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Alemania ignora las demandas de Rajoy: no habrá políticas de crecimiento
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Aurora Mínguez

Alemania ignora las demandas de Rajoy: no habrá políticas de crecimiento

Está visto: Alemania no se deja aconsejar por nadie; tampoco por Mariano Rajoy. Aunque prácticamente toda la Eurozona esté en recesión; aunque haya ya 26 millones de

Está visto: Alemania no se deja aconsejar por nadie; tampoco por Mariano Rajoy. Aunque prácticamente toda la Eurozona esté en recesión; aunque haya ya 26 millones de parados en Europa; aunque la propia economía alemana vaya a crecer sólo un 0,4 en este año -según previsiones del propio Ejecutivo, que se corregirán en los próximos meses, para bien o para mal-; aunque desde el Fondo Monetario Internacional lleguen repetidas recomendaciones sugiriendo alzar el pie del pedal de la austeridad, Merkel y su tropa siguen adelante, con sus orejeras puestas y tapones en los oídos.

 

Y así, lo que diga Rajoy a Merkel le deja fría, como en su momento también le dejaron frías similares demandas por parte de Hollande y Monti. Es más, su portavoz, Steffen Seibert,niega que haya discrepancias entre Madrid y Berlín a la hora de abordar la crisis y recuerda que en las dos últimas cumbre europeas promovieron conjuntamente medidas pro-crecimiento. Con seguridad, esas medidas se pueden leer en las conclusiones de ambos Consejos Europeos, pero la realidad demuestra que muchas de esas mismas conclusiones no se ponen nunca en práctica. No hay concreciones sobre fondos europeos para nuevos proyectos, ni sobre ayudas a las pymes ni sobre medidas urgentes para luchar contra el empleo juvenil.

Lo más sorprendente del caso es que el Gobierno de Merkel parece no darse por enterado de que la crisis está llamando a sus puertas y se declara muy contento con los remedios ya adoptados y con los resultados: ese crecimiento en todo el año 2012 de un 0,7% y esas previsiones para el 2013 del 0,4% ¿son realmente para tirar cohetes? Alemania, y el resto de países de la Eurozona son víctimas del corsé legal que ellos mismos cosieron y se ajustaron el año pasado: un Pacto Fiscal que hace muy difícil endeudarse para crear inversiones que produzcan empleo. Esa prohibición tajante de endeudarse a todas las Administraciones Públicas, que está incluida dentro de las constituciones de los países de la Eurozona y que España -más papista que el Papa- se ha aplicado inmediatamente, aunque Alemania sólo lo pone oficialmente en marcha dentro de tres años.

Merkel, en su punto máximo de popularidad interna, cree que se puede permitir el lujo de ignorar a sus colegas europeos. Incluso a aquellos a los que el agua les llega al cuello. Los mensajes de optimismo que transmite el ministro de Economía, Rössler (quien tiene un papel de segundón frente a la omnipotencia de su colega de Hacienda, Schäuble) no se los cree ni él, quien políticamente es un muerto viviente al frente de los liberales. En otoño se decía que el crecimiento del PIB alemán en el recién estrenado 2013 sería de un 1%. Tres meses después estamos en el 0,4%. Veremos qué pasa de aquí a primavera. Mientras tanto convendría que  Merkel pase por la consulta del oculista y del otorrinolaringólogo, para que pueda ver y escuchar mejor lo que se le solicita y dice desde otras capitales europeas o desde el otro lado del Atlántico.

Está visto: Alemania no se deja aconsejar por nadie; tampoco por Mariano Rajoy. Aunque prácticamente toda la Eurozona esté en recesión; aunque haya ya 26 millones de parados en Europa; aunque la propia economía alemana vaya a crecer sólo un 0,4 en este año -según previsiones del propio Ejecutivo, que se corregirán en los próximos meses, para bien o para mal-; aunque desde el Fondo Monetario Internacional lleguen repetidas recomendaciones sugiriendo alzar el pie del pedal de la austeridad, Merkel y su tropa siguen adelante, con sus orejeras puestas y tapones en los oídos.

Mariano Rajoy