida (Reuters).
Un simpatizante de Donald Trump durante un mitin de campaña en Pensacola, Florida (Reuters).

En los últimos días de la carrera por la Casa Blanca, la campaña está más ajustada que nunca. De hecho, por primera vez después de varios meses, Donald Trump supera a Hillary Clinton en intención de voto a nivel nacional, según la última encuesta de ABC News/The Washington Post de este martes. 46% de apoyo para el empresario frente al 45% para la ex Secretaria de Estado. Hace dos semanas, tras la finalización de los debates, Clinton afrontaba muy confiada la recta final de la campaña. No obstante, el reciente anuncio por parte del FBI de la reapertura de la investigación sobre el caso de los correos electrónicos ha minado (aún más) la imagen de Clinton, que ha visto cómo en pocos días ha perdido los siete puntos de ventaja que tenía frente a Trump.

La opinión pública puede cambiar en cuestión de días y en horas. Por eso, hasta el final todo puede suceder en esta campaña histórica e histérica. En el Partido Demócrata confían en que el incremento del voto adelantado les ayude a ganar, pero la carrera está muy abierta a menos de una semana del cierre de las urnas. El nuevo capítulo del escándalo de los correos electrónicos ha servido para reforzar la percepción de falta de honestidad por parte de Hillary Clinton entre buena parte del electorado. Siempre fue una candidata con muchas vulnerabilidades y lo estamos comprobando una vez más.

Los sondeos a nivel nacional, que como hemos indicado reflejan un ascenso de Trump, pueden ser engañosos, ya que las elecciones presidenciales de Estados Unidos son en realidad 50 elecciones en 50 estados y lo que importa no es el voto popular, sino ganar en el mayor número posible de ellos. Esto se debe al sistema de Colegio Electoral, que se basa en que cada estado tiene un número de votos electorales en función de su población y el candidato que alcance 270 votos electorales consigue la victoria. Por ello, las campañas se libran estado por estado y, especialmente, en los llamados “swing states”, donde la tradición nos dice que año tras año vencen tanto republicanos como demócratas. Y, por ello, la batalla se está dando en lugares como Florida, Ohio, Carolina del Norte, Arizona, Georgia, Colorado, Nevada o Virginia. En Florida, por ejemplo, donde hay en juego 29 votos electorales, Trump ha conseguido ponerse por encima en las encuestas en las últimas horas, lo que ha despertado todas las alarmas en la campaña de Clinton.

En recientes citas con las urnas en Colombia, en Reino Unido y en España las encuestas han fallado y no han sabido identificar ese fenómeno del voto oculto que hace que los ciudadanos se nieguen a reconocer en público el sentido de su voto. La investigadora alemana Elisabeth Noelle-Neuman demostró que “La espiral del silencio” existe y hace que los ciudadanos se abstengan de emitir su opinión si ésta es percibida como minoritaria o poco popular desde el punto de vista social. Por eso, una de las claves de esta elección será determinar en qué medida se da ese fenómeno entre los votantes de Trump, junto con la capacidad de Clinton de movilizar a sus votantes.

En los últimos días de la carrera por la Casa Blanca, la campaña está más ajustada que nunca. De hecho, por primera vez después de varios meses, Donald Trump supera a Hillary Clinton en intención de voto a nivel nacional, según la última encuesta de ABC News/The Washington Post de este martes. 46% de apoyo para el empresario frente al 45% para la ex Secretaria de Estado. Hace dos semanas, tras la finalización de los debates, Clinton afrontaba muy confiada la recta final de la campaña. No obstante, el reciente anuncio por parte del FBI de la reapertura de la investigación sobre el caso de los correos electrónicos ha minado (aún más) la imagen de Clinton, que ha visto cómo en pocos días ha perdido los siete puntos de ventaja que tenía frente a Trump.

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