El pecado de Merkel: demasiados juristas y pocos economistas entre sus asesores

¿Nos habríaido mejor a los españoles y al resto de países del sur de Europa si Angela Merkel hubiera estado más rodeada de economistas y hubiera tenido más en cuenta sus consejos? La respuesta puede ser sí, no o tal vez, pero hay una evidencia a considerar: no sólo en Cancillería, sino en los ministerios de Hacienda y Economía:los puestos claves en estos últimos cuatro años han estado ocupados fundamentalmente por juristas, por hombres de leyes, y no por expertos o profesores de economía.

Sabido es que Merkel es doctora en Físicas, que Wolfgang Schäuble, el titular de Hacienda, es doctor en Derecho y que el ministro de Economía, Phippip Rössler,es médico. En Cancillería Merkel tiene, después de la marcha de Jens Weidmann al Bundesbank, a Lars- Hendrick Röller como asesor principal para asuntos económicos, pero este señor está especializado en cuestiones de competitividad internacional, no en recesiones y crisis de deuda. Es también quien prepara las cumbres del G8 y del G20 en las que participa Alemania. La influencia de Röller es evidente porque en cada discurso de laBundeskanzlerin hay referencias abundantes al papel de Europa en el mundo y al pulso abierto con las economías emergentes. El otro hombre a quien Merkel presta especial atención es Nikolaus Meyer-Landrut, su asesor en temas europeos, que es historiador de formación y exdiplomático.

En el ministerio de Hacienda el hombre fuerte y el que ha llevado el peso de la crisis europeaes el secretario de Estado, Thomas Steffen, otro jurista, quien entre los años 2002 y 2010 fue miembro del Consejo Ejecutivo del Organismo Federal encargado de la supervisión de los seguros y los fondos de pensiones en la República Federal. En el ministerio de Economía, que no tiene la relevancia del de Hacienda, los tres secretarios de Estado tampoco tienen nada que ver con la materia: una experta en lenguas románicas, un analista administrativo y un experto en cárteles.

Sólo un tercio de las personas que trabajan en los cargos más importantes en los ministerios de Economía y Hacienda son economistas

Un estudio realizado por los economistas Justus Haucap, de la Universidad de Düsseldorf, y Michael Mödl, de la Universidad de Múnich, demuestra que sólo un tercio de las personas que trabajan en los cargos más importantes en los ministerios de Economía y Hacienda son economistas, y esa misma situación se repite en las comisiones parlamentarias de asuntos monetarios y financieros. Cada año el grupo de los cinco sabios (expertos independientes que elaboran un informe exhaustivo sobre la situación económica) presenta sus conclusiones a la canciller, pero ella no las asume al cien por cieny, en ocasiones, les ha puesto peros o matizaciones. Lo mismo se puede decir de los seis institutos de investigaciones económicasque también de manera regular presentan sus evaluaciones de coyuntura económica y perspectivas de futuro.

La frustración de los expertos en economía ha tenido dos momentos álgidos: uno, cuando un grupo de ciento sesenta de ellos firmaron un documento en contra de la unión bancaria, hace un año, contado ya en El Confidencial el 6 de julio del 2012, y dos, con la creación de un nuevo partido, Alternativa para Alemania, cuyo núcleo duro es, precisamente, algunos de aquellos economistas euroescépticos, y que puede conseguir entre el 3 y el 4% de votos en las elecciones generales que se celebran el 22 de septiembre.

Está claro que Merkel va a seguir siendo la primera ministra alemana, aunque no se sabe con quién va a gobernar. Algunos de los anteriormente mencionados, sobre todo Meyer-Landrut, van a continuar en sus puestos. Sólo cabe esperar que llegue también no sólo gente nueva y preparada, sino personas con una especial sensibilidad hacia los países rescatados y hacia los que todavía sufren las consecuencias de la dictadura de la austeridad. Algo que sólo será posible -o más probable- con otra nueva Gran Coalición con el partido socialdemócrata. Todo el mundo aquí da por hecho que el futuro Gobierno alemán se verá obligado a revisar este otoño el Diktat del ordoliberalismo y que habrá que aprobar nuevos programas de apoyo para los países del Sur, incluida Francia. Porque, como repite Merkel una y otra vez, a Alemania sólo le irá bien si a Europa le va bien…. A ver si es verdad.