Mucho que ganar con la invasión del turista chino

El ente de turismo chino dio una noticia la semana pasada que los "tour operadores" españoles podrían convertir en oro a medio y largo plazo. Pekín va a escoger a algunas empresas extranjeras y consorcios del sector para invertir en uno de los negocios más prometedores del futuro: el flujo de turistas chinos al extranjero. Se tratará de una misión pionera, un experimento encaminado a futuras aperturas.

El festín que está empezando puede ser de los históricos. En 2007, casi 41 millones de chinos viajaron para visitar países extranjeros y el "World Tourism Organization" calcula que la cuota seguirá creciendo a un ritmo exponencial: de cinco millones en cinco millones, hasta alcanzar los cien millones antes del 2015, lo que convertirá a China en el primer "emisor" de turistas del mundo.

Hasta el momento, los chinos se han decantado sobre todo por los destinos más cercanos: Japón, Corea del Sur, Vietnam, Rusia y Tailandia son los cinco primeros. Los "tours europeos", sin embargo, se presentan como un valor en alza y el "paquete" por las principales capitales del Viejo Continente es el que más está creciendo, junto al de Estados Unidos, país que acaba de abrir las puertas a los turistas del gigante asiático.

"Nuestras vacaciones están mejorando mucho, vamos cada vez más lejos y nos estamos convirtiendo en un enorme mercado turístico", recordó Shao Qiwei, jefe del ente de turismo chino, en la presentación de su nueva política aperturista hacia la inversión extranjera. Entre los tiburones del desarrollismo asiático hace años que corre el tópico de que Europa, una vez derrotada en lo económico y lo militar, acabará siendo poco más que una bonita meta turística donde pasar los veranos rodeado de joyas artísticas.

A España, sin embargo, le está costando que la incluyan en dicho "tour europeo" y nuestro país es uno de los que menos turistas chinos recibe de todo el continente por el momento. Los operadores que trabajan con España se quejan de la falta de conexiones aéreas y de los problemas a la hora de otorgar los visados, así como de la poca atención y preparación del sector ante los turistas chinos.

En otras grandes ciudades europeas, como París, Viena, Milán o Londres, hay varios vuelos directos con metrópolis orientales y es posible encontrar dependientas que hablan mandarín tanto en las galerías de alta moda, como en las principales zonas turísticas. Además, los visados para el turista chino son mucho más rápidos y eficaces que los que se emiten en nuestros consulados.

En España, continúan lamentándose los operadores, se sigue pensando en China como un emisor de inmigrantes obsesionados con abrir un restaurante y no como un potente mercado con creciente poder adquisitivo que, hoy en día, es ya uno de los cinco mayores emisores de turistas del mundo.

No se trata sólo de mandar chinos al extranjero. La industria turística de este país está alcanzando dimensiones gigantescas en todos sus frentes y en 2007 superó los 137 mil millones de dólares. El "mercado interno" alcanzó en 2007 los 1610 millones de viajeros. Crece el número de turistas chinos y crecen, a ritmo parejo, las visitas. China recibió 54,72 millones de extranjeros en 2007, superando a algunos "pesos pesados" históricos del sector, como Italia. El Gobierno chino pretende encabezar esta estadística mucho antes que la anterior: antes de 2010 quiere ser el principal destino turístico del mundo con 64 millones de visitantes. Al ritmo actual, es fácil que puedan conseguirlo.