5 días. Las fábricas mediáticas de la polarización

Es probable que desde la ya lejana aparición del Tea Party se haya generado una polarización en los medios de comunicación tradicionales. El levantamiento del muro americano y la cercanía de las elecciones hacen comprensible el siguiente gráfico.

Ahora bien, la polarización que tanto se ha extendido durante los últimos años en las naciones occidentales no podría comprenderse sin la revolución digital y, muy especialmente, sin la emergencia de las redes sociales. Son la principal autopista de las fake news. Y la circulación no responde al azar, sino al algoritmo y, como consecuencia, al dinero que cada competidor invierte en cada espacio digital.

Normalmente, las encuestas suelen preguntar separadamente sobre las plataformas digitales, las televisiones y los periódicos tradicionales. Desgraciadamente, no hemos encontrado datos que reflejen la audiencia de los medios. En cualquier caso, hemos hecho este ejercicio: hemos juntado todos los medios y los hemos puesto en orden.

Las tres posiciones del pódium están ocupadas por empresas tecnológicas. 11 de ellas están en el top 25 al que recurren los norteamericanos para informarse. En esas plataformas no son los periodistas quienes elaboran y ordenan la información.

Hay ocho canales de televisión y cinco periódicos. Todos ellos ampliamente superados por una red social como TikTok. Buena parte de la puesta en escena de los candidatos, de los contenidos que elaboran sus equipos, carecen de mensaje político y están diseñados nada más que para ser compartidos.

El cambio en la circulación de la información está transformando a la democracia. No solo hablamos de polarización. Hay más. En Silicon Valley hay ya más capacidad de alterar la opinión pública de la que nunca ha tenido antes, el periodismo sea parcial o partidario.