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Merkiavelli y la Europa alemana
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Aurora Mínguez

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Aurora Mínguez

Merkiavelli y la Europa alemana

A los propios alemanes les repugna la idea de una “Europa alemana” y ya en 1953 Thomas Mann les advirtió en su famoso discurso de Hamburgo

A los propios alemanes les repugna la idea de una “Europa alemana” y ya en 1953 Thomas Mann les advirtió en su famoso discurso de Hamburgo contra cualquier nueva tentación en ese sentido. Pero la historia se repite y, precisamente por ello, acaba de aparecer en la República Federal el libro “La Europa alemana”, escrito por uno de los más conocidos e influyentes sociólogos de este país, Ulrich Beck. Beck , 68 años de edad, es profesor emérito de la universidad de Munich y en la actualidad da clases en Harvard y en la London School of Economics. Se le considera próximo a las posiciones del SPD alemán.

En este libro en torno a  la Reina no coronada de Europa Beck demuestra los múltiples paralelismos entre “El Príncipe” de Nicolas Maquiavelo y la canciller alemana, una maestra en el arte de amagar y no dar, de la duda, del atraso táctico de decisiones, del decir una cosa y al tiempo o poco después la contraria, en función de sus intereses que son, como es evidente, ganar las elecciones y mantenerse en el poder y, en paralelo, salvar a Europa pero con su propio método. El sociólogo Beck presenta cuatro elementos destacados del modelo Merkiavelli:

-En la crisis del euro Merkel no toma partido entre los ultraortodoxos y los renovadores: ni es solidaria al cien por cien con los Europeos del Sur ni apoya claramente a los euroescépticos que están en contra de cualquier ayuda. No está completamente alineada con Draghi, tampoco con Weidmann, el presidente del Bundesbank. Su respuesta no es Ja o Nein, su respuesta es JEIN.

- EL Príncipe de Maquiavelo basa parte de su poder en vacilar a la hora de tomar decisiones o de manifestarse. En el caso de la crisis, todos hemos sido testigos de los tiras y aflojas antes de aprobar un paquete de rescate para Grecia o cualquier otro país con problemas, con la amenaza constante de cerrar el grifo del dinero.”El nuevo poder en Europa- afirma Ulrich Beck- no se basa como en el pasado en la violencia como ultima ratio. No necesita armas para obligar a otros países a que se sometan. Por eso es absurdo hablar de un  Cuarto Reich.

- “Qué es mejor, ¿ser amado o ser temido?”, se pregunta el Príncipe. Merkello tiene clarísimo: mejor ser temida, sobre todo en el exterior, y querida en su propio país. La fórmula del éxito, apunta Beck, es aplicar un brutal neoliberalismo hacia afuera y un consenso con tintes socialdemócratas hacia dentro. Esto se ha visto muy claro esta semana con la decisión de acabar con el copago sanitario a partir de enero del 2013 y la aprobación de nuevas ayudas para familias y madres que se queden con sus hijos recién nacidos en casa. Cuanto más se acercan las elecciones generales, más social se vuelve la señora Merkel.

- La necessità de la que habla Maquiavelo se impone de una manera especial contra los países más díscolos de la UE. Merkelpractica  la fórmula que tan bien ha funcionado en su propio país: Sparen!, ¡ahorrar! Se trata de reeducar, de hacernos más competitivos y en ello la canciller se ve realizando una tarea histórica. Lo de menos, parece, son las consecuencias para las pensiones, la sanidad, las infraestructuras,la investigación, el gasto social.

El problema es que el efecto Merkiavelli no está dando, desgraciadamente, los resultados deseados. No es sólo que los pobres sean cada vez más pobres, que la clase media se sienta amenazada como nunca, que crezca la injusticia social y que no se vea la luz al fin del túnel. Es que Alemania también ve acercarse la crisis a sus propias puertas y así lo ha tenido que reconocer el ministro de Hacienda, Schäuble. El crecimiento previsto de un 0,8% el año próximo podría no producirse, el sector del automóvil se está poniendo muy nervioso y las exportaciones están cayendo a los niveles del año 2009. El último informe de la OCDE, publicado el pasado viernes, constata ya la lenta decadencia de la República Federal que pasará en los próximos años del puesto quinto entre las potencias económicas al décimo.

Cierto es que Alemania, precisamente por su pasado, nunca aspiró a ser el Hegemon, el líder absoluto de Europa. La crisis le ha forzado a ello y ha colocado a Merkel esa corona que nunca buscó. Ella es la que está diseñando una nueva Europa, pero una Europa de la que los ciudadanos se ven cada vez más alejados, en donde no existe esa seguridad social que ellos buscan precisamente en estos tiempos tan turbulentos. Todavía está por ver si el candidato socialdemócrata a la cancillería, Peer Steinbrück, está en condiciones de hacer frente a Merkiavelli y su modelo con éxito…tiene apenas diez meses por delante para intentarlo.

A los propios alemanes les repugna la idea de una “Europa alemana” y ya en 1953 Thomas Mann les advirtió en su famoso discurso de Hamburgo contra cualquier nueva tentación en ese sentido. Pero la historia se repite y, precisamente por ello, acaba de aparecer en la República Federal el libro “La Europa alemana”, escrito por uno de los más conocidos e influyentes sociólogos de este país, Ulrich Beck. Beck , 68 años de edad, es profesor emérito de la universidad de Munich y en la actualidad da clases en Harvard y en la London School of Economics. Se le considera próximo a las posiciones del SPD alemán.