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Ola de descontento: malestar y preocupación por la economía
No está de más preguntarse quién tiene la primera responsabilidad del escrutinio que puede darse el próximo domingo
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Las últimas elecciones generales germanas se celebraron en septiembre de 2021. El socialdemócrata Olaf Scholz obtuvo el 25,7% de los votos. Negoció con los verdes y liberales y forjó una coalición tricolor inédita. El Canciller no ha sabido mantener unidos a los socios de Gobierno y por eso se adelanta tanto la llamada a urnas. Tampoco ha sido capaz de dar respuesta a la demanda ciudadana, muy crítica con su gestión.
Alemania se encuentra hoy en una situación anímica mucho más marcada por el descontento de lo que hemos visto durante los últimos años en Italia, Francia o Estados Unidos.Solo el 18% de los alemanes consideran que el país va en la buena dirección, el 82% consideran que va en la mala. Es un volumen de descontento sin precedentes en la última década que, además, se ha disparado en 11 puntos durante el último año.
Para que nos hagamos una idea, según los datos de IPSOS, solo hay tres países más críticos con su orientación nacional —Corea del Sur, Francia y Perú—.
Evidentemente, ese juicio se traslada también a la evaluación de la economía que, como veremos a lo largo de los próximos días, es el segundo resorte de voto de este proceso electoral.
Tres de cada cuatro alemanes ven la economía del país en términos negativos. Como en la pregunta anterior, también en 11 puntos, el descontento ha venido acelerándose durante el último año —4 puntos en el pasado diciembre—.
Ahora que, por primera vez en la historia reciente, puede la extrema derecha subir hasta la segunda posición en unas elecciones generales, ahora que son tantos los que se rasgan las vestiduras, no está de más preguntarse quién tiene la primera responsabilidad del escrutinio que puede darse el próximo domingo.
Los números demuestran que esa responsabilidad le atañe en primer lugar al Gobierno —por su gestión y su falta de unidad— y, singularmente, al Canciller Scholz —por su carencia de visión y liderazgo—.
Es la inflación, pero no solo. La desindustrialización y la falta de proyecto hacia el futuro tienen a los alemanes entre el malestar y el malestar. Esto va del pan de hoy y del de mañana.
Las últimas elecciones generales germanas se celebraron en septiembre de 2021. El socialdemócrata Olaf Scholz obtuvo el 25,7% de los votos. Negoció con los verdes y liberales y forjó una coalición tricolor inédita. El Canciller no ha sabido mantener unidos a los socios de Gobierno y por eso se adelanta tanto la llamada a urnas. Tampoco ha sido capaz de dar respuesta a la demanda ciudadana, muy crítica con su gestión.