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El primer desafío del yihadismo a Barack Obama
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Aurora Mínguez

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Aurora Mínguez. Berlín

El primer desafío del yihadismo a Barack Obama

Al terrorismo islámico no le agrada Barack Obama por muy Hussein que se llame. El número dos de Al Qaeda ya le ha  insultado llamándole “negro

Al terrorismo islámico no le agrada Barack Obama por muy Hussein que se llame. El número dos de Al Qaeda ya le ha  insultado llamándole “negro doméstico”, degradándole al nivel de una mascota del poder blanco norteamericano. También le han reprochado que haya prometido, como cualquier otro presidente norteamericano, su apoyo al estado de Israel. Sin el voto judío -ya se sabe- no se llega a la Casa Blanca. Ahora, desde la India, ha llegado el primer castigo yihadista, la primera demostración de que el terror islámico no está dispuesto a respetar este periodo de transición para los Estados Unidos y para el mundo hasta que el 20 de enero Obama se convierta en el presidente de todos los norteamericanos.

 

Los servicios secretos USA contaban con que se podía abrir una crisis, o producirse un atentado en este momento contra los dos presidentes. Incluso había  trascendido ya que la  CIA y el FBI han alertado de la posibilidad de un ataque al metro de Nueva York con firma islámica inmediatamente después del Thanksgiving, el Día de Acción de Gracias. Pero, finalmente, el big bang tuvo lugar ayer en la capital económica de la India, Bombay. Y no ha sido un ataque contra los ciudadanos de esa ciudad, sino, sobre todo, contra dos hoteles de lujo con una clientela internacional. Y especialmente contra sus clientes más numerosos, americanos y británicos. También atacaron a un centro judío, tomando como rehenes a varios rabinos y otras personas de este credo... No se trata, como se ve, de ninguna coincidencia. Coincidencia fue, en todo caso, que en esos hoteles se encontrara también una delegación de la Comunidad de Madrid y del Parlamento Europeo.

 

Foco en la economía... y el terrorismo

 

El presidente electo de los Estados Unidos había dicho hasta ahora que su prioridad iba a ser afrontar la crisis económica y ayudar a los norteamericanos a mantener sus empleos y su nivel de vida. Este atentado va a obligar a Obama y a su equipo, incluida su más que probable ministra de Exteriores, Hillary Clinton, a cambiar un poco las prioridades. Es verdad que Obama no puede actuar aún porque, como él ya ha subrayado, “los Estados Unidos sólo tienen un presidente”, pero habrá que repensar el plan de trabajo.

 

Hasta ahora los temas internacionales abordados por Barack Obama se ceñían, sobre todo, a Iraq y Afganistán, aparte del eterno conflicto palestino-israelí. Pero los atentados de Bombay -que son la culminación de una serie de actos sangrientos en los últimos tres años protagonizados por mujaidines cada vez más profesionales-van a obligar al nuevo presidente norteamericano a incluir a la India entre sus nuevos quebraderos de cabeza. Estos radicales, probablemente apoyados por Pakistán y por Al Qaeda, están intentando por todos los medios frenar el proceso de paz abierto entre India y Pakistán y demostrando al tiempo que Al Qaeda goza de una excelente salud y energía. Esto es quizá lo más preocupante. Que tras Irak, Afganistán y Pakistán, los yihadistas están ya muy presentes en la India, donde se cuece desde hace decenios un odio étnico-religioso entre hindúes y musulmanes.

 

La presidencia de Obama se va a abrir, pues, con un nuevo y delicado frente de batalla, en un país importante desde el punto de vista económico, miembro del G-20, pero que está cada vez más desmembrado por las tensiones internas y por la amenaza de atentados con firma islámica. En estos momentos, su nuevo equipo de colaboradores estará ya evaluando un modo de actuación ayudado por la inestimable experiencia de Robert Gates, el ministro de Defensa de Bush que lo seguirá siendo con Obama.

Esta ratificación en el cargo parece hoy, más que nunca, una decisión muy acertada de este “negro doméstico” que va a plantar cara muy pronto a la nueva Al Qaeda.

 

Al terrorismo islámico no le agrada Barack Obama por muy Hussein que se llame. El número dos de Al Qaeda ya le ha  insultado llamándole “negro doméstico”, degradándole al nivel de una mascota del poder blanco norteamericano. También le han reprochado que haya prometido, como cualquier otro presidente norteamericano, su apoyo al estado de Israel. Sin el voto judío -ya se sabe- no se llega a la Casa Blanca. Ahora, desde la India, ha llegado el primer castigo yihadista, la primera demostración de que el terror islámico no está dispuesto a respetar este periodo de transición para los Estados Unidos y para el mundo hasta que el 20 de enero Obama se convierta en el presidente de todos los norteamericanos.

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